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Uno habla de la diversidad y la educación para todos y de la inclusión, pero una cosa
es teorizarla y otra cosa es construirla y vivirla.
Las tuve en tercer año, por primera vez en la materia "Didáctica preescolar y primaria".
Ellas me eligen para poder tutorizar la práctica en cuarto año de la carrera, que ahora este
año 2014 se van a recibir de Psicopedagogas.
Su práctica fue en una escuela de sordos, donde la intención de ellas es poder actuar
como psicopedagogas en la escuela de sordos para tener otro nivel de comprensión y de
llegar a los chicos, porque ellos decían que este rasgo de identidad que los unía
(de un profesional sordo con alumnos sordos) era diferente, crea una comprensión y una
ligazón distinta por esta cuestión identitaria, y de la misma cultura del lenguaje de señas.
Ellas una de las cosas que también quieren buscar es poder instalar la cultura del sordo
a través del lenguaje de señas, pues si bien está reconocido el lenguaje de señas
como lengua todavía hay que posicionarlo como lenguaje genuino y desde ahí trabajarlo.
Por eso en esta escuela donde ellas hicieron las prácticas ellos trabajan con el bilingüismo
y ahí se empieza a notar, o por lo menos eso es lo que empezamos a percibir, la construcción
del conocimiento y de los aprendizajes por parte de los chicos con mayor naturalidad
y comprensión en su construcción, en sus desarrollos. Como experiencia fue muy interesante,
a mi me dio un profundo enriquecimiento tanto personal como profesional, y a ellas también.
Ellas ahora están en el proceso de escritura de sus informes, lo que da otro nivel de reflexión:
porque ahora es de esa práctica que hicieron como la reflexionan como futuras psicopedagogas
encontrándose en las problemáticas que pudieron encontrar en ese pasar de la residencia.