Tip:
Highlight text to annotate it
X
Todo el mundo quiere una buena vida,
pero no todos la consiguen, ¿no?
Imaginen por un momento
cuánto éxito tendrían hoy mismo
si hubiesen creado una empresa
a medias con Bill Gates,
usando las estrategias comerciales que usó para hacer de Microsoft
una de las mayores empresas del mundo.
Imaginen cuánto dinero habría en sus cuentas bancarias hoy,
cuánto más, digo,
si Warren Buffet les enseñara a invertir en el mercado de valores;
mostrándoles como llevó a Berkshire Hathaway
a ser una empresa multimillonaria.
Imaginen lo feliz que serían
si el Dalai Lama fuese su guía personal
y les enseñara a conseguir una vida plena
con las pequeñas cosas, que pasan desapercibidas.
Imaginen qué salud tendrían
si al despertarse
fuesen al gimnasio
y allí les esperase Arnold Schwarzenegger,
su entrenador personal,
que les enseña cómo se convirtió
en el cuerpo más trabajado, de todos los tiempos, quizás.
Imaginen los cambios que provocarían,
las injusticias que resolverían,
si Teresa de Calcuta y Uds. tuvieran una organización benéfica.
Si ella les enseñase lo que aprendió
en las calles de Calcuta, ayudando a pobres, enfermos y moribundos.
Los mentores tienen el poder de hacer esto en sus vidas.
Creo que todos conocemos la importancia de un modelo ejemplo.
Pero a continuación
les mostraré cómo los mentores son más poderosos
de lo que pueden imaginar
en cuanto a transformar su vida.
Es curioso que me encuentre aquí en Luxemburgo,
porque mi abuela nació cerca de aquí,
en Berlín, Alemania.
Por cierto, tiene 96 años
y me dijo: "Tai, diles hola".
Así que, hola de su parte.
(Risas)
Me dijo: "Yo tenía un modelo, un mentor,
cuando era pequeña".
Nació en Berlín en 1918,
y me contó: "Teníamos una inquilina en casa".
Edith Knox, una famosa pianista
de California en los años 20.
Decía: "Tai, esta mujer me causó gran impresión".
Estuvo de alquiler un verano,
y me contó: "Edith Knox vestía pantalones".
Mi abuela decía: "Nunca vi a una mujer con esa ropa".
En aquella Alemania, ninguna mujer los vestía.
No lleva uno normal. Era un mono naranja.
Tocaba el piano y cada hora
hacía la vertical un rato.
Mi abuela tenía 7 años y dice:
"Pensé que si en California las mujeres eran así,
algún día iría a California".
Claro está, acabó allí.
La historia de mi familia en California.
Soy de allí. He volado hasta aquí.
Me llevó 20 horas llegar. Soy de Hollywood en concreto.
Hollywood, la tierra de los sueños.
Para muchos, de los sueños rotos.
Cada año, 100 000 personas entran y salen de la ciudad.
Llegan para ser estrellas, actores, cantantes, escritores...
Se vuelven con las manos vacías.
Vivo en la montaña,
rodeado de estas estrellas.
A izquierda, a derecha.
Pienso: "¿Por qué ellos consiguieron la fama?
¿Qué hicieron diferente?
En Hollywood todos quieren algo,
pero no todos lo consiguen.
Así que quiero hablarles de esto.
Porque la vida es breve.
Sabemos que el tiempo se nos pasa rápido.
Y no querrán ser mayores cuando consigan la buena vida,
o demasiado mayores, ¿no?
Según un dicho holandés:
"Nos volvemos viejos muy pronto, pero inteligentes muy tarde".
Steve Jobs decía: "No quería ser el más rico del cementerio".
Entonces me di cuenta.
Recuerdo, cuando era joven,
uno de mis mentores, Alan Nation, me dijo:
"Tai, ¿qué querías ser cuando tenías 16 años?
Ese es el verdadero tú.
¿Qué quería ser cuando tenías 16 años?"
Recuerdo que quería encontrar la buena vida.
Aristóteles habla de eudaimonia, su definición de buena vida.
Salud, dinero, felicidad, amor. Todo eso.
Yo pensaba: "Es difícil. ¿Cómo voy a conseguirlo?
Hay muchas preguntas. Tengo 16.
Aclaré a qué universidad ir, qué religión creer,
con quién casarme, qué política, dónde vivir,
qué estudios y caminos seguir".
Y tuve una idea. Pensé: "Tengo la mejor idea".
Encontraré a alguien...
pensé que era ingenioso, pero no fui tan listo...
Encontraré a alguien que tenga las respuestas.
Escribí una carta.
La persona más inteligente que encontré fue mi abuelo.
Escribí: "¿Me puedes decir cómo diseñar mi vida?"
TED tiene que ver con T-E-D.
La D es de diseñar, la vida diseñada para ti.
Así que pedí: "¿Me ayudas a diseñar mi vida?"
Estaba entusiasmado.
Cuatro días después recibí una carta de mi abuelo.
Decía: "Lo siento, Tai, no puedo ayudarte.
Este mundo es muy complicado.
No encontrarás respuestas solo en una persona.
Con suerte, habrá personas que te irán guiando en el camino".
Y me quedé: "¡Ugh!" Demasiado para mis esperanzas.
Siete días después llegó un paquete.
Libros.
Mi abuelo tenía una biblioteca enorme
y me mandó algunos de sus viejos libros.
Un volumen de 1000 páginas, 11 libros.
"Historia de la humanidad", de Will y Ariel Durant.
Me quedé: "¿Mil páginas? Esto es demasiado".
Ahora sí entiendo que me estaba dando una pista.
Cuentan que mirando dentro de ti encontrarás la verdad.
Pero él decía que hay que mirar hacia fuera.
Si alcanzan la conciencia, la mentalidad de personas
anteriores a Uds.;
los más listos, sabios, inteligentes,
con más experiencia...
entonces conseguirán lo que se propongan.
Así que me puse a tomar notas.
Los llamé atajos mentales. Y me leí esos libros.
Y empecé a viajar. Visité 51 países.
Libro que leía, "tengo que conocer a esta persona".
Fui a Nueva Zelanda y Australia,
Sudamérica, Argentina, Irlanda, por el mundo.
Tenía en mente 4 cosas: salud, dinero, amor y felicidad.
Decidí centrarme en la salud y la felicidad.
Viví dos años con Joel Salatin
en su famosa granja orgánica.
Pasé dos años y medio con los Amish.
Sin electricidad, viviendo en comunidad.
Cometí un error. Me olvidé del dinero.
Es una de las cosas, así que me quedé seco.
Tuve que recurrir a llamar a mi madre:
"Mamá, soy adulto, pero no tengo dinero.
¿Puedo volver a casa hasta que me reponga?"
Tenía una casa móvil en Carolina del Norte.
Fui, y me dijo:
"No tengo otra habitación, pero puedes dormir en el sofá".
Allí tumbado, pensé: "¿La he cagado?
¿He perdido tener buena vida?
Sin carrera universitaria.
¿Habilidades? Ordeñar una vaca".
No era una gran habilidad.
Tenía unos 43 euros en el banco.
Mi coche tenía agujeros en el suelo.
Estaba como oxidado,
y si metías un pie por uno de los huecos,
te lo podías cortar; así que no quería usarlo
ni llevar a nadie en él.
Recordé las palabras de mi abuelo: "Mira hacia fuera".
Empecé a preguntar: "¿Hay alguien que me ayude?"
Mi tío: "Necesitas que alguien te enseñe a ganar dinero".
"Ah, buena idea, voy a buscar a ese alguien".
Pero no tenía efectivo.
Estaba atado a casa. Solo tenía 37 euros.
Fui a la cocina. Eso me lo podía permitir.
Abrí las Páginas Amarillas.
En la sección de finanzas encontré un nombre.
"Voy a visitarlo", me dije.
Tomé un traje del armario.
Me quedaba grande. Me vi muy raro en él.
No sé qué aspecto tenía cuando me vio este hombre.
Me acercaron en coche,
Kathy, su secretaria, abrió la puerta y se marchó.
Caminé hasta Mike Steinback:
"Mike, no me conoce. Si me enseña lo que sabe,
imagino que mucho, si tiene toda una hoja
en las Páginas Amarillas...
si me enseña lo que sabe, trabajaré gratis para Ud.".
Nunca lo olvidaré. Sentado en su sillón.
Con un gran bigote, se parecía a Tom Selick.
Giró su sillón hacia mí.
Dijo: "Tai, llevo 20 años esperando a alguien como tú.
Ven mañana, te enseñaré lo que sé".
Y claro que lo hizo.
Fue mi mentor en los negocios.
Ahora soy empresario, inversor.
Pero seguí viajando, buscando mentores, leyendo.
Me leo un libro al día.
Tengo un pequeño club, y escribo.
Y he descubierto que no seguí un camino raro.
Tener un mentor, y copiarlo, es el mayor ***óstico
de tener éxito en la vida.
Picasso decía: "Los buenos artistas copian,
los excelentes, roban". ¿Cierto?
Miré alrededor, es curioso.
¿Sabían que Einstein tenía un mentor?
Cada jueves comían juntos.
Jay-Z, el rapero, tenía uno.
Oprah Winfrey tenía dos.
Gandhi tenía.
Alejandro Magno tenía a Aristóteles.
Bill Gates tenía a Paul Allen.
Warren Buffet a Benjamin Graham.
Hay algo que todos
hemos pasado por alto.
Quiero compartir con Uds. algo que descubrí,
algo que pueden hacer con sus mentores.
La primera regla, la llamo Regla del Mentor.
Es la ley del 33 %.
Dividir nuestra vida para pasar el 33 % del tiempo
con personas inferiores.
Puedes guiarles y ayudarles.
Y te ayudan haciéndote sentir bien.
Ayuda saber que alguien lo hace peor que tú. Ese es el 30 %.
Luego otro 33 % con personas de tu mismo nivel.
Se convierten en tus amigos.
Y el último 33 % es lo que solemos olvidar.
Personas mayores que tú.
Te harán sentir incómodo,
pero es lo que queremos, y recuerden no cometer
un error común,
el de encontrar a alguien poco mejor que uno mismo.
No necesitamos a un ciego guiando a otro ciego.
Lo llamo la regla de 10x; alguien 10 veces sobre ti.
Si quieren aprender a ganar un millón,
encuentren a alguien que tenga 10 millones.
Que no les asuste el nivel superior.
Los mentores son maravillosos.
Pueden encontrar gente como Warren Buffet, Bill Gates.
¡Les sorprenderá!
Mi amigo Frank me escuchó. Es director de Hollywood.
Me dijo: "Tai, increíble, escuché tu charla y escribí a alguien.
Y Elon Musk, fundador de PayPal,
quien tiene 3 compañías de millones, me contestó.
Te sorprendería lo que recuerda la gente.
Recuerdan su lucha, y deciden ayudarte".
Recuerden, todo el mundo quiere tener una buena vida,
pero no todo el mundo sigue estas reglas.
Deben seguirlas.
Lo siguiente, la humildad.
Una de mis anécdotas es de Sam Walton.
Se convirtió en el hombre más rico de EE.UU.
Fundó Walmart, su imperio.
Viajó a São Paulo, Brasil.
Su familia de acogida recibió una llamada de la policía:
"Vengan a rescatar a Sam Walton, está en prisión".
Era un hombre mayor. Millonario.
Fueron corriendo.
Si conocen las prisiones brasileñas sabrán que no es lugar
para un multimillonario de 60 años.
"¿Están locos? ¿Arrestado?", preguntaron a la policía.
Contestaron: "No sabíamos quién era,
y lo encontramos gateando en una tienda".
Preguntaron a Sam qué estaba haciendo.
"Estaba midiendo el ancho de los pasillos", dijo,
"quería saber si los brasileños
saben algo que yo desconozco".
Y ya era millonario. Pensarán que es un pedante.
Ven, todos quieren una buena vida,
pero no todos están dispuestos a ser modestos como Sam Walton.
Tienen que ser modestos.
Lo siguiente, la perseverancia.
Los medios de comunicación nos engañan.
Solo muestran el éxito al final, pero Bill Gates empezó con 12 años.
Hasta los 31 no fue millonario.
Dice que de los 20 a los 30 no se tomó ni un día libre.
Deben perseverar,
también en la búsqueda de mentor.
Soy afortunado de tener como amigo
a uno de los inversores con más influencia del mundo.
Le digo: "¿Cómo empezaste?"
Dice: "Cuando tenía 19 decidí ser inversor inmobiliario.
Vivía en un pueblecito, pero había un buen promotor.
Fui a su despacho. Conocí a su secretaria.
"Quiero conocer al promotor", dije.
Me dijo: "Lo siento, está ocupado. No tiene tiempo para ti".
Volvió al día siguiente. Y lo volvió a echar.
¡En total 17 veces!
La última vez, se apiadó de él:
"Escóndete detrás de la planta al lado del ascensor.
Cuando salga de su despacho,
corre al ascensor.
No tendrá opción. Las puertas se cerrarán.
Tendrás cuatro plantas para convencerle
de que mereces una oportunidad".
No sé qué le dijo
pero al final del trayecto
el promotor dijo: "Ven mañana al aeropuerto.
Iremos en mi avión privado. Puedes venir conmigo a Florida.
Te mostraré mis inversiones en hoteles de allí".
Obviamente, mi amigo aprendió de su mentor
y se convirtió en un rico inversor inmobiliario.
Perseveró, porque todos queremos una buena vida,
pero no todos estamos dispuestos a perseverar.
Deben perseverar.
Lo siguiente, los libros.
Deberían verlos como tesoros ocultos.
Piénsenlo,
porque los mentores en persona son maravillosos,
pero algunos de los grandes ya no están entre nosotros;
Shakespeare, Darwin, Freud, Gandhi.
Pero si les dijera que están todos en mi casa
y el sábado estarán respondiendo a sus preguntas,
lo cual puedo hacer con magia, ¿no irían?
Por supuesto que todos tomarían un avión a California.
Están en mi casa.
En mi biblioteca. Y pueden estar en la suya.
A propósito de Sam Walton.
Este hombre ganó una millonada por sí mismo,
más que todos los demás millonarios juntos.
Escribió en su lecho de muerte.
¿Cuántos leyeron su libro?
Es una pena que no lea cada empresario.
Un libro de 5 euros de quien construyó un imperio.
Es por el sistema educativo, que nos aparta de los libros.
Tienen que reconfigurar su cerebro. Les doy unos trucos.
Primero: los libros no son para una sola vez.
Vean los libros como un amigo.
Lo leen y leen. Vuelven a él.
Como los amigos, tengan unos cuantos.
Les recomiendo elegir 150 libros.
Hay 130 millones. No podrán leer tantos.
Pero pueden leer y leer en toda su vida esos 150 libros.
No hay ninguna regla sobre el ritmo de lectura.
Yo marco mi propio ritmo.
Me preguntan: "¿Cómo lees un libro al día?"
A veces me lleva una semana.
A veces, solo vale la pena leer un par de cosas de un libro.
Algunos solo tienen eso.
Así que los ojeo.
Me gusta verlos 3 veces.
Primero, leo el índice.
Luego, voy más rápido.
La última, me centro en un capítulo.
Sean como un minero que busca oro.
Entonces, de vuelta a la estantería.
De media, un estadounidense compra 17 libros al año.
Igual lee uno al mes. Deberían leer uno a la semana,
porque, todos queremos tener una buena vida,
pero no todo el mundo está dispuesto a leer para ello.
Deben leer más.
Por último, lo estoico contra lo epicúreo.
En uno de mis primeros libros, de aquellos de mi abuelo,
había una cita que copié.
"Una nación nace estoica y muere epicúrea".
Los estoicos querían sacrificar el presente
por algo mejor en el futuro.
Se podría decir que eran inversores.
Los epicúreos vivían el momento.
Eran consumidores.
"Solo se vive una vez", decían.
Hay un dicho: "Si estás en una sala
y no sabes quién es el tonto, eres tú".
No querrán ser Uds.
Imaginen qué quieren los medios.
Se lo puedo decir, soy de Hollywood.
Nos bombardean. Vemos 2000 anuncios al día.
Intentan vendernos algo.
El lujo deriva de matar nuestras esperanzas,
sueños, ambiciones.
Así que sean fuertes.
Sean estoicos.
¿Cuándo pasaron una semana sin tomar azúcar?
¿O caminaron en vez de ir en coche?
¿O hicieron 100 flexiones?
¿O apagaron el aire acondicionado?
Sean fuertes. Tomen una ducha fría.
Todos quieren ser fuertes para tener una buena vida.
Deben ser fuertes.
Resumiendo,
compartiré con Uds. mi poema favorito de Tecumseh.
Dice así:
"Ama tu vida.
Perfecciona tu vida.
Embellece todo en tu vida.
Busca alargar tu vida,
y que su objetivo sea el servicio a tu gente".
Los mentores le ayudarán en ello.
Son el atajo que quieren.
No quieren tomar el camino difícil.
Encuentren un mentor, aunque estén empezando
o sean ya expertos.
Siempre hay alguien de quién aprender.
Sigan estas reglas.
Sean modestos, perseveren, lean más, sean fuertes.
Recuerden, será difícil.
Como dice Tom Hanks en una película:
"Tiene que ser difícil.
Eso es lo que lo hace grande".
Si hacen todo esto, tendrán una buena vida.
Gracias.
(Aplausos)