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He recibido mucnos e-mails de gente que piensa que yo odio a los musulmanes, nada está más lejos de la verdad,
ni siquiera la razón oficial para la guerra de Irak, tan lejos de la verdad como Plutón del Sol.
Pero esto es un ejemplo de una cualidad humana; tendemos a interpretar las cosas
según lo que queremos ver, más que lo que realmente hay,
y eso, claro, es lo que hace tan peligrosas las mal llamadas sagradas escrituras.
Dejaré esto muy claro. No tengo problemas con el islam de la gente que quiere hacer su vida
y rezar todos los días, sin molestar a los demás.
Tampoco tengo problemas con ninguna religión que tenga la decencia de ocuparse de sus cosas.
Pero ese no es el islam del que hablo, y creo que todos lo sabemos..
Hablo del islam represivo, violento, intolerante, el que considera los derechos humanos un insulto contra dios,
el islam que quiere matar a los homosexuales, junto con los adúlteros,
y cualquiera que piense tener derecho a su vida privada.
Pero no odio a nadie porque el odio es cosa de perdedores. El odio es sólo miedo con actitud.
Si odias algo es que lo temes, lo que te convierte en una nenaza.
Y cualquier cosa que odias o temes, sepas que la atraes,
porque si inviertes tanta emoción en algo, viene a ti.
El fundamentalista islámico odia a América. América va a por él.
Aquí en Gran Bretaña, odiamos la intolerancia. Adivinad lo que se nos viene.
Esta semana la Reina de Inglaterra ha sido quemada en efigie en las calles de Pakistán.
¿Por qué? Porque nombró caballero, una baratija en el mejor de los casos,
a un autor más conocido por lo que molesta que por lo que escribe.
No quiere decir que tenga que ir por ahí vestido de armadura, aunque sería aconsejable
si se acerca a Pakistán, cuyo gobierno ha declarado esto un insulto al islam.
Y digo yo, ¿qué no lo es, en estos tiempos?
Me cuesta mucho tomar en serio esta indignación moral de Pakistán, viniendo
de un país cuya actitud con las mujeres rebaja a toda la raza humana.
El verdadero insulto al islam es que en Pakistán una mujer puede ser asesinada por el crimen de ser violada.
Lo peor que a uno le puede ocurrir en Pakistán es nacer mujer.
Cada año miles de mujeres en Pakistán son asesinadas por sus propios familiares.
Pero nadie se siente insultado por esto. Nadie pide disculpas por esto.
En su lugar, ¿qué tenemos? Un silencio ensordecedor de los musulmanes, casi un milagro en sí mismo.
Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, 80 por ciento de las mujeres pakistaníes
reciben palizas de sus maridos habitualmente.
¡Espabilad, tíos! No podéis echarle la culpa de todo a vuestra cultura.
Y aun así, es ésta la gente que ha acusado al gobierno británico de islamofobia,
y esto debe de escocerle mucho a los pacificadores religiosos políticamente correctos que mandan en este país,
porque ya han hecho mucho para complacer la sensibilidad islámica,
incluso legitimar grupos de presión chalados como el Muslim Council of Britain, que hace poco emitió
una lista de exigencias que impondrían valores islámicos a todos los niños de las escuelas británicas.
El Muslim Council of Britain suena a organismo oficial, pero de hecho no es más que un grupo más de extremistas fanáticos
que quieren convertir Gran Bretaña en una república islámica.
Nunca admitirán esto en público, por supuesto, como el British National Party no admitirá
que quieren deportar a los negros y gasear a los judíos,
pero todos sabemos de lo que van en realidad.
Y les encanta acusar a la gente de islamofobia, una palabra inventada, y una sucia mentira.
Una fobia se define como miedo o terror irracional de algo,
y es verdad que mucha gente teme el crecimiento del islam, pero no hay nada irracional en ello
si miras las pruebas. En los países donde el islam tiene el control hay represión,
hay tortura, hay escasos derechos humanos y no hay libertad de expresión.
Y si el Muslim Council of Britain se sale con la suya, este será uno de esos países,
y a mí me arrestarían y me torturarían por hacer este video.
No es una creencia que quiera ver fomentada,
pero eso no tiene nada de fobia; no es más que sentido común.
La verdadera fobia va con el islam, y con todas las religiones, con su miedo patológico
de la razón, la cual saben que puede evaporar todos sus delirios en un instante,
porque la razón para la religión es como la luz del sol para un vampiro.
Ahí es donde está el verdadero miedo, ahí está el verdadero odio.
Paz, especialmente a todos los de la religión de la paz.