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Y esto es algo muy importante. Si queremos recibir comida del cordero de la Pascua,
entonces debemos tenerlo así como lo tenían en el antiguo pacto.
Todo aquel que comía pan con levadura en pascua
era desarraigado del pueblo.
Y así también todo aquel que era incircunciso era desarraigado.
Y esto significa en realidad, que debes tener un corazón completamente puro para Dios.
No debe haber nada allí leudado con ésta levadura de maldad.
Ni cosas viejas que aún permanecen ahí tiradas.
Debe estar completamente puro.
Y también tienes que haber dejado todo en este mundo, - entonces eres circuncidado.
Entonces puedes recibir parte del cordero de la pascua.
Esto es algo tremendamente glorioso.
Y esto no te ayuda, y no te sirve de nada tomar la Biblia
y tratar de recibir revelaciones del Espíritu, si esto no está en orden.
Y cuando pensamos en estos cristianos, lo poco que leen la Biblia-
¿Por qué es tan difícil tomar la Biblia?
–¡Es porque no eres puro en tu corazón!
¡Por eso no recibes ningún alimento de la palabra de Dios!
Y cuando nos damos cuenta de esto, entonces también entendemos
por qué los creyentes tienen tan poco interés.
Y cuando lees revistas religiosas y cosas como estas
en su mayoría son relacionadas sobre sus actividades en África y Madagascar
y bla bla. Por todas partes.
Y explican todo en torno a una palabra,
muy gloriosa, y lo llevan todo a una perspectiva histórica.
Oh, es increíble la forma cómo ellos lo pueden describir.
–Pero, ¿cómo es la palabra de Dios?
¡Es eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos!
y penetra hasta partir el alma y el espíritu,
¡y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón!
Hay muchos pensamientos en el corazón de una persona los cuales tienen que ser discernidos por la palabra de Dios.
Y si esta Palabra no penetra,
¡entonces la lepra se desata!
–¡Y ahí el pecado recibe poder!
Entonces todo empieza a girar en torno a mí, y yo y yo...
Y cuando uno predica es así que «Oh, eso soy yo»
y «esto lo entiendo ahora yo mejor», y...
–¿Por qué no predicas como la Palabra de la Vida?
¡El que comete pecado es del diablo!
Y así sucesivamente, así sucesivamente...
–¿Por qué no hay poder en tu espíritu?
–¡Porque te adoras a ti mismo! ¡Este es el asunto!
Por eso que hay tan poco poder en ti. Eres bueno con las palabras
y en la predicación y hablando, y bueno misionando y así sucesivamente.
–Pero donde está este poder a través del cual puedes penetrar
y que sientes que cuando hablas las personas reciben un corazón purificado
por las palabras de la fe que hablas.
¡Esto es algo totalmente distinto!