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Me llamo Rosemary Dew
y soy una ex agente especial del FBI.
Lo más importante que hice en el FBI
fue haber sido una agente
en un momento en que ellos no empleaban a muchas mujeres.
Sabía que iba a ser difícil.
Pero no tenía idea que tan dificil.
Pasé a ser supervisora en la oficina central y en el terreno.
Comandante de un grupo conjunto de operaciones antiterroristas.
Aún así, había hombres que me hacían comentarios sobre mi cuerpo.
Un supervisor me dijo
que él no creía que las mujeres debían estar en los trabajos.
No de mujeres en las fuerzas del orden.
Mujeres en los trabajos.
Hay en cierto modo una mentalidad de manada en el FBI
y tú vas con la manada, o la manada te destroza
Y había cincuenta mujeres en el terreno cuando entré.
No éramos parte de la manada y no lo íbamos a ser.
Me di cuenta bastante pronto
cuando se me dejó en una situación peligrosa
sin ningún tipo de respaldo.
El padre de una gerente de banco había sido secuestrado
y la estaban extorsionando.
Tenia que ponerme la ropa de ella
y debía dejar el dinero del rescate.
Cuando entré al callejón, miré a mi alrededor.
Era un barrio bien peligroso.
A mí me pareció como una barraca de tiro al blanco.
Solo dije,
Bueno, si algo pasa, van a escucharlo y vendrán a rescatarme,
Atraparon al secuestrador
y me enteré de que nadie podía verme.
No tenía absolutamente ningún respaldo.
Conocer que no se me protegería
a menos que le conviniera a alguien,
hizo que, cuando veía que algo andaba mal,
siguiera el dictado de mi corazón, siguiera mi juramento al cargo,
en vez de serle leal a la manada.
Siempre hay un tipo duro en el escuadrón
al que todos le temen.
Y me dijo,
Nadie nunca me ha asustado en mi vida, excepto tú
Tú nunca mientes.
Si dices que vas a hacer algo, lo haces.
Quería que las cosas mejoraran para las mujeres que vendrían después.
Escribí “No Backup” intentando mostrar
cómo el acoso de mujeres y minorías
realmente afectó las investigaciones y operativos del FBI.
Algunos hombres que estaban en la sociedad de ex agentes del FBI
me enviaron cartas detestables a mi casa.
Solo para mostrarme que sabían dónde yo vivía.
No puedes defender tus convicciones
y esperar que te den las gracias por ello,
porque posiblemente eso no ocurra.
El agradecimiento viene de cómo vivas tu vida.
Del legado que dejes a tus hijos y nietos.
Y el legado que dejes a tu país, a tu comunidad...
Y eso viene de ti.
Yo soy Rosemary, y soy valentía moral.