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Vale, perdonadme... solo he...
Vamos a cambiar el nombre de Nikki Heat por el de Katherine,
solo para este ejercicio.
Gracias.
Sólo para que lo sepáis, cuando leo muevo los labios.
Vacilando,
lentamente,
cada uno se aproximó un palmo al otro,
cada uno permaneciendo en silencio,
cada uno manteniendo la mirada fija en el otro.
Cualquier preocupación, indecisión o conflicto que ella había sentido hasta entonces la apartó a un lado,
junto con el exceso de pensamiento.
En ese momento,
Katherine Beckett no quería pensar, quería ser.
¿Por dónde iba?
Bien, gracias.
Llegó hasta él y tocó suavemente su mandíbula, donde le había golpeado antes.
Se apoyó en una rodilla y se acercó a él y, elevándose,
le besó levemente en la mejilla.
Katherine...
Kate...
se quedó allí, contemplando el juego de sombras y la luz de las velas en su rostro.
El suave final de su cabello pendía y lo rozaba.
Él se aproximó, girándose con cuidado, tocando ligeramente su sien mientras lo hacía.
Suspendida sobre él,
Kate podía sentir el calor emanando de su pecho...
y subiendo a su encuentro, e inhaló el suave aroma de su "coloña"...
Colonia.
El vaivén de las velas le daba a la habitación una sensación de movimiento,
la misma que Katherine sentía cuando el avión en el viajaba...
pasaba por una nube.
Ella se inclinó suavemente sobre él...
y él acudió a su encuentro, los dos no tanto moviéndose, sino vagando ligeros el uno hacia el otro,
atraídos por una fuerza irresistible de la naturaleza que no tenía nombre,
color o sabor,
sólo calor.
Y entonces, lo que había comenzado tan suavemente tomó vida propia.
Volaron el uno hacia el otro,
uniendo sus bocas abiertas,
cruzando una línea...
que les desafiaba,
y lo tomaron.
Se saborearon profundamente y se tocaron con...
un frenesí impaciente, encendido por la maravilla y el deseo,
los dos liberados finalmente...
para llegar al límite de su pasión.
De acuerdo.
Para saber lo que viene después, tendréis que comprar el libro.