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Jesús dijo una y otra vez en el Sermón del Monte:
“Oísteis que fue dicho a los antiguos…pero yo os digo”
Para entender este dicho de Jesús, lo primero que debemos entender es el Sermón del Monte
como la exposición de Jesús de la ley del Antiguo Testamento,
y no como una norma moral totalmente diferente.
Jesús simplemente refutó la enseñanza errónea de los fariseos sobre los preceptos morales de la ley.
Jesús comunicaba el significado completo y verdadero de la ley como fue
originalmente pensada, y especial, en oposición con el acercamiento limitado,
estrecho y demasiado literal de los fariseos.
La interpretación de ellos o su método para interpretar las Escrituras,
los llevaba a pasar horas exponiendo los finos e invisibles puntos de la ley,
mientras fantaseaban retorcidas técnicas y vueltas para hacer
alteraciones de algunos de los más importantes preceptos morales de la ley.
Es aquí donde Jesús, por ejemplo,
presenta el tema de la regla del Antiguo Testamento “ojo por ojo, diente por diente”
Este principio fue designado para penas limitadas,
evaluadas en tribunales civiles o criminales.
Nunca tuvo la intención de autorizar represalias privadas por insultos menores
e infracciones personales.
Fue un principio que mantenía el sistema legal bajo control,
no una regla elegida para permitir que un vecino fuera contra otro
con una cadena de ataques y contraataques justicieros.
Pero los fariseos lo habían convertido en eso.
La venganza personal contaminaba la atmósfera social en Israel,
y los líderes religiosos la justificaban apelando a la ley de Moisés.
Pero Jesús dijo claramente que eso era una mala interpretación
y abuso total de la ley de Moisés.