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Montevideo tiene muchos aspectos que revelan su verdadera naturaleza.
Los cafés aquí, como en otras capitales del continente,
son centros sociales, de negocios, e incluso vida política.
Es una ciudad en la que se podría sentir como en casa, una ciudad que le gustaría.
Aquí, como en los the Estados unidos, encontraría una gran y poderosa clase media.
Una clase media tan grande que comprende muchos niveles de ingresos familiares y estándares de vida.
Si usted buscara esta clase media entre las grandes propiedades a lo largo del boulevard,
buscaría en vano.
Tampoco por supuesto, en las pocas chosas de lata, que aparecen en las afueras.
Puede esperar encontrarlos en las viejas y tranquilas casas alrededor del parque,
o en los nuevos apartamentos que se elevan sobre los hombros
de las viejas casas de verano sobre la playa,
o incluso en los desarrollos de casas de trabajadores agrupados cerca del puerto.
Pero ninguno de esos lugares alberga la clase media tal cual la entendemos,
gente con estándares, hábitos y privilegios similares a los nuestros.
Mire de nuevo, sobre una calle tranquila en el medio de la ciudad,
mire en una casa como esta, linda y moderna,
una casa en la que vivir, y aquí si vive esa familia.
Aquí está la madre, María Gardice, nacida en Montevideo de padres nacidos en Italia.
El padre, Gabriel, también es uruguayo, pero su gente vino del
áspero País Vasco de España.
Esta es Raquel que tiene 8 para 9.
Y este es Pepe que tiene 6.
Si usted les preguntaran que consideran típico en sus vidas,
tendría muchas respuestas.
La madre podría decir "Mi esposo y yo tomamos mate juntos
con los niños en una tarde de vacaciones, y jugamos juegos, muchos uruguayos hacen eso".
Y el padre diría "Nuestra vestimenta nacional es típica.
Tal vez no lo sabía que tenemos una.
Difícilmente se ve en la ciudad por supuesto, excepto en un asado."
"Vestimos la boina vasca, la bufanda y el cinturón
y la bombacha, pantalones del gaucho".
Raquel, como cualquier pequeña y buena uruguaya, está aprendiendo los preceptos
que construyen el ritual del encanto femenino.
Lo que es típico para Pepe es típico para cualquier niño en cualquier lugar, limpiar el frasco de mermelada.
Pero pregúntele a la abuela, que vive al lado, que piensa ella que es típico.
Ella diría: "My jardinero viejo y criollo , que una vez fue gaucho,
sentado con su perro bajo el ombú más grande de todo Montevideo, eso es típico".
Sus días comienzan temprano, la cortina de acero a cubierto el dormitorio durante la noche.
Roperos como este son usados comunmente en vez de placares.
La empleada consigue la leche matutina de un vendedor en la vereda.
Y en el comedor la familia está teniendo su primer comida.
Pan o galletitas con mermelada y manteca y café con leche caliente,
que incluso los niños toman.
El padre va a trabajar temprando, a eso de las 7. Aunque no es una jornada inusualmente larga
con horas libres para el almuerzo, como es la costumbre americana.
Los sonidos e imágenes de la mañana temprana, son universales, escobas ocupadas y sombras largas.
Ver la gente apurándose para el trabajo.
En la casa, comienza la larga ceremonia diaria de la limpieza.
Las casas se mantienen en las mejores viejas costumbres
y los colchones se airean cada mañana.
El viejo jardinero también se encarga de la vereda.
Pepe que va a una escuela católica, está esperando el omnibus que lo llevará allí.
El gran sistema progresista de educación pública de Uruguay, es conocido por todo el mundo escolástico.
Pero las familias devotas como esta, aun prefieren mandar a sus hijos a la escuela católica.
Más tarde, Pepe será enviado al liceo, y probablemente a la universidad.
La madre está en el jardín, podando flores y tomando mate, el amargo y amado té uruguayo
de Uruguay y Argentina, que es tanto un ritual como una bebida.
La madre y la abuela tienen juntas un gallinero en el amplio espacio entre las dos casas.
Alimentar las gallinas es trabajo de Raquel, aunque a ella no le gusta hacerlo.
La abuela insiste, por una cuestión de disciplina.
De vuelta en la cassa, la pequeña sirvienta Bella, está baldeando el piso.
Bella fue una de muchos de una gran familia pobre del campo.
Ella vive aquí, recibe un pequeño sueldo,
Ella ya es una sirvienta excelente, y vive una vida simple pero aparentemente satisfactoria.
Debido a que tiene una variedad de electrodomésticos, como esta aspiradora,
el trabajo de Bella's es poco más difícil que el de una empleada similar en los Estados Unidos.
Raquel va a una escuela de convento en la tarde, por lo que hace sus deberes en la mañana.
Copia su aritmética en el libro de lecciones, que será el registro de su trabajo durante el año.
Con precisión extrema pero sin un interés apasionado.
Uruguay encabeza a toda America Latina en su tradición de carreras para las mujeres.
Pero Raquel puede que esté destinada al matrimonio y la casa. Ya es bonita,
sus orejas ya están perforadas para las pequeñas caravanas de oro, un remanente persistente
de la herencia europea de feminidad.
La madre va al carrito de vegetales a negociar por tomate y choclo frescos.
Hasta las comidas de Uruguay son las familiares.
El hombre de los vegetales, en su ruta de Italia a Sudamérica, vivió en Pittsburg
pero prefirió Montevideo.
Raquel aún está trabajando, esta vez en otra de esas tareasa femeninas
tan queridas por las madres de todo el mundo.
Los amigos de Raquel sufren con ella.
En la tarde, la madre se viste para ir al centro a ver una película.
Sus ropas son muy parecidas a las de una mujer norte americana promedio,
de moda pero conservadora. Sus zapatos fueron hechos en Montevideo,
Su sombrero, algo extravagante, importado de Nueva York.
Su traje de lana amarillo y su blusa fueron hechos por un sastre del barrio.
Es interesante notar que los Gardice no tienen un automóvil
pero tienen a una sirvienta de cama. Mientras que en los Estados Unidos una familia
de mismos ingresos, tendría un auto pero no sería capaz de pagar una empleada.
En ningún lugar de Sudamérica, las películas norte americanas son tan cotidianas
como en Montevideo.
Tal vez le interese la manera en que se cambian los nombres para contar la historia.
"Wake Island" se transforma en "Volveremos", o "We Will Come back".
Para distribución latino americana, "The Glass Key" ha requerido un título explicativo,
"El Hombre Que Supo Cómo Perder".
Mientras la madre está en el cine, puede quere ver al padre, en el depósito,
donde trabaja como barraquero de lana.
Continúa a un negocio fundado por su padre, cuya foto cuelga sobre su escritorio.
Negocia en el embarco de lana y cuero de los grandes ranchos ovinos del interior uruguayo,
a fabricas textiles de América del Norte y del Sur.
Está orgulloso del hecho de que uno de sus últimos negocios
fue con el ejército de los Estados Unidos.
La firma de Gardice es una de los muchos pequeños depósitos en la misma zona,
cada uno empleando 10 o 15 empleados y gerentes.
As a agente, el Sr. Gardice es uno de un gran grupo económico, comprendiendo pequeños propietarios
vendedores, funcionarios del gobierno y muchos otros trabajadores de cuello blanco.
Como tal, tal vez sea menos exitoso que más o menos un tercio de todos los hombres de negocios de Montevideo,
pero si se considera el resto de Uruguay solo uno en diez estaría mejor que él.
Todas las relaciones comerciales aquí involucran mucha conversación amistosa,
y una ronda de apretones de mano parece hacer el negocio más firme.
De nuevo en casa, la madre y Raquel están preparando la cena en la linda cocina,
con su porcelana brillante y su nueva heladera eléctrica de la cual están tan orgullosos.
La cena es una comida liviana, con sopa y una ensalada verde, y como plato principal, suflé de queso.
Montevideo consume más productos lacteos que la mayoría de las capitales de america latina.
Mientras este proceso continúa, Raquel y su amiga Patricia
van arriba al cuarto, que Raquel comparte con Pepe,
a revisar la condición de la muñeca.
En la pared hay fotos de la comunión de los niños.
Dumbo mira desde arriba del ropero.
La cena es un tanto más formal que la cena nuestra, y más tarde, a las 8:30 o 9:00.
La comida no es elaborada pero hay mucho cambio de platos,
ya que las pequeños detalles se tienen en alta estima. La atmósfera durante la cena
es aquella de toda Europe, llena de modales que solo los niños son capaces de ignorar.
El asado tradicional o "barbecue" es entretenimiento de fin de semana para el clan Gardice
y sus amigos.
Un cordero entero, asado con chorizos picantes, embadurnado con salmuera.
Es su forma de picnic, más difícil que cualquiera nuestro,
pero parte de la misma vieja costumbre, de una comida afuera de la casa.
Esta es entonces, la familia de Gabriel Gardice, pequeño comerciante.
Una familia que se describre a si misma, con cierto orgullo, como "mediana", "clase media".
Uno realmente siente, a pesar de que hablan un idioma diferente al propio,
que son estraños.
Si vivieran al lado de tu casa, ¿no serían buenos vecinos?
El Fin.