Tip:
Highlight text to annotate it
X
LA NOCHE DEL JUCIO
Hola.
Hola.
¿Por quê no llamas a Peggy? Invítala a mirar televisión contigo.
¿Hoy dan el programa que te gusta, no?
Hola, hermosa.
¿Cómo se llama?
Vamos, Linda. Me haces sentir culpable.
Sólo será un par de horas.
Me lo merezco. Hace más de tres meses que no salgo de casa.
¿Tres meses?
Vaya, quizá sea exactamente el mismo tiempo que hace que yo no salgo.
Parece que Mike casi tiene una cita esta noche.
Linda, nadie tiene una cita.
Somos sólo un grupo de muchachos que vamos a ver boxeo.
¿Quê?
¿Por quê me miras de esa manera?
Tus amigos tienen las hormonas como en la secundaria.
- No me acuses de andar saliendo. - Tú eres el único que tiene familia.
Es hora de que empieces a salir con los adultos.
- Mis amigos son adultos. - Lo siento.
- Sl mlran a estrlbor... - ¿Quê diablos es eso?
El potenclalmente pellgroso señor Frank Wyatt.
Desde comlenzos de slglo que no sale con nosotros.
Démosle un fuerte aplauso...
Allí está uno de tus amigos adultos.
- Debo irme. - Ve y diviêrtete.
Quizás así dejes de tener esa cara.
Nletos del grupo orlglnal de ballarlnes nudlstas.
¿No me arrepiento de nada, de acuerdo?
Como digas.
Adiós, hermosura. Papá debe irse.
Te amo.
Perdón.
Yo tambiên te amo.
- Una muestra de valores famlllares. - Volverê temprano.
- Esa es su beba... - Sí, cerca de las ocho de la mañana.
Gracias. Hoy duermo en el sofá.
- Es simple. Ella me odia. - No te odia.
- Hace dos años que estoy casado. - ¿Recuerdas tu cumpleaños?
Te odia.
- ¡Hola! - Hola.
Me desharê de estos vagabundos y me ocuparê de ti.
- ¿Lo prometes? - Miren adentro.
Es más grande que su casa.
Prepárense para el bombardeo de placer. Los pisos son de mármol.
- Vaya. - Caray.
- Quê buen sistema. - Gracias.
¿No toques nada, de acuerdo?
Eso no es para ti. Tampoco apoyes tus pies sucios en mi tapizado limpio.
¿Ray, de dónde sacaste esto?
- Es una promoción. - ¿Quê?
- El distribuidor me lo prestó por hoy. - ¿Cómo?
Pasê por lo del distribuidor, pensê en lo de hoy,
entrê y dije que era perfecto para agasajar a los clientes.
Pensê en usarlo para comprarle algunos a mi personal de ventas.
Me rogó que me lo llevara. Fue un bochorno.
No, espera. ¿Tu personal de ventas?
Quizá lo tenga. Lo tendrê.
Mañana lo devolverê y le dirê: "Gracias, pero tras considerarlo detenidamente",
no es lo suficientemente grande. Necesito una bolsa de aire en el baño
y nos vemos...
Ray Cochran, el hombre, el mito.
Sí, así es. Es tarde. ¿Dónde está Eddie?
Canceló a último momento, así que invitê a otra persona.
¿A quiên invitaste?
Oye, no. ¡Espera!
¿Quiên es el bobo de la prueba de colisión?
Es tu hermanito.
Ray, no empieces. Linda me ha hostigado desde que lleguê a casa.
Dêjalo en paz. John es un buen muchacho.
Es un buen... Es insoportable.
Cada vez que se reúnen, parece una riña.
- No es verdad. - ¿No lo es?
¿A ti no te irrita?
¿Es mi hermano y lo invitê, está bien?
- Hola, Rasuradora. - Quê bien.
Quê lindo. ¿Quê diablos es esto?
- Entra. - Parece la casa de la Barbie.
Debes saberlo pues juegas con muñecas.
- ¿Mike, dónde has estado? - ¿Quê sucede?
- Vaya. Miren esto. - Hola, hermano.
¿Mi hermano me invita a algún lado, eh?
- ¿Estás enfermo o algo así? - Llegas tarde, como siempre.
¿Quê les parece, amantes de la pelea?
Abramos unas bebidas y vayámonos. Hay cerveza en la heladera.
Vaya, cerveza.
Bien, apurêmonos. ¡Todos a bordo!
Ese es el vendedor de pasajes, no el conductor.
- Siêntate y cállate. - Así habla un conductor.
Muêstrame el boleto de trasbordo. ¿Alguna vez tomaron un autobús?
Quiero que sepan que he visto algunos.
Sí, bien. Apostê 600 dólares por Davis.
¿Quê? ¡Idiota! Davis rima con "a mí".
Deberías haberme dado el dinero a mí.
Debimos salir antes, no veremos la primera parte.
Rasuradora no los defraudará.
No tengo intención de perderme ni un solo golpe.
- ¿De dónde salió este chico? - Están por aplastar a tu muchacho.
- Debe tomar el toro por las astas. - Mira.
¿Gracias a Dios, esto tiene antena parabólica, no?
Es mucho mejor que sentarse junto al cuadrilátero, Ray.
Otro día frente a la televisión.
Estaremos tan cerca, que salpicará sangre.
Nos saldrá de la nariz, pues los asientos estarán en las vigas.
- Genial. - Mierda.
Sí. Mírenlo. ¡Miren cómo se mueve!
¡Sí!
¡Golpêalo!
¡Tómalo! ¡Golpêalo!
Sí, miren cómo se mueve.
¿Ven los pies? Se le doblan las piernas. Se acabó.
Su representante está afuera, apostando por el otro.
Hernández y ese tal Martínez no llegarán al tercer asalto.
- No veremos lo principal. - Deberíamos ponernos cómodos.
Tonterías. No nos perderemos nada. Apaga la televisión.
Oye, Ray, tranquilízate.
¿Quieres llegar a la pelea o no?
Bien.
Ia pelea entre el peso medlo número dos y el tres del mundo.
"Perro Loco" Davls...
Mierda.
- ¿Quê haces? - Este idiota no me deja pasar.
- ¿Quê te ocurre? ¿Podemos pasar? - ¿Quê me ocurre con quê?
- ¿Podemos pasar? - Espera tu turno como todos, idiota.
- Olvídalo. - Oye, detente.
- ¿Nos dejarás pasar? - De ninguna manera.
El tipo no se detendrá. Retrocede.
No retrocederê.
Retrocede. No se detendrá.
¡Cuidado!
¡Ay, acaba de chocarme! ¡Acaba de hacerlo!
No puedo creerlo.
- ¡Maldición! ¿Quê haces? - ¿Quieres pelear? ¡Adelante!
- Allí voy. - ¡John!
La campana. ¡Primer asalto!
Veamos quê haces, rata maldita.
- Veamos quê sabes hacer tú. - Suêltame.
- Hoy no. - No me parecía.
¡Puedo con este hijo de puta!
- ¿Quê? - ¡Vete a la mierda!
Vamos, muchachito. Los matarê a golpes a ambos.
¿Oye, quê es esto? Quê vas a...
- No. ¿Duele, no? - ¡Oye!
Dêjalo en paz.
Sí, tranquilízate y lleva a la chica bonita a su casa.
A menos que la lleve yo.
- No te oigo. ¿Lo siento, quê? - Está bien.
No vales la pena.
- Bien hecho, amigo. - Cállate.
- Ya está bien. Vámonos. - ¡Muy bien, bravucón!
- ¡Esta gente es increíble! - Cálmate.
¿La vida de casado te ablandó?
Recuerdo la êpoca en que le habría roto el trasero.
Sí.
¿Quê sucede? No puedes meterte con cualquier idiota que te mire.
Hay mucha locura. No sabes si un loco sacará un arma
y te volará los sesos. Sucede todos los días. ¡Escúchame!
¿Quê? ¿Quê harás?
No eres mi padre, Frank.
Bien, muchachito. Mostraste un poco de valor.
¿Oye, quê dije?
- ¿Recuerdas lo que dije? - Lo siento.
- No alientes esa idiotez machista. - Perdón.
¿Pero tiene razón, sabes?
¿De quê hablas?
No eres su padre, hermano.
- Estuviste inteligente, hermanito. - Oye, ya basta.
- Deja de portarte como un niño. - ¿Por quê dices esas tonterías?
¡Oigan! ¡Termínenla! ¡Esta noche quiero pasarla bien!
Sujêtense todos. Nos iremos de aquí.
- ¿Quê diablos haces? - No me perderê la pelea.
- ¡Odio llegar tarde! - Espera, un policía. Es una broma.
Ray es un ídolo. ¡Hazlo!
¡Vamos!
Te dirê algo. Brindo por mí y por aquellos como yo.
- Quedan pocos. - Gracias a Dios.
Quê navegación más extraordinaria.
- Gracias. - ¿Tienes idea de cómo llegar?
Por supuesto, volvemos por la autopista. No puede ser muy difícil.
Seguro que las propiedades están muy baratas aquí.
¿Genial pero, dónde está la maldita autopista?
- Basta de esta ruta turística. - Construyeron la autopista con lógica.
En la próxima intersección, nos cruzamos.
No veo señales ni nada.
Yo... Si cruzo la calle de mano única por la que salimos,
estaremos bien.
Hemos pasado por esta cuadra mil veces.
No importa, sólo debemos cruzar la calle de mano única.
Sê dónde estamos. Estamos perdidos.
- Ni idea de adónde vas. - Estás loco.
Ten un poco de fe. Nunca estuvimos aquí.
Miren. Los Hermanos Johnson.
Oye, mira, sólo quiero ser lógico.
Cuando uno se pierde, pide ayuda.
Preguntêmosle a ellos. Parecen conocer el lugar.
Diles que somos del comitê de bienvenida.
Perdón, señores.
Hola, somos del comitê de bienvenida. ¿Pueden acercarse, por favor?
El Sr. Bienvenida desea preguntarles algo.
Dame eso. No es gracioso.
Aquí vienen. Vienen a divertirse.
- ¿Cómo les va? - Demuêstrales lo que sabes hacer.
- Miren esto. - Mierda.
- ¿Quê haces? - Dáselo, Earl.
¿Quê tuvo de gracioso? Porque no lo entiendo.
Sólo llêvanos de regreso a la autopista.
Por Dios.
- Cierra las puertas. - Tienes el arma.
- Si alguno entra, vuêlalos. - Ciêrralas.
- Yo cerrarê las malditas puertas. - No sê siquiera si tengo seguro.
- No. - ¿Quê?
¿Sabes realmente usar esto?
Es una Beretta 9 mm. Todo se va al diablo, amigo.
Tenías razón, uno nunca sabe cuándo un loco sacará un arma.
El único loco que conozco eres tú.
¿Oigan, saben quê necesitamos? Un maldito mapa.
¿Quiên lleva un mapa?
Miles de personas desarmadas que manejan un Hyundai.
¿Quê les parece si nos largamos de aquí?
No es mi vehículo, pero hay un mapa en la guantera.
- ¿Aquí? - A la derecha.
- A la derecha. - Aquí está.
Estás más cerca que yo.
Quê... ¿Quê fue eso?
Creo que chocamos contra algo. Quizá un perro.
No, no chocamos.
Ray, lo sentí. Creo que atropellamos a alguien.
¿Sabes dónde diablos estamos? ¿Son timadores, sí?
- Se ganan la vida haciendo esto. - ¿Haciendo quê?
Salen a la calle, fingen ser atropellados y te vuelan los sesos.
Quizás alguien estê lastimado.
- ¿Frank, quê haces? - lrê a verificar.
Quê... Frank. ¿Acaso ustedes son como la Madre Teresa?
Esperen...
No hay nada aquí abajo.
- Está muerto. - Vuelve a pensar, idiota.
- Mierda. - Con cuidado.
No te muevas.
Todo saldrá bien.
- ¿Quê pasa? - ¡Atropellamos a alguien!
¡Llama a emergencias!
Ay, Dios mío. No puedo creerlo.
Emergenclas.
- ¿Cuánto tarda? - No hay línea.
No hay servicio en esta maldita parte de la ciudad.
Debemos ir a una sala de primeros auxilios.
¿Cómo funciona esto, Ray?
No lo vi. Salió de la nada.
Yo nunca... No fue mi culpa.
¡Oigan! Súbanlo a la caravana.
Vamos.
De acuerdo. Está bien.
¿Está bien? Escúchenme bien.
Muêvete, Ray.
Muêvete.
Tranquilo. Con cuidado.
Bien. Tranquilo. Con calma.
Con cuidado.
Ray, trae una toalla.
Recibió un balazo.
Ponle esto debajo de la cabeza.
Con cuidado. Tranquilo.
- ¡Oigan! - Está bien.
Es ladrón. Quizá le disparó la policía. Volverán en cualquier momento.
- ¿Quê pasó? ¿Quiên te disparó? - Dêjalo en paz.
Por Dios, le dispararon. Podríamos estar todos en peligro.
No lo dejaremos aquí.
¿Esta noche he bebido mucho, de acuerdo?
- ¿Quê problema tienes? Está lastimado. - ¿Debería ir a prisión por êl?
- No es nuestro problema. - Sí, lo es.
Están buscándome. Deben ayudarme.
- No dejaremos que te lastimen. - ¡Sáquenme de acá!
¡Cállate! Por Dios, no me dejas pensar.
- ¡Cállate! - ¿A quiên se lo dices?
No, esperen. Escuchen.
- No pueden hablar del dinero. - No te preocupes. Los atraparemos.
- Todo saldrá bien. - No es lo que me preocupa.
- ¡Allí! - No nos vieron.
- Atrapêmoslos. - lntentemos resolverlo.
- Aclaremos esto. - Si no lo haces tú, lo harê yo.
¡Vámonos!
Sal del camino.
¡Allí están! ¡Policía, ayúdennos!
¡Tenemos a un herido! ¡Ayúdennos!
- Doblaron en la esquina. - ¡Oigan!
¡Socorro! ¡Oigan!
Olgan, ltenemos a un muchacho lastlmadol
Frank, despacio!
- Mierda. - ¿Dónde diablos están?
¿Diablos, adónde se fueron?
- ¿Ray, estás bien? - Estoy bien.
- ¿Estás bien, Frank? - Sí, yo...
No los vi.
- ¿Quê diablos nos chocó? - ¿Lo que yo creo?
Quizás un conductor idiota y sin seguro
nos chocó con un maldito auto viejo.
- Es increíble. - Tranquilízate.
¿Que me tranquilice? Esto me costará una fortuna.
Ahora soy el orgulloso dueño de un fax. Me enviarê por fax.
Grandioso para mí.
Un televisor nuevo de pantalla gigante. Esto será mío.
- Bien. - ¿Estás bien, hermano?
- Sí. - ¿Sabes cuánto me costará esto?
¿Estamos atascados aquí adentro, sí?
¿Estamos atascados en esta mierda que ahora es mía, verdad?
- ¡En este pedazo de maldita mierda! - ¡Ray!
- ¡Ray! - ¡Tranquilízate!
Oye, Ray. ¿Por quê no intentas encenderlo?
Abre la ventana o haz algo.
Esta maldita cosa está atascada. Genial. Maravilloso.
Está muerto. No iremos a ningún lado.
- Están allí afuera. - ¿De quiên hablas?
No saben con quiên se meten. ¡Debemos salir de aquí!
¡Cállate! ¿Hacemos todo lo que podemos, sí?
Esperen. Silencio.
¿Oyeron eso?
Lrê a dar un vistazo.
No lo hagas. Te volarán los sesos.
Ray, lleva el arma. Lleva la maldita arma.
- Desapareció. - ¿Quê?
- Se cayó con el choque. - Hállenla.
- Debe de estar por aquí. - Búscala.
La estoy buscando.
¿Ves algo?
Nada.
Parece que está bien. Podemos salir y...
¿Quê pasa, Teddy? ¿Juegas a las escondidas?
Vamos, maldito.
- Retrocede. - ¡No!
- Señoras. - ¡Vamos, hombre!
¿Te haces el difícil conmigo? ¿Quieres quedarte con êl?
Retrocede. No tienes agallas.
¿Niños, quêdense quietos y nadie saldrá lastimado, sí?
Rompe una ventana.
Bien.
¿Esto no funciona?
Dijiste que no había servicio.
Mira... Sykes. Mira, no. Sabes...
Es una locura. Me conoces.
- El problema es... - No hay ningún problema.
Que no cumpliste una de sus reglas.
No es así. Yo no hice nada. Cuêntale a Fallon. Es lo único que te pido.
- ¿Que le cuente a Fallon quê? - Vamos, cuêntale.
Mira, no es lo que piensas. No estaba huyendo.
Entendiste mal.
Allí tengo todo el dinero. Puedes... contarlo.
- ¿Cómo pudiste robarme? - ¡No te robê!
Allí está todo el dinero, hombre.
Odio más a un mentiroso que a un ladrón.
No cumpliste la regla número uno: no robarme a mí.
- ¿En quê pensabas? - Vamos. Somos todos grandes, hombre.
Sólo debías tener la mercancía en movimiento.
¿Quê pasó? ¿No había un auto de la empresa?
No podemos quedarnos sentados.
¿No haremos nada, Frank?
¿No haremos nada de nada?
¿Quê quieres que hagamos, hombre?
¿Les dijiste mi nombre a los muchachos del camión?
¿Dijiste mi nombre en el camión?
¡No dije nada! ¿Por quê lo haría?
Yo no te delataría. No abriría la boca.
¿Quê quieres que haga? ¿Quieres que te deje ir?
¿Te dejo ir y luego hago negocios en la calle?
¿Quiên lo sabrá? Él no les contará y yo tampoco.
- Bien. - No, lo único que debes hacer...
- Saben que tenemos otro problema. - ¿Cuántos hay en el camión?
Unos cuatro.
Tambiên con matrículas de North Shore. Genial.
Muchachos, regla número dos:
sin testigos.
¡Vamos!
Vamos o serás el próximo.
¡Vamos, Frank!
¿Quê demonios haces?
¡Vamos!
Mierda.
¡Vamos! Maldición. ¡Vamos, Ray!
¿Adónde creen que van?
- Vamos. - ¡Vamos, Ray!
Vamos, amigo.
Mierda.
Lo siento. No era exactamente lo que tenía en mente.
Gracias, se lo dirê al distribuidor.
¡No le dirás nada a no ser que nos larguemos de aquí!
Estuvo genial, muchachos. Repítanlo.
- No es gracioso. - Oye, sí fue gracioso.
Esa basura se parece al Hlndenburg. Vamos.
Vamos.
Vamos, Ray.
Alto.
¿Adónde nos dirigimos?
¿John, estás bien?
¿Por quê lo hicieron?
Lo mataron, Frank.
Lo mataron.
No creo que nos sigan. No lo harán.
Los vimos dispararle al muchacho. Somos testigos.
¿Dónde diablos estamos?
- ¿Por quê te saliste de la autopista? - ¿Empezamos a echarnos la culpa?
No recuerdo haberte obligado a salir.
Vamos.
Vamos, Mike.
¡Frank!
Bien. Adelante.
- ¿Nos vieron? - No lo sê.
No creo.
Frank tenía razón. Sí quieren matarnos.
- Nunca dije eso. - ¿Quê hacemos?
Cállate.
Bueno...
- cayó piedra sin llover. - Habla despacio.
Hola, señoras. ¿Quê les parece el vecindario?
A estos les decimos condominios.
¿Son lindos, no?
Aunque podría ser como los suburbios de North Shore.
¿Saben algo? Sabía que irían directo al depósito ferroviario.
Pero no jugaron bien,
así que no tienen suerte en esta mano.
No se muevan. Lrê puerta por puerta
como las malditas vendedoras de Avon.
Por cierto, me arruinaron el auto.
Y no está asegurado.
Suena como que quiere causarles
daños físicos o algo así.
- Soy universitario. - Ese es Buck.
Tiene cerebro de mosquito.
Sería una lástima que los escuchara aquí adentro.
Una maldita lástima.
Nos dispararía y luego les volaría los sesos.
No lo creo.
Incluso quizás estê agradecido.
Quizá nos dê una recompensa.
Está bien. Maldición.
Fija tu precio.
Vaya, señor empresario,
quê tenías en mente?
No se muevan.
No susurren.
Ni siquiera respiren.
No odian...
cuando tratan de estar en silencio
y todos los sonidos parecen amplificados
20 ó 30 veces?
¿Quê es eso?
¿Quê es ese olor? ¿Se pusieron colonia?
O es... ¿el miedo?
- Quê lindo reloj. - Vete al infierno.
Ya estoy allí, amigo.
Ray, dáselo.
Lucy... lleguê.
Tienes que darme una explicación.
No me toques.
No seas tonto, John.
Toma.
Está bien.
Es todo lo que tengo.
Comienzan a hacerme enojar.
Esto está invadiendo mi hora de beber.
Pero les dirê lo que harê.
Como soy amable y estoy en contacto con mi niño interior,
les darê una oportunidad.
Salgan, olviden esta tontería y hablemos del tema.
Contarê hasta tres.
Uno...
Dos...
Bien.
Les di la oportunidad y no contestaron.
No digan que no les di la oportunidad.
Vamos. Hablemos.
Confraternicemos.
Está bien.
Y bien... Me estoy enfadando.
Este tambiên está cerrado.
Quizá ni siquiera se detuvieron acá, simplemente salieron volando.
¿Algo no parece estar bien, sabes?
Soy universitario.
Jugaba en el equipo de fútbol.
Ya no tengo mi chaqueta.
Quê lástima.
Alguien me la robó.
Yo... era muy habilidoso, hombre.
Deberías haberme visto.
Llega lejos, Buck.
Oye.
- Tranquilos. - ¿Quê hacen?
Yo llegaba lejos, hombre.
- Pude haber sido Walter Payton. - Seguro que sí.
Este sujeto jugó muchos partidos sin casco.
¿Te parezco gracioso o algo así?
¿Quiên crees que eres? ¡Vienes con esa chaqueta y me dices mentiroso!
Soy un maldito universitario.
¿Crees que soy un borracho que nunca fue a la universidad?
¿Quê diablos debo hacer para callarlo?
- Vamos. Salgamos. - No sê. Muêvete.
Elimínenlos.
¡Ese tipo blanco tiene un arma!
¡Vámonos!
¡Por aquí!
Mierda. Un vagabundo de Perdue.
Odio Perdue.
¿Como sea, cuándo fue la última vez que ganaron algo?
AHORRO HIPOTECARIO
Una tarjeta de crêdito.
- Es uno de ellos. - Un vagabundo debe de habêrsela robado.
Bienvenidos al vecindario, muchachos.
¡Allí están! ¡Vamos!
Los podemos dejar atrás.
¡Por aquí! Vamos.
¡Vamos!
Espera.
¡Vamos! ¡Vámonos!
- Mira, no puedo mantener el ritmo. - Debes hacerlo.
No me dejes aquí. Esto es el infierno.
Puedes hacerlo, amigo.
Ocúpate de mí y te darê lo que sea.
Lo que quiero es que muevas el trasero.
Todos lo lograremos.
- Mira... Bien. - ¿De acuerdo?
Creo que los perdimos.
- ¿Oye, estás bien? - Sí, estoy bien.
¿Y la policía? Alguien debe de haber oído la explosión.
No vendrían aunque volaras una manzana.
- Quê vergüenza. - Miren esto.
Ah, sí. Ah...
¡Dudo de que tengamos el mundo a mano con un telêfono!
Genial.
Hay luces allí, en ese edificio.
Busquemos ayuda. Vamos.
- Vamos, Ray. - Por Dios. Se me rasgó la chaqueta.
Preocúpate por tu trasero, no por la chaqueta.
Mi trasero no cuesta 450 dólares.
Bien. Si pasa algo, no piensen. ¿Sólo corran, de acuerdo?
Necesitamos un telêfono.
¿Alguno de estos locos nos prestará su telêfono?
- Estos locos son nuestros vecinos. - No son mis vecinos.
Apuesto a que en toda la noche no nos hemos alejado más de 15 km de tu casa.
¿Quê es ese ruido?
- Deberíamos ir a hablar con êl. - No.
Tengo una idea mejor.
Mike.
Hay una entrada por allí.
Hola, señor. Necesito usar su telêfono.
- ¡No! - Sólo una llamada.
- ¡De ninguna manera! - Muchas gracias.
Tranquilo, hombre.
Tú tambiên, amigo.
- ¿Hola, hay alguien? - ¿Quiên cree que es?
- ¿Quê le pasa a esta gente? - Son como tú.
- Tienen miedo. - Ni siquiera quieren hablarnos.
- Hola. - ¿Quê quieren?
- ¿Podemos usar tu telêfono? - ¡Váyanse!
Nadie nos ayudará. Nadie.
Bienvenido al mundo real, Ray. No hay otro.
Si me lo repites, te matarê. Lo juro.
¿Hola? ¿Hay alguien allí dentro?
Por favor, abran la puerta si hay alguien. ¡Hola!
Vamos, por favor.
Esperen. No queremos asustarla.
Perdón.
- ¿Sí, quê quieres? - Necesito un telêfono.
Quêdate allí mismo. Ahora alêjate.
- Alêjate. - Por favor, escucha.
Les romperê la cabeza. No crean que no lo harê.
- ¿Clarissa, estás bien? - Sal, Rita.
- Danos una oportunidad... - La de poner
el trasero en marcha antes de que empiece a golpear.
Vamos, esta gente no quiere ayudar.
Mira, esta noche vimos asesinar a un muchacho.
Le dispararon a sangre fría. Si nos atrapan, nos matarán.
- ¿Los están siguiendo? - No, los perdimos.
Debes creernos, decimos la verdad.
Sólo queremos usar el telêfono para llamar a la policía. Nada más.
No te causaremos ningún problema.
Por favor.
Sykes, esto es una tontería.
Los perdimos, amigo. Perdemos el tiempo.
Estás empezando a hacerme enojar. Nosotros vamos adonde êl vaya. Cállate.
¡Oigan!
¿Quê pasa?
- ¿Estos son los matones que viste? - No, amigo.
- ¿Están locos o algo así? - Tranquilízate.
- Buscamos a unos ciudadanos. - ¿Buscan a unos ciudadanos?
No van a encontrar a nadie aquí.
Esta es nuestra cuadra.
Si tienen algo de cabeza, escaparán sin mirar hacia atrás.
- Tenemos un negocio. - ¿Un negocio?
- Sí. - ¿Quê tipo de negocio?
Espera un minuto. He tenido suficiente de esta estupidez.
¿Te ventilarê el cráneo, quê te parece?
Ve a buscar a tu muchacho.
- Está bien. - Nosotros tambiên tuvimos demasiado.
Demasiada carne por hoy. Es todo.
Vamos, hombre. Si no te gusta lo que tengo para decir, jódete.
- ¿De quê te ríes? - Entiendo.
Tú te ocupas de tu cuadra.
Esos cretinos me robaron. Eso no puede pasar.
- No sê. - Sí lo sabes. Si me meto contigo,
te verás mal frente a tus amigos. ¿Cuánto costará esto?
- Si quisiera tu dinero, lo tomaría. - No puedes tomar mi dinero.
Pero puedes tomar mi dinero.
- Adelante. - Está manchado de sangre.
¿Has viste dinero que no lo estuviera?
¿Ve a preguntarle a Webster en quê edificio entraron, sí?
Bien.
No puedo creerlo.
Estás gastando la alfombra, hermano.
La policía ya debería estar aquí. Han pasado...
17 minutos.
Acá la gente se muere de vieja esperándola.
No puede ser. Es una tontería.
Miren esto.
Harê que sus traseros estên aquí en un maldito segundo.
- ¿Quê pasa? - No funciona.
¿Cómo que no funciona?
Dámelo.
- Deben de ser ellos. Están aquí. - Quizá no pagaste la cuenta.
- Ah, sí. Correcto. - Cállate, Ray.
LICENCIA DE CONDUCIR
Francis...
Howard...
Wyatt.
Yo tenía una novia llamada Francis.
Tenía ojos azules como tú.
¿Cómo sabe mi nombre?
¡Frank! Quê hermoso bebê.
¿Quê suerte tienes de que se parezca a tu mujer, no?
¿De dónde es tu mujer? ¿De ltalia?
Siempre quise follar a una italiana.
Te dirê algo, Frankie, Francis,
como no saldrás a enfrentarme, le presentarê mis argumentos a la gente.
Tengo una noticia para la gente de las viviendas subvencionadas.
- Es esta: "Odio este lugar". - Salgan ahora mismo de mi casa. ¡Vamos!
- Quiero irme a casa. - ¡Mamá!
Cariño.
- Un pobre infeliz... - Salgan ya de mi casa.
Me está enfureciendo.
Haremos un trato. Si lo entregan,
esta no será la peor noche de su vida.
Nada en los tres pisos, faltan dos más.
- Debemos tomarnos un descanso. - Te dije que dejaras de fumar.
Está bien.
Todo saldrá bien.
- Debemos irnos. - ¿Bromeas?
Si salimos, nos matarán.
Esta gente se jugó la vida por nosotros.
- Frank tiene razón. - Sí, váyanse.
- Hagámoslo. - No. No saldrê bajo ningún concepto.
- Por Dios. - Bien.
- ¡Por Dios, Ray! - No irê a ningún lado.
Hijo de puta. ¿La tuviste todo el tiempo?
¿Por quê no la usaste cuando la necesitamos?
- Porque la estoy usando ahora. - ¿Con nosotros?
Con quien intente hacerme cruzar la puerta.
¿Maldición, quê haces? Asustas a la niña.
La policía está al llegar. Esperemos.
- La policía no vendrá. - Sí vendrá.
¿No se acerquen, entendido?
No morirê aquí.
No estaban involucradas y nos ayudaron.
Si esos malditos nos encuentran, matarán a todos. ¿Eso es lo que quieres?
Confía en mí, hombre. No quieren este trato.
Vamos, Rasuradora. ¡Dame el arma!
Está bien. Salgamos de aquí.
Vayan al techo. Los chicos tienen un camino que cruza al edificio vecino.
- Es la única posibilidad que tienen. - Gracias.
¡Tengo un bebê, por favor! ¡Dêjennos en paz!
Abra la maldita puerta, ahora mismo.
Rhodes, vamos, subamos al piso siguiente.
Será mejor que no estês mintiêndome.
Dame el arma.
Dámela.
- Vamos. - ¡Quê mierda!
Toma. Usa esto.
Toc, toc, marica. Abre la puerta.
Oye.
¡Lo encontrê!
¿Por Dios, es la vía de escape?
Hagámoslo.
Vamos, Ray.
Los niños hacen esto.
Vamos, Ray.
Aguanta, Mike.
Aguanta, amigo.
- ¿Ray? - No puedo.
Usa el caño.
Allí está el caño de desagüe. Puedes bajar por êl.
Vamos. ¿Lo hacíamos de niños, recuerdas?
Bien. Ahora sólo deslízate por êl.
En ningún momento mires hacia abajo.
Gracias. No iba a mirar.
Tengo una gran vista desde aquí.
Quê gracioso. Por suerte dejaste el mejor material para el show del tejado.
Gracias. Estarê aquí toda la semana. Vamos, Ray.
Muy bien.
Cuando baje, te patearê el maldito trasero.
- Cruza la escalera ahora mismo. - ¿Quê diablos están haciendo?
¡John, podemos bajar por aquí!
Vamos, Ray.
Bien. Vamos, amigo. No mires hacia abajo. Mírame a mí.
Bien. Eso es. Es como la línea de 40 yardas. Vamos.
Aquí vienes, estás en la línea de 30 yardas.
En la de 20... En la de diez...
- Eso es. - Está bien.
- El que sigue. - Ve tú, quiero seguirte.
- Ve primero. Vamos. - Eres un mentiroso.
Cruzar no te matará. ¡Esos tipos sí lo harán!
- Lo juro. - ¡Vamos!
Me doy cuenta cuando mientes. ¡Ahora lo estás haciendo!
- No me hagas dejarte aquí... - ¡Dije que lo haría!
¡Apúrense!
¿Lo quieres por escrito?
Te seguirê.
De acuerdo, hagámoslo. Vamos.
Mira lo simple que es.
Eso es. Muy bien, amigo.
- Llegó la hora. ¿No es grave, verdad? - ¡Allí están!
- ¡Vamos, Frank! - Vamos, Frank. ¡Rápido!
¡Hijo de puta!
Allí.
- No puedo creer que tengan armas. - Es muy fácil hoy día.
- ¡Frank! - Adelante.
Ve a mirar.
¡Frank!
Buen intento.
Ven hacia aquí, maldición.
Vamos, Frank.
Frank, vamos.
- Vamos, Frank. - Vamos.
Dame la mano.
Vamos, Frank.
Te tengo. Vamos. Está bien.
¡Ray! ¿Quê haces?
No soy acróbata. Negociarê con ellos.
¿Con quê, Ray?
Los tengo justo donde quiero.
- ¡Frank, vamos! - ¿Soy Rasuradora, recuerdas?
- ¡Vayámonos! ¡Vamos! - ¡Vamos!
Calma, amigos. Oiganme. ¿Denme la oportunidad de hablar, sí?
- ¿De quê quieres hablar? - De algo que me importa mucho.
- De dinero. - De dinero.
- El dinero es bueno. - Sí.
Poderoso caballero es Don Dinero.
Mike, si disparas, lo matarán seguro.
¿Y si no lo hago?
- Comencemos a hablar. - No hay motivo para que pase esto.
Estoy seguro de que ese muchacho se merecía lo que le sucedió.
Es asunto de ustedes. Nadie recurrirá a la policía.
Lo único que queremos es ir a casa.
¿A casa?
¿La casa está en donde uno tiene a los suyos, no?
Perdónenme. Corríjanme si me equivoco, pero...
- dijiste algo sobre dinero. - Sí.
Quê les parece 100.¿000 dólares en efectivo?
Luego cada uno se va por su lado.
- ¿Puedes juntarlos? - Sí.
Vaya.
Te preguntarê algo. ¿Tus zapatillas son italianas?
Sí, son zapatillas italianas para correr.
Me resultaron buenas esta noche.
- ¿Sí? - Sí.
¿Quê es tu papá? ¿Corredor de bolsa?
Algo así. Pero yo he llegado por mêrito propio.
- Soy un emprendedor, como tú. - Quê curioso.
- Estos muchachos siempre me lo dicen. - Por eso andamos con êl.
Fija el lugar. El efectivo estará allí mañana por la mañana.
¿Quê les parece un pequeño depósito?
¿Puedo ver eso?
Quê hermoso anillo.
Rhodes, êchale un vistazo a esto.
- Míralo. - Es hermoso, amigo.
Llêvaselo a tu muchacha. Dime una cosa.
- ¿Cuánto vale un anillo así? - Al por menor, 15.000 dólares.
Pero para ustedes, es un anticipo.
Bajo cuerda.
Creo que podemos sacar una tajada.
Ay, vaya, es hermoso.
No puedo creerlo. Está haciêndolo.
Eres bastante bueno. ¿Cómo te llamas? Ray, sí.
Eres bueno. Ni siquiera me perjudicaste.
¿Vendría a perjudicarte? Olvídalo.
Debo confiar en ti, en el pago del dinero
y en que tus amigos cierren la boca.
Espera. Nosotros dos somos hombres de negocios.
Tenemos un acuerdo.
Dêjame decirte algo, Ray.
¿No entiendes nada de nada, de acuerdo? Nada.
Los chicos como tú se fijan si tienen pene. Yo tengo.
Tú y tus amigos
son niñitos de mamá. ¡Y yo odio a ese tipo de gente!
- Creo que no me entendiste. - Cállate.
Sólo habla cuando se te diga. ¡Esto no es la maldita secundaria, hijo de puta!
Me comerê a tus amigos en el almuerzo. ¿Nos conoces?
¿No tienes idea, verdad? No.
Los bobos como tú andan por la vida leyendo sobre mí en el periódico.
Ahora estás en otro lugar, hijo de puta.
100.000 dólares quizá te saquen de North Shore. Acá son mierda.
- Este es mi maldito mundo. - 200.000 dólares.
- Está bien. - Por Dios.
- ¿Tenemos un trato? - Sí.
Me diste una lección.
Levantaste mi corazón del suelo y me lo implantaste.
Ray.
En un rato más, mi pulso volverá a ser normal.
- Dios, es música para mis oídos. - Ray.
Me irê de este techo en una sola pieza.
Sí.
- ¡Por Dios! - ¡Hijo de puta!
No lo mires, John.
Vamos. Está muerto.
Frank.
Debimos haber hecho algo.
No tiene sentido que Ray terminara así.
Nada de lo que pasa hoy tiene sentido.
Sigo oyêndolo gritar.
Hola, señoras.
- Miren, son los cobardes. - ¡Vamos!
Frank, por aquí.
¡Frank! ¡Baja!
¡Vamos!
¡Por aquí!
Mike.
John, debemos seguir adelante, amigo.
Dividámonos.
Es una estupidez. ¿Realmente crees que los atraparemos?
Sí.
¿Vienes?
- Cuida tu trasero. - Caray, siempre lo cuido, mamá.
Estos muchachos no se rinden.
Están cerca. Debemos salir de aquí.
Es difícil saber de dónde vienen. No queremos toparnos con ellos.
No, allí arriba hay demasiada luz.
Serás el blanco perfecto.
¿Quê haremos?
Tendremos que resistir. Es la única posibilidad de salir vivos de aquí.
Siempre me preguntê cómo me iría en combate.
¿Tengo madera para ello? ¿Te lo preguntaste alguna vez?
Creo que lo estoy por averiguar.
Ellos tienen armas. Nosotros, nada.
Al diablo con las armas.
Nosotros nos cuidamos las espaldas. Estaremos... bien.
Oigan.
- Andando, muchachito. - Hagámoslo.
Oye, Frank...
mostrêmosle a esos matones quê sabemos hacer.
Bien.
Hay tres caminos aquí y somos tres.
Nos cuidaremos las espaldas.
Está bien, vamos.
¡Adelante!
¿Sykes, dónde estás?
¿Están allí abajo?
¿Mike? ¡Mike!
Estoy detrás de ti.
Confío en ti, hermano.
Frank.
- ¿Dónde están? - Oye, no te muevas.
¿Bien, ahora quiên es el cobarde?
- ¿Quieres dispararme? - Oye.
¿Alguna vez le disparaste a alguien? No lo creo.
Ahora bien, si no me devuelves eso,
te pasará lo mismo que a Ray.
¿Viste su expresión?
No pensó que yo podía hacerlo.
¡Sykes! Háblame, hombre.
Vamos.
No, al diablo con eso. Quedêmonos aquí y terminemos con ellos.
Verás, ahora las cosas son algo diferentes.
¿Quê te pasa?
Esto no es un maldito juego.
Vamos, John.
¿Oye, quê te pasó, muchacho?
¡Oye!
¡Oye, creí que me cuidabas la espalda!
John, estoy hablándote.
Debemos ponernos a cubierto.
BANCO NACIONAL DEL SUDESTE
¿Quê diablos te pasó allí abajo?
- Lo siento. - ¿Lo sientes? Con eso no basta.
- Casi me matan. - ¡Oigan!
Atrás, Mike.
¡Tu hermanito metió la pata!
- ¡Será mejor que no vuelva a hacerlo! - ¿Ah, sí? ¿O si no, quê?
- Ese es el Frank que yo conocía. - Como lo oyes.
Ahora salgamos de la calle.
Sí, señorjefe.
Esto es genial.
No sê ustedes,
pero yo no estaba de acuerdo con esto.
Es tu culpa, Fallon.
Tu mejor amigo está muerto por ti y tus malditas reglas.
¿Alguna vez escuchaste eso de cuidar a tu gente?
¿Dejarías que se salgan con la suya?
No dejaría...
¿Sabes quê odio? Odio a los llorones.
Odio a los que se quejan constantemente.
Había un muchacho en la prisión, en la celda junto a la mía,
que solía quejarse por todo, por la comida, por los guardianes,
por esto, por aquello. Se quejaba toda la noche.
Se quejaba y se quejaba como un maldito 747.
Era como un motor entre las orejas y no podía deshacerme de êl.
No me parece que vaya a despertarse.
Está muerto.
Maldición.
Si esos idiotas estuvieran aquí, yo...
Quizá me paralizaría.
Lo intentê.
No me podía mover, Frank.
John, debes mantener la calma.
¿Mantener la calma?
¡Vete al diablo, Frank!
Tengo miedo.
Tengo mucho miedo.
No creo que pase de esta maldita noche.
No sê quê hacer.
- John. - No, Frank.
No. Dêjame...
Todos tienen miedo,
lo admitan o no.
Yo tambiên tengo miedo.
Mírame.
Lloro como un bebê.
Gracias...
por defenderme antes.
Sí, bueno, Mike tiene tanto miedo como nosotros.
Oigan.
No hay nadie en la calle.
- ¿Quê piensas, jefe? - Deja de decirme jefe.
No lo van a creer.
Vamos.
DESCUBRE LA DIVERSIÓN
- ¡Oye! - ¡Alto!
¡Estamos aquí!
- ¡Detêngase! - ¡Oiga, señora!
- ¡Detenga el autobús! - ¡Oiga!
¿Quê hace?
- ¡Detenga el autobús! - No lo creo.
¡Regresa, perra!
¡Regresa!
- ¡Regresa! - ¡Nos delatarás!
¡No entiendo! ¡Tú tenías más agallas que cualquiera!
¿De eso se trata esto? ¿De tener agallas?
- ¿Y tu maldito cerebro? - ¡Ojo con lo que dices!
¿Quê intentas demostrar? ¿Que puedes hacer que nos maten?
¡Eso es lo que lograrás!
Tengo esposa y una beba. ¡Y regresarê con ellas esta noche!
¿Quieres ser recordado como un hêroe?
Hazlo solo. Vámonos.
Frank.
- ¡Frank! - ¿Maldición, quê?
Sólo espera.
MERCADO FULLERTON
- ¿No? - Quizás haya otra entrada.
Está algo oscuro. No veo nada.
SEGURIDAD 24 HORAS
Debe de haber un guardián de seguridad.
Tratemos de despertarlo.
- ¿Hola? - Ahora tenemos problemas.
CERVEZA FRÍA
PAPAS FRITAS
¿Hola?
Conserje, necesito una habitación.
Quê sistema de seguridad. Quê respuesta veloz.
¿Hay alguien?
- ¡Vinimos a robar! - ¿A alguien le molesta?
Vengan por nosotros.
¡Bien, alto!
- Hay dos de ellos. - Dije: "Alto".
Las manos sobre el mostrador y separadas.
¡Háganlo!
- Como digan. - Bien, nos quedamos quietos.
Nos quedamos quietos y separamos las manos. ¿Algo más?
Regístralos. Llamarê a la policía.
- Llaman a la policía. - Llama a emergencias, amigo.
Diles que vengan de prisa. Estos muchachos están muy borrachos.
Vamos a trabajar.
- Escucha, la razón por... - Cállate.
- Esos tipos nos han perseguido... - Díceselo a la policía.
Les pagan por escuchar tus tontas historias.
- Ojo. - Cuidado, tengo cosquillas.
Señor, hay algo que...
Vuelve a poner las manos sobre el refrigerador.
¿Me entiendes?
- No te muevas. - De acuerdo.
Señores cllentes.
Hoy tenemos un artículo especial en la parte de comidas congeladas.
Carne muerta. Rellena, jugosa y fresca, de nuestra granja de North Shore.
¿Compren hasta morir, verdad, Frank?
¡Regresa al refrigerador! ¡Ve!
¡Dile a tu amigo que venga de inmediato!
- Escucha, este tipo no es... - ¡No quiero perder tiempo con ustedes!
Hijo de puta.
¡Mike! Vamos.
Sigue tú.
- ¿Mike? - Sigue.
- De ninguna manera. - Enfrentarê a estos sujetos.
Me ocuparê de esto.
Termina con esta estupidez del hêroe y vamos.
Frank...
tú tienes una familia.
¿Quê tengo yo?
Sólo te tengo a ti.
Mike.
Quêdate allí.
Mike.
¡Oye, Frank!
¿Por quê no sales a buscar a tu amigo?
¡Vamos, levántate!
¡Por Dios, Mike!
¡John!
- ¡Levántate! - Ustedes son increíbles.
Estuve allí y ni siquiera lo creo.
Vamos. Apurêmonos.
Vámonos.
Vamos. Por aquí.
Estoy bien.
Vamos.
Mike, te pondrás bien.
Lrê a buscar ayuda. John se quedará contigo.
Sí, señorjefe.
Vamos.
Tranquilo.
Dame la mano.
¿Pon la mano aquí y mantenla así, de acuerdo?
- ¿Estás bien? - Sí.
- No hagas ninguna estupidez. - De acuerdo.
¡Vamos, Frank! ¡Cerdo!
Sal y enfrêntame de hombre a hombre. Acabemos con esto.
Vamos.
¡Frank!
¿De quê tienes miedo?
Marica.
¡Vamos, Frank!
Matarê a tus dos malditos amigos y te matarê a ti.
Te ves mal.
Al menos puedo caminar.
¡Oye, maldito cerdo! Aquí estoy.
Dije que estoy aquí, pedazo de mierda.
Frank, despuês de que te mate, creo que visitarê a tu mujer.
¿Quê dijiste que le harías a mi mujer?
¿Quê te pasa, idiota? ¿Por quê estás tan tranquilo de repente?
¡Maldita basura!
Por Dios. ¿Eres Frank?
Mírame cuando te hablo.
¡Oye!
¿Crees que me lastimaste, no?
Eso es lo que crees... ¿Francis?
¡Contêstame!
¡Maldito pendejo, levántate!
¿Así es como serás recordado?
Francis.
No te escaparás.
Porque sê adónde vas.
- Maldito seas. - ¿Yo?
No lo creo, amigo.
Calle Deadwood 1922.
Es comiquísimo, en la calle Deadwood.
¿Seguro que tienes una linda casa allí, no, Frank?
No veo la hora de conocer a tu hija.
¿Cómo es que se llama? No importa.
- Nunca la verás crecer. - ¡No!
Ayúdame, por Dios.
Sabía que harías lo correcto.
Vamos, Francis. Ven conmigo.
- ¡No! - Vamos, Francis.
Estás solo, amigo.
LIQUIDACIÓN
Y no me llames Francis.
¿Frank?
¿Frank, estás bien?
¿Dónde estás?
Quêdate donde estás. Todo está bien.
Se terminó.
- ¿Emergenclas, en qué puedo ayudarlo? - Es una emergencia. Necesito ayuda.
¿Señor, aún está allí?
Mire, mi hermano y mi amigo están desangrándose arriba.
- Al suelo. - No está escuchando.
¡Al suelo!
- No puedo creerlo. - Dice la verdad.
Esto es como un campo de batalla.
Vamos.
No te preocupes. Te pondrás bien.
¿Perdón, cómo está?
Perdió mucha sangre, pero sus signos vitales están bien.
Tranquilo, hombre.
Amigo, dicen que te pondrás bien.
Mejor que así sea.
Tengo entradas para los Bears para la semana próxima.
- Que te diviertas. - Son en la línea de 50 yardas.
Escucha, estarê en casa
con Linda y la beba,
mirando el partido por televisión.
Eres un... debilucho.
- Hola, John. - Hola.
Mike tiene entradas para el partido de los Bears.
No, gracias, Frank.
Soy muy joven para esta idiotez.
Te verê en el hospital, hermano.
¿Señor Wyatt?
Encontramos esto adentro.
Se le debe de haber caído.
Tiene una hermosa familia.
Señor Wyatt, su esposa está afuera.
- ¡Oye, Bukowski, ven de inmediato! - Sí.
De acuerdo. Aquí vamos.