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En una ocasión, cuando eras pequeña,
encontraste un tenedor tirado en la calle,
y decidimos que tendríamos una aventura,
¿lo recuerdas?
Al principio estabas muy emocionada,
pero eventualmente tus fuerzas flaquearon
y al final te extraviaste, ¿te acuerdas?
¿Cómo te detuviste,
lo sola e indefensa que te sentiste?
Cada que veas una brecha abrirse
recuerda que en algún lugar de tu corazón
las cosas son increiblemente
ilógicas, tan ilógicas como el mundo...
No mires. No vengas.
No lo sé. No cruces hacia acá.
¡No te acerques ni un paso más!
No escuches. No te aproximes.
No comprendas. No busques.
¡¿Acaso hay algo aquí que valga la pena conseguir?!
No lo sabrás hasta que te resignes y te des cuenta
que es imposible regresar.
No debes mirar aquello que en la oscuridad de la noche oculto está.
Date cuenta cómo es el mundo real
y cómo es este mundo en el que estás.
Entonces, poco a poco, olvídate de todo y tenle miedo a la noche...
El mundo está
teñido de ilusiones.
El mundo que dabas por hecho se colapsa.
El mundo que habías olvidado reaparece.
Pero desde que pensaste
que nada podía ser más bello
quedaste atrapada.
No mires. No vengas.
No lo sé. No cruces hacia acá.
Da la vuelta y aléjate de este camino.
No escuches. No te aproximes.
No comprendas. No busques.
Llegar es fácil, pero cuando intentes volver, las ilusiones te atraparán.
Perdóname por favor...
Aquella a la que deje detrás, te lo suplico,
este camino a otra era es de un solo sentido,
si lo recorres ya no habrá vuelta atrás...
Cuando me di cuenta
de que era imposible regresar,
ya era demasiado tarde...
¡¡Ya es tarde... tarde para cualquier cosa!!