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La mayoría de la gente, al pensar en el antiguo Egipto, imagina sus pirámides, obeliscos, templos...
pero hay objetos que podrían quitarte el aliento
solo con su belleza, su detalle y su artesanía.
Este objeto no estaba en una tumba, sino en el santuario de un templo.
Es una estatua de culto creada para guardar el espíritu del dios Ptah,
que ayudó al nacimiento del mundo. Antes de los inicios del mundo,
había un gran vacío oscuro lleno de agua.
El material es lapislázuli, que era importado de Afganistán, y al ser raro en el antiguo Egipto, tenía un alto valor.
Es difícil resistirse a su color azul intenso. El artista eligió esta piedra
para representar las aguas oscuras en los comienzos de la creación del mundo.
Los detalles te hablan del rol que tenía este dios. En este objeto específico
hallamos pequeñas trazas de pirita,
que llamamos "el oro de los locos". Enterradas en el lapislázuli azul brillante
representan las estrellas,
porque Ptah es el Señor del Cielo.
Ese hermoso collar de cuentas representa su rol como Maestro Artesano.
Es el Señor del Bajo y Alto Egipto, porque viste el atuendo del rey,
lleva la misma barba que el rey,
y sostiene los cetros
que le dan el dominio y la estabilidad sobre la tierra.
Parece estar de pie sobre una pequeña base cuadrada,
pero si lo giramos de lado, vemos que la base tiene la parte frontal inclinada.
La base es de hecho un jeroglífico: la palabra "maat", que significa "verdad".
Ese es otro de los títulos de Ptah, el Señor de la Verdad.
Tenemos que pensar en las antiguas deidades egipcias como si fueran personas,
que necesitan vivir en una casa, ser alimentadas, vestidas, y que las hagan felices.
A cambio nos darán los poderes necesarios para mantener el funcionamiento del mundo.
Pero puede que no lo encuentres en la galería si no miras con atención,
porque este objeto solo mide dos pulgadas. Al hablarme este objeto me di cuenta de que
sin necesidad de una sola palabra escrita, tres mil años más tarde, podemos entender el mismo idioma.