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Hola. En esta ocasión quiero contarles
algunas experiencias de mi vida.
Experiencias tan diversas que podría hablar de vidas diversas.
Estoy aquí para contarles algunos sueños que cumplí
y que, de ideas, se volvieron hechos, hechos concretos.
Mi primera vida, que duró 22 años, transcurre en el sistema bancario
donde fui protagonista de una serie de éxitos;
he trabajado en finanzas, tesorería,
ventas, marketing; en sectores tradicionales de la banca.
Luego me dieron un pequeño encargo y así creé
el primer modelo de banca multicanal virtual en Italia:
un gran éxito; esta capacidad de crear modelos
e instrumentos de trabajo útiles para empleados y clientes
me dio la posibilidad de mirar a mi alrededor y pensar
en cambiar la experiencia, siempre desde el mundo de las finanzas
y, por tanto, desde el primer modelo de banca virtual,
elegí vivir 4 años en Milán en una experiencia similar
en el mundo de las finanzas, pero en una empresa mucho más amplia, más grande,
y allí también creé modelos de automatización de procesos de aprendizaje
en San Paolo IMI y creé una plataforma de gestión del conocimiento en la que
en tiempo real, la información proveniente de la fábrica
(fondos, administración de activos) arribaba a las redes de las sucursales.
Fue un gran éxito, una gran iniciativa, bastante interesante,
y me pidieron (porque ganaba realmente mucho dinero)
que siguiera la famosa carrera y recorriera el mundo
para hacer recortes en las filiales del exterior de la red San Paolo IMI.
Entonces salí de gira por Europa del Este y Asia
a revisar un poco el sistema de suministro de las redes, de las filiales.
Aquí algo cambió y empecé a sentirme incómoda
a finales de mi primera vida. Me sentí incomoda porque hoy
la insuficiencia del sistema bancario, en Italia y en el mundo,
es evidente; hemos visto también la quiebra de empresas debido sobre todo
no a la incapacidad o a la falta de creatividad empresarial
sino a que los clientes siempre tienen las de perder con los bancos.
Me sentí un poco fuera de lugar y, digamos, un poco perdida.
Entonces empecé a pensar en poner esa energía,
esas ganas, esa determinación, ese deseo de cambio,
de ponerlo en juego y proponerlo en otros modelos.
Así que me fui, hice una breve experiencia en Brasil, donde
quería tener un contacto directo con la pobreza.
Era muy rica --una riqueza de dinero--
y quería buscar otra riqueza, una riqueza interior.
De manera que me puse un nuevo par de lentes para ver la vida de modo diferente.
Monté mi empresa social y luego, en la segunda vida,
fundé "Officina Creativa", lanzando varios proyectos
que tocaban varios temas, en sectores olvidados:
trabajé con menores en riesgo de delinquir;
trabajé en el campo de la comunicación social;
en las escuelas, hablando de energía renovable y de ahorro energético;
desarrollé modelos que pudieran valorizar comportamientos intangibles
como la puntualidad en el pago de la factura del agua, por ejemplo;
puse en marcha muchas actividades lanzando marcas comerciales y nuevos modelos de desarrollo.
Luego nació mi gran amor con "Made in carcere" [Hecho en prisión]
porque yo deseaba incidir en situaciones de dificultad extrema.
"Made in carcere" es una experiencia muy interesante, y es mi segunda vida,
y ya tengo en mente para 2013 --creo que, sin lugar a dudas,
tendré éxito-- la experiencia de una escuela de verano,
porque mi sueño es, el sueño para mi vejez, estar siempre
junto a los niños. O sea, crear una casa de familia, escuela de verano,
crear modelos "educativos" y de formación
llenos de alegría y de ironía. Volviendo a la segunda vida,
el proyecto que me lleva más tiempo y que ocupa la mayor parte de mi vida
es este contacto que tengo con el mundo carcelario.
Es un contacto muy difícil, de alto impacto,
pero verdadero, donde la ausencia de cualquier elemento activa
al máximo la creatividad, desarrolla un sentido de creatividad
pero también de supervivencia muy fuerte.
Inicié este proyecto de "Made in carcere" pensando
--al ver tantas bolsas de papel
que se destruían en pocas horas,
dos horas, dos días como máximo, esas bolsas brillantes, hermosas--
pensé que coserlas podría ser de utilidad
(porque es muy simple coser una bolsa)
y pensamos en hacer contenedores
para hacer compras, para hacer regalos, pero también para seminarios y eventos.
Simplemente, en vez de llevar las bolsas, llevo una etiqueta.
La idea es imprimir la etiqueta del patrocinador y adosarla a esta envoltura tejida.
Este envoltorio, que tiene la marca, cicla y entonces
continúa la difusión del conocimiento
mediante esta fórmula de marketing social,
puede durar mucho tiempo, incluso años,
de modo que el mensaje se sigue transmitiendo;
el proyecto emociona, y entonces recoge una sensibilidad
dada precisamente por la atención del uso de las cosas que ya tenemos.
Porque muchas veces usamos productos reciclados
--telas, restos de revistas o residuos--
que a menudo quedan abandonados en depósitos. Nosotros en cambio los recogemos
(aquí en Como hay asociaciones sin ánimo de lucro que nos donan muchísimas telas
como la asociación Mari di Moda): lo interesante es que
todos somos felices.
Claramente existimos porque
las reclusas reciben un salario regular
(después veremos más a fondo este pensamiento)
y existimos; no sé si nos conocen:
así que en vez de hacer bolsas a la moda, muy bellas,
pocas y costosas, elegí hacer muchas bolsas a bajísimo precio
que pueden rondar los 2 a 5 €, como para contaminar
tanto como sea posible el modelo de desarrollo asociado
con un nuevo estilo de vida, una nueva forma
de estar en el mercado, pero también de usar las cosas que tenemos.
Estilo de vida, filosofía, que nos ha permitido tomar a cargo
otras 22 reclusas (también tenemos otros recursos externos
que nos ayudan, de hecho, en la comunicación y el marketing);
y con € 2, € 5 a la vez hemos llegado a... ahora, por ejemplo,
hasta mediados de octubre facturamos otros € 400 000;
y esto significa que puedo restituir
una alegría, una riqueza que no es material, de dinero,
sino de experiencia, de contacto con estos seres humanos,
con estas situaciones extremadamente difíciles y por lo general inaccesibles.
Mi experiencia en el campo de la innovación tecnológica y social
me permitió trabajar realmente en una oferta muy interesante
y pensé entonces que el conocimiento de la innovación
aplicada al sentido común, está dado precisamente por este circulo virtuoso
donde todos estamos contentos, donde todos ganamos porque
quien dona la tela se libera de un montón de retazos bellísimos
que a menudo cuesta tirar a la basura;
pero si se los dona y reutiliza,
seguramente también los emprendedores cumplen una acción social.
Vamos con un furgón a recogerlos, cortarlos, hacerlos coser
dentro de las cárceles y hacemos muchas bolsas
de todo tipo. Ahora también hacemos bolsas para uso tecnológico:
porta-iPads, hicimos pequeños pijamas
para estos productos tecnológicos.
Así, además de las bolsas de las compras y las bolsas para eventos, ahora es
el envoltorio para productos tecnológicos.
La innovación, aplicada al sentido común, es para nosotros un modelo de buen uso del mundo.
Quisiera que vean y palpen
lo que les he contado.
(Video) "Made in carcere" prácticamente es mi segunda vida:
... tienen que hacer esto así: ¡lo hacen como ellas quieren!
La detenida recibe un salario regular
y así el salario significa vacaciones, horas extras, enfermedad, certificado médico,
asignaciones familiares, horarios de entrada y salida, el refrigerio,
es decir, son conceptos que en la reinserción laboral,
en el mundo real, existen, pero a menudo una detenida
ni siquiera ha trabajado nunca y por ende son conceptos fuertes, importantes, que ayudan
a un mecanismo de reinserción en el mundo real.
En Bruselas, la semana europea de la pequeña y mediana empresa,
en la apertura de los ganadores del concurso por el mejor video 2010,
con la corresponsal, Mariolina Sattanino.
MS: "La crisis nos ha enseñado a ver el mundo con otros ojos",
dijo el vicepresidente de la Comisión Tajani,
en diálogo con emprendedores suecos, rumanos, croatas
y con dos emprendedoras italianas: Luciana delle Donne, que ha creado una cooperativa
para ayudar a las reclusas produciendo con telas recicladas.
Lecce, prisión de máxima seguridad, pabellón femenino.
(--"¡Buen día!" --"¡Hola Luciana!") Aquí nace la marca "Made in carcere",
creada por Luciana delle Donne junto a un grupo de detenidas.
(LdD: "Les traje las telas...") Hace tres años, Luciana delle Donne dejó la carrera bancaria
en Milán, y de regreso en Apulia abrió una cooperativa social.
Aquí se trabaja para recuperar la dignidad de las personas, y juntos
se recuperan también materiales de descarte.
Las telas que descartan los diseñadores se reciclan en objetos de moda.
Detrás de la marca "Made in Carcere" hay en la actualidad tres sastrerías
en las cárceles de Lecce y Trani, con unas 22 detenidas
que reciben una paga producto de las ventas de su empresa,
que produce sobre todo bolsas para conferencias y confecciones.
Si aprendes a amar en un lugar tan feo y a hacerlo bello,
no puedes no estar enamorada de la vida, de todo,
porque después... afuera parece como si encontraras el paraíso. Obvio, ¿no? (Fin Video)
(Aplausos)
Es una experiencia muy fuerte que genera un impacto
que hoy quizá nos sirve a todos.
Bueno, unos apuntes: este suicidio de la economía, este acompañamiento
a la pobreza de valores, el cambio, lo que estamos viviendo,
el caos... este es un dibujo mío que explica mi proyecto
donde siempre hay caos, siempre hay algo secundario, pero donde hay una visión
extremadamente lúcida, en el sentido de que es imposible no detenerse,
no generar un cambio que tenga en cuenta el bienestar social de todos:
no es posible seguir enriqueciéndose a costas de los otros,
a guardar silencio y no rebelarse
ante situaciones de necesidad extrema.
Digamos que nos provoca --personalmente, me provoca-- una gran incomodidad,
y este es un modo de expresar qué se puede hacer.
Con modelos de desarrollo sostenible se pueden hacer negocios
y así mi proyecto se puede replicar a escala industrial,
se puede dar un salto dimensional; de 67 000 detenidos,
el 10 % son mujeres; en vez de 22 me gustaría tener 2200 detenidas cosiendo bolsas porque
las bolsas nos sirven a todos.
Tuvimos una experiencia bastante interesante:
"Sette mostre per l'Italia", con un barco a vela nos alejamos de Italia
para pensar y tratar de identificar
modelos de innovación social en los que pudiese haber
una visión diferente del mundo, y hacer una contribución.
Escribimos un libro, yo he escrito algunas cosas
que después, si quieren, pueden descargar de la web [www.madeincarcere.it]
y lo más importante es dejar una marca de cambio.
Mi dirección de e-mail es luciana724 (luciana 7 días de 7, 24 hs de 24)
@gmail.com (Aplausos). Por supuesto
--me queda un minuto-- Por supuesto, tengo que mostrarles
algunos de nuestros productos. Así que me despido ofreciéndoles un pequeño catálogo de nuestros productos.
[MADE IN CARCERE - Reciclamos vida]
¡Gracias! (Aplausos)