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Cuando caminas por la calle, no es fácil verlo...
pero si comienzas a visitar a la gente,
te das cuenta de que en muchas casas hay cinco o seis personas más.
Estas personas extras llegaron sin nada.
Perdieron todo bajo los escombros de Puerto Príncipe.
Así que ahora la gente del campo debe encontrar los medios
para alimentarlos cada día.
En la casa de mi hijo en Puerto Príncipe vivían ocho personas.
En la de otro hijo, cinco.
Y en la de otro, cuatro.
Gracias a Dios, todos están a salvo después del terremoto.
Pero todos viven en mi casa y tengo que darles de comer a todos.
¿17 personas?
Ahora hay 17 personas más en mi casa.
La comunidad ha comenzado a cambiar porque hay muchas personas
que no son del área, pero están viviendo aquí ahora.
Así que el Gobierno municipal tiene que ingeniárselas para que sobrevivan.
También hay muchos estudiantes que regresaron
cuando sus escuelas se destruyeron.
Ahora son responsabilidad del Gobierno local, junto con sus padres.
Así que todos viven en el área, van a la iglesia y se pasan el día sentados,
porque no hay nada para hacer.
Y no tenemos los recursos para ayudarlos.
Regresé a Desarmes porque mi casa quedó destruida
y no tenía dónde quedarme.
Si hubiera ayuda para Desarmes,
me quedaría, es mi hogar.
Pero en caso contrario, tendré que regresar a la capital y sufrir.
Si hubiera trabajo aquí, me quedaría.
Si hubiera trabajo.
Realmente hay mucha más gente que antes.
Mucha gente que vivía en la capital ha regresado.
Así que van a hacer falta más alimentos en el mercado.
Vamos a tener que ver cómo podemos trabajar más.
Pero para trabajar más, se necesita tierra,
tiempo y recursos para trabajar la tierra.