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A mil kilómetros de Ecuador, en mitad del Océano Pacifico avistamos las Galápagos.
Fue en estas islas, de origen volcánico,
donde Darwin elaboró su teoría de la evolución.
La presencia de aves de reptiles es muy numerosa
pero lo que nos atrae esta vez hasta aquí son los lobos marinos.
Llegaron nadando y son los mamíferos más comunes en las Galápagos.
Los lobos marinos desarrollan su actividad fundamental en el mar,
pero descansan en tierra, donde forman numerosas colonias.
Más de cincuenta mil individuos viven en el archipiélago.
En las playas numerosas hembras y crías entran y salen del agua,
mientras los machos vigilan el harén.
En tierra son bastante torpes lo que no les impide retozar.
Pero es en el mar donde se encuentran como lobo en el agua.
Dentro del agua juegan, pescan y en ocasiones hasta duermen.
Lo que un día fueron patas hoy son aletas…
El mar les proporciona todo lo que necesitan,
peces y pequeños crustáceos de los que se alimentan.
El lobo marino disfruta dentro del agua, y fuera tomando el sol…
En las islas existen dos especies de lobos marinos.
El lobo peletero que llegó de las aguas frías al igual que los pingüinos,
y el Lobo marino de las Galápagos, el más abundante que llegó desde California.
Tal vez por eso le encanta hacer surf saltando sobre las olas.
El lobo es un animal tímido que huye ante cualquier señal de peligro.
Como no parece que haya enemigos cerca, (no me parezco mucho a las orcas)
se muestra confiado a pesar de que “hay un bicho raro entre las olas”…
Las Galápagos surgieron del mar, los lobos marinos llegaron nadando…
Me cuesta dejar estas islas. Pero de nuevo toca despegar, debo emprender el vuelo,
si pudiera quedarme cual loba marina surfeando entre las olas…