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Quisiera desmitificar este concepto de que todas las obras se disparan. Tomo el ejemplo
de la ampliación del Estadio que se hizo del 79 al 82, una obra de 600 millones de
pesetas, que era una cantidad muy importante, y no hubo ninguna desviación significativa en las cuentas.
La manera de evitar estos desvíos, como se hace en los procesos de las grandes obras,
es tener muy acotado todo el proyecto. Tener todo definido a la hora de hacer el concurso
del programa de trabajo, y coger una empresa especializada en control de costes en el momento
de la adjudicación de la obra. Es decir, antes de empezar a trabajar. No coger la más
cara pero tampoco la más barata, porque si son costes no realistas nos estamos haciendo
trampas al solitario y lo que se busca es que la adjudicación tenga un sentido creíble.
Si esto se hace de esta manera se pueden evitar desviaciones.
Nosotros hemos invertido casi 40 millones de euros en obras en los últimos tres años,
y las desviaciones han sido insignificantes.
Por último, también se puede optar por pedir al contratista un seguro suficiente de una
empresa solvente que garantice el cumplimiento presupuestario.
Por tanto, quiero transmitir un mensaje de tranquilidad, que haciendo los deberes bien
hechos en el momento de la definición de los proyectos las cosas salen bien.