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Para las personas invidentes, disfrutar de una película, por ejemplo,
del ocio, es a veces tarea difícil.
Por eso, el trabajo de los audiodescriptores,
es esencial para facilitar la vida de los ciegos
a la hora de ir al cine, o de ver una obra de teatro.
Un trabajo poco reconocido
que ejercen con dedicación y paciencia.
Delante de la pantalla del ordenador,
Violeta ejerce su profesión.
Es guionista de audiodescripciones.
Consiste en escribir las informaciones sonoras
que apoyan obras de teatro,
películas o productos audiovisuales
para que las personas ciegas puedan disfrutarlas.
Repasa atenta cada movimiento,
detalle o gesto que pueda ser esencial
en una obra.
Lo principal que tienes que describir es la trama.
Y luego además,
introducir toda la información que puedas respecto
a personajes, escenografía, colores, luces...
Para transmitirlo luego aprovechando algún silencio
sin romper el ritmo. Un trabajo fino,
milimétrico, casi artesanal, que se materializa
en sesiones accesibles, como esta del Teatro La Latina.
A través de unos auriculares, las personas ciegas
pueden seguir la historia.
Ayudan mucho para hacernos una idea
de la escenografía, de cómo son los personajes,
cómo van vestidos y de la información que dan.
Es una manera de contextualizar
todo lo que sucede en el escenario.
Y entonces, para nosotros, es como si fueran nuestros ojos.
Acomodados en sus butacas,
ahora tan sólo queda disfrutar de la función.