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Claudia Salerno, eres la principal negociadora de Venezuela aquí en la cumbre sobre cambio climático.
Se te conoce por aquel gesto de hace tres años en Copenhague, cuando, buscando llamar la atención y ser escuchada
golpeaste la mesa hasta hacer sangrar tu mano. Cuéntanos lo que está ocurriendo hoy,
comparándolo con lo sucedido hace tres años y los motivos por los que estabas tan alterada.
Creo firmemente que lo que estamos viviendo y enfrentando ahora, en este proceso de 2012
es consecuencia de lo sucedido hace exactamente tres años.
Hace tres años, un Estado dijo que iba a tomar la iniciativa para transformar todo el sistema
y todo el régimen propuesto para enfrentar el cambio climático, porque a ellos no les servía. Entonces, un solo país -
¿Siendo ese país..? - Estados Unidos,
el único país que no ha firmado el Protocolo de Kioto, porque no le servía.
Tenían que destruirlo todo e intentar acomodar el proceso a sus intereses económicos,
siendo siempre su argumento, no lo que los países van a hacer, sino sus economías.
Esta es una negociación económica. Lo primero que los países deben entender
para tener éxito en este proceso es que no se trata de un proceso meramente ambiental.
Este es un proceso que va a tener impacto en la economía, y por eso es tan difícil
para los países desarrollados a los que les va bien económicamente, o incluso a los que les va mal,
implementar los cambios necesarios en su economía.
¿Qué está pasando ahora? ¿Cuáles son los temas clave que no se están tratando?
¿Y se va a alcanzar un acuerdo al final de hoy o mañana? Claramente, las charlas se están demorando más de lo previsto.
Creo que en los últimos dos años, ya hemos aprendido que los presidentes
hacen lo posible para llegar a un acuerdo que logre muchos aplausos.
El año pasado incluso decían que las decisiones se tomaban por ovación más que por consenso.
Así que ya sabemos que algún tipo de acuerdo se va a lograr.
La pregunta es, ¿qué clase de acuerdo? El principal problema para los países en desarrollo es garantizar un segundo periodo de
compromiso para el Protocolo de Kioto. Ahora que tenemos el texto en nuestras manos desde esta mañana,
nuestra principal preocupación es que este segundo periodo de compromiso se refiera
a cuestiones de poca importancia, un acuerdo totalmente vacío. -¿Esto qué significa?
Significa que los compromisos que incluye no son suficientes para detener
el aumento de la temperatura. Así que ahora nos estamos acercando a un aumento de entre 4 y 6 grados
aunque en Cancún habíamos acordado una meta global y un objetivo común para todos
de llegar, como máximo, a los 2 grados. -Para señalar la importancia de esto:
2 grados era la meta que se esperaba acordar, que son 3.8 grados Fahrenheit, y el Banco Mundial apareció con
un informe que dice que podríamos llegar a un aumento de entre 4 y 6 grados
para fin de siglo, lo que son 7.4, o 7.2 grados Fahrenheit.
Háblanos del tema de los mercados, Claudia Salerno. -El tema de los mercados es la peor parte de todo este paquete.
Lo que hemos visto últimamente es una tendencia a tratar de convertir y transformar
lo que se creó en Kioto en un principio, como una forma de ayudar a los países desarrollados
a cumplir con sus compromisos. Ahora se ha convertido en un mecanismo para obtener beneficios
de un cierto tipo de contaminación que es rentable para los países desarrollados. Entonces,
lo que ahora se considera un negocio atractivo, es mantener un régimen climático que les permita
-eso es a lo que están apuntando, a lo largo de estas dos semanas- que les permita de hecho comerciar
con eso a lo que se llama 'derechos de contaminación'. Así que lo que ahora vemos con preocupación
es esa capacidad que quieren tener para crear mecanismos que les permitan comprar el derecho a contaminar
hasta ciertos niveles, y luego intercambiar entre ellos esos derechos para contaminar la tierra.
Venezuela es quizás el mayor productor de petróleo del mundo. Son miembros de la OPEP.
Si, y también somos, la OPEP nos ha reconocido el año pasado como el país
con las mayores reservas constatadas del mundo. Y eso es para nosotros una enorme responsabilidad.
Tengo que decir, no obstante, que incluso con esas cifras tan grandes y el alto nivel de exportación,
nuestro país apenas representa el 0.48 por ciento del total de emisiones del mundo,
porque Venezuela es también un país amazónico, así que tenemos más de 50 millones de hectáreas de selva virgen
que están así y seguiremos sin tocar, o sea que somos un país extremadamente 'verde',
con una gran tradición ecologista y de respeto por la naturaleza y el ambiente.
Les pido a ambos que evalúen, en 30 segundos
el papel de Estados Unidos aquí y ahora, comenzando con Heherson Álvarez.
Bueno, al elegir a un presidente como Obama, Estados Unidos dio señales de que
se prestaría atención al cambio climático. Pero eso no ha ocurrido. Según ellos, hubo algunos problemas serios
con su economía, y Obama tuvo que ocuparse de esas prioridades. Pero últimamente, él ha dicho
que este tema iba a ser uno de los tres pilares de su próximo mandato,
y que va a proporcionar los recursos para un mundo seguro, refiriéndose a las políticas públicas sobre cambio climático,
para las generaciones estadounidenses, del pueblo estadounidense. Estamos esperando esa señal.
También tenemos esperanza de que haya señales de parte del sector empresarial para trabajar conjuntamente en este tema,
con algún tipo de fundación, asumiendo el problema del cambio climático, porque ya hemos tenidos muchos reveses.
Los métodos de intervención que se están definiendo, por más claros que sean,
desde las organizaciones mundiales, con las Naciones Unidas a la cabeza, son insuficientes.
La burocracia es demasiado lenta. Se debate demasiado y si bien la ciencia es clara,
no se está aplicando con decisión. - Y Claudia Álvarez, digo, Claudia Salerno.
Seré muy breve. Creo que los negociadores de la delegación estadounidense,
no parecen estar al tanto de las declaraciones que hizo Obama cuando asumió el poder luego de las elecciones.
De hecho, él habló del cambio climático después del huracán Sandy, y parece haber una desconexión entre
las promesas que hizo el presidente y los comportamientos que tienen aquí sus delegados.
Bueno, quiero agradecerles por estar aquí con nosotros.
Hemos hablado con Heherson Alvarez, delegado de Filipinas para la cumbre en Doha
y miembro de la Comisión Presidencial por el Cambio Climático de Filipinas. Y Claudia Salerno, viceministra de relaciones exteriores
para América del Norte, enviada especial de la presidencia sobre Cambio Climático aquí en Doha.
A la vuelta, nos acompañan el dirigente ambientalista indígena de Estados Unidos,
Tom Goldtooth, y un activista indio que ha participado
en estos eventos por más de diez años. Permanezcan con nosotros.
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