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Creo que hay 2 rutas para llegar a Dios:
a través del dolor o a través del amor.
Yo llegué a través del dolor.
Mi profesión es el deporte más duro que existe: UFC.
Toda la intensidad de enfrentarse a tus miedos y batallas,
es muy intenso.
Hay mucha gente que dice, "Es demasiado violento."
Me preguntan, "¿Cómo puedes servir a Dios
al estar golpeando a alguien?"
¿Pero qué del fútbol americano y el hockey?
Todos son luchadores.
Recuerdo que la primera vez que luché en un campeonato.
Tenía 19 años.
Escribí una nota,
que decía, "Dios, si ganó este campeonato te
serviré para siempre."
Pero Él sabia que yo no le seguiría inmediatamente.
Y fue lo que pasó, después de ganar el campeonato,
no seguí a Dios inmediatamente.
Cuando tenía 20 sufrí una lesión en el cuello.
Todos los doctores me decían, "Vítor necesitas una cirugía en el cuello.
Y sí te haces la cirugía, no podrás pelear.
Tendrás que encontrar otro trabajo."
Estaba llorando,
desesperado.
Un día estaba conduciendo mi carro deportivo con mi herida.
Bajé la ventanilla. En ese momento, un hombre sin piernas que estaba en la calle
me dijo, "Vítor, mucha gente maneja por aquí y piensa
que soy inútil porque no tengo piernas.
Pero te garantizo que soy más feliz que la gente que maneja
sus carros lujosos por aquí.
Yo tengo a Jesús, y él puede transformar tu vida."
Aquel día fue la primera vez que escuché lo que Dios estaba hablando a mi corazón. Pero
aún con todo eso, no seguí a Dios.
En el 2004, secuestraron a mi hermana en Brasil.
Desapareció.
Mi madre la dejó en su trabajo, nunca la volvimos a ver.
Existen palabras para si pierdes a tu marido, eres viuda.
Si pierdes a tus padres, eres huérfano.
Pero, ¿si pierdes a un hijo?, no existen palabras para eso.
Es tan doloroso.
Es tan doloroso que no existe nombre para eso.
Nunca la encontramos,
ni a su cuerpo, pero oímos historias que la violaron.
Más de 20 hombres la violaron y la mataron.
Mi corazón se volvió más y más duro y amargado.
Solo podía pensar en venganza.
Me dolió y quería una solución para mi dolor,
quería medicina.
Empecé a orar,
encendió un fuego con Dios, Él habló a mi corazón,
dijo, "Hijo, no importa cómo veas y pienses de tu vida.
Tu hermana es mía."
Ése momento fue el contacto más grande para una relación verdadera con Jesús
y con el Espíritu Santo.
Ahora tengo una familia maravillosa y una relación maravillosa con Dios.
Tengo paz en mi corazón.
Miro hacía atrás y veo como era, es asombroso.
Y ahora entiendo que la plataforma no me pertenece
a mí, sino a Dios.
Ahora veo que a través de la tribulación soy un hombre nuevo,
fuerte
y maduro.
No soy perfecto.
Todavía batallo con muchas cosas.
Estoy a la mitad del proceso
y cada día trato de mejorarme para luchar
por ese proceso
que no tiene fin.
Sé un luchador verdadero.
Es como si estuvieras pasando por fuego.
No te preocupes.
Vas a ganar y vas a perder.
El oro tiene que pasar por fuego para purificarse.
Lo importante es superar,
siempre tienes que superar algo.
[PORTUGUESE] Entonces, para que Jesús entre a tu vida tienes que abrir la puerta de tu corazón.
Si no, nunca va a entra.
No te vas a arrepentir.
Te encantará el trayecto,
es maravilloso.
Mi nombre es Vitor Belfort y Yo Soy Segundo.