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A ella podrás conocerla, porque percibe antes que nadie la pureza de tu corazón. Porque
cubre con delicadeza tus defectos y muestra tus virtudes
Porque no te dice que la busques si la necesitas: siempre está a mano, siempre está dispuesta,
entregada. Porque tus cosas se reflejan en ella, y te
aconseja poniendo lo mejor de sí misma. Porque no sólo sufre con tu dolor, sino que sabe
crecer con tu éxito. Porque nunca te das cuenta del sacrificio
que está realizando. Y no calcula lo que tienes, ni mide el punto donde te coloca la
sociedad: Dentro de ella siempre tendrás tu propia
dimensión. Porque te halaga pocas veces, y te contradice muchas.
Porque cada vez que sales en su compañía quisieras ser mejor. Porque cada vez que hablas
con ella, ¡te inundan la paz, la tranquilidad, el consuelo!
Y el amor! Porque tú conciencia no te la reprocha. Y porque tu confianza no le teme.
Porque tus locuras no la alejan. Porque es la primera que viene a tu mente
en los golpes de la vida. Y porque ella se mide siempre para no herirte, pero a la hora
de la verdad, habla sin reservas. Porque para ti no hay parte oscura en su corazón,
y ella vive despejando tu camino, impulsando tus sueños y gozando tus realizaciones.
Porque sabe rezar... y pide siempre por tu felicidad como algo que también esencial
para ella. Si no la conoces, búscala. Y si la tienes, valórala como un tesoro apreciable,
como un don gratuito y supremo de esos que Dios da a sus escogidos.
Su nombre tu amiga, tu Amiga Fiel.