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[aplausos]
Gracias. Gracias. Gracias. Muchas gracias. Gracias.
Gracias.
Gracias. Es... gracias. Dios los bendiga.
Gracias. Gracias, Pennsylvania.
Es un gran honor para mi estar aquí, esta noche, con el amor de mi vida, Karen,
allí y mi madre de 93 años, desde Florida,
y algunos de nuestros hijos.
Mi hijo mayor, John, quería estar aquí esta noche,
pero es un cadete de primer año en la Citadel.
Así que sólo quería decirte, John, que estoy orgulloso de ti, hijo. Gracias.
Soy la primera generación estadounidense de mi familia.
A la de 7 años, mi papa vino a Johnstown, Pennsylvania;
desde las montañas del norte de Italia,
en un barco llamado Providence
Que tan providencial que un día su hijo se postularía por presidente
justo por el camino desde las profundas minas donde su padre,
mi abuelo, extrajo carbón hasta que tuvo 72 años.
Cuando mi abuelo murió, recordé que cuando niño, me arrodillé junto a su ataúd.
Y, no pudiendo apartar la vista de sus manos fuertes y gruesas,
manos que hicieron su camino en la vida y le dieron a su familia la oportunidad de vivir el sueño americano.
Tal vez trabajar en las minas no haya sido el sueño que tenía.
Nunca me atreví a preguntarle.
Pero pienso que su respuesta hubiera sido que los Estados Unidos le dieron más
de lo que había esperado.
Estados Unidos creyó en él.
Y es por eso que el creyó en los Estados Unidos.
[aplausos]
Mi abuelo, como millones de otros inmigrantes, no vino aquí por alguna
garantía gubernamental de igualdad de sueldos
o beneficios gubernamentales para cuidar a su familia.
En 1923 no habían beneficios gubernamentales para los inmigrantes a excepción de uno... la libertad.
[aplausos]
Bajo el mandato del presidente Obama, el sueño de libertad y oportunidad se ha vuelto una pesadilla
de dependencia, con casi la mitad de E.E.U.U. recibiendo alguna clase de asistencia gubernamental.
No sorprende que cada vez menos estadounidenses estén cumpliendo sus sueños
y más y más padres estén preocupados de que sus hijos no alcancen los suyos.
El presidente Obama gastó 4 años y tomó prestados 5 billones de dolares tratando de convencerlos
de que podía mejorar las cosas,
de que pusieran su confianza en el y en su gobierno para solucionar todos los problemas.
¿El resultado? Deuda masiva, crecimiento anímico y más millones de desempleados.
El plan del presidente no funcionó para los Estados Unidos
porque así no funcionan los Estados Unidos
En los Estados Unidos-- En los Estados Unidos creemos en la libertad y en la responsabilidad que le sigue
para trabajar duro para realizar el sueño de alcanzar el potencial que nos dio Dios.
Creemos en eso. Todavía creemos en eso porque aún funciona.
Aún hoy, graduarse de secundaria, trabajar duro,
y casarse antes de tener hijos, y la probabilidad de que sean pobres es del 2 por ciento.
Aún así, si no se hacen estas tres cosas, son 38 veces más probables de que terminen en la pobreza.
Sabemos que muchos estadounidenses no triunfan porque la familia que debería estar allí
para servir de guía y de primer peldaño en la escalera del éxito,
no está allí o es muy disfuncional.
El hecho es que el matrimonio está desapareciendo en lugares
donde la dependencia al gobierno es mayor.
Hay más madres solteras haciendo un trabajo heroico y maravilloso criando a sus hijos.
[aplausos]
Pero si los Estados Unidos van a triunfar, debemos detener el asalto a la familia y al matrimonio
en los Estados Unidos de la actualidad.
[aplausos]
Desde bajar los impuestos a reformar programas sociales,
Mitt Romney y Paul Ryan están dedicados en restaurar
los hogares donde madres y padres casados son pilares de comunidades fuertes,
criando a buenos ciudadanos en nuestros vecindarios.
[aplausos]
Una educación sólida debería ser el segundo peldaño en la escalera al éxito,
pero el sistema está fallando.
La solución del presidente Obama ha sido negarle la oportunidad a los padres,
atacar a las escuelas privadas y nacionalizar el curriculum y los préstamos estudiantiles.
Mitt Romney cree que los padres y las comunidades locales deben estar a cargo de nuestras escuelas,
no el departamento de educación.
[aplausos]
Aún así todos sabemos que hay una clave para el éxito
que ha ayudado a la gente a superar hasta los obstáculos más grandes... el trabajo duro.
Por eso fue que el trabajo fue el foco de la reforma bipartidista de la beneficencia social.
Hacer del trabajo un requerimiento para recibir beneficencia fue un éxito,
y no solo porque las listas de beneficencia se redujeron a la mitad,
sino porque la tasa de empleo subió, la pobreza bajó,
y los sueños se hicieron realidad.
Es una buena escalera del éxito construida con familias sanas,
educación y trabajo arduo.
[aplausos]
Pero las políticas del presidente Obama quebrantan la familia tradicional,
debilita el sistema educativo, y este verano nos mostró, una vez más,
que cree en la ayuda y dependencia gubernamental
al eliminar el requerimiento de trabajo para la beneficencia.
Ahora, yo ayudé a escribir la reforma de beneficencia.
Hicimos la ley tan clara como el agua.
Ningún presidente puede eliminar el requerimiento de trabajo
Pero, como con su negativa de reforzar nuestras leyes de inmigración,
el presidente Obama manda como si estuviera por encima de la ley.
[aplausos]
Estadounidenses, escuchen.
Cuando un presidente puede simplemente dar un discurso o escribir un memorándum
y cambie la ley para hacer lo que la misma no le permite,
ya no seremos una república.
[aplausos]
Aun así, mientras mi familia y yo cruzábamos los Estados Unidos,
algo se nos hizo obvio.
Estados Unidos es todavía el mejor país del mundo,
y con la ayuda de Dios y de un buen comando,
podemos restaurar el sueño americano.
[aplausos]
¿Por qué? Porque yo tomé su mano.
Yo estreché la mano del sueño americano,
y tiene un agarre fuerte.
Estreché las manos de granjeros y rancheros,
quienes hicieron de los Estados Unidos el granero del mundo.
Manos estropeadas, usadas y orgullosas de ello.
Tomé las manos sucias con cicatrices que vienen de años de trabajo
en los campos de aceite y gas, minas y molinos.
Manos que potencian y construyen a Estados Unidos
y que administran los abundantes recursos que Dios nos ha dado.
Tomé las manos que trabajaron en restaurantes y hoteles, hospitales, bancos,
y mercados... tiendas que sirven
y nos cuidan.
Apreté las manos de hombres y mujeres en uniforme
y las de sus familias, manos que sacrifican y arriesgan todo
para protegernos y mantenernos libres,
y manos que oran porque regresen a salvo a casa.
[aplauso]
Sostuve manos que están en búsqueda.
Manos que buscan la dignidad de un buen trabajo.
Manos que se preocupan por no encontrar uno
pero que se rehúsan a abandonar toda esperanza.
Y finalmente,
Acuné las manos, las pequeñas manos rotas
de los discapacitados.
Manos que luchan. Manos que duelen.
Manos que nos ennoblecen y nos dan alegría.
Ellos vinieron a vernos.
Oh, que si vinieron a vernos cuando se enteraron
que Karen y yo fuimos bendecidos con alguien especial también,
nuestra Bella.
[aplausos]
Cuatro años y medio estuve frente a una incubadora en el hospital,
mirando las pequeñas manos de nuestra recién nacida,
quien esperábamos estuviera perfectamente sana.
Pero las manos de Bella eran algo diferentes, y yo sabía que diferente no eran buenas noticias.
Los doctores nos dijeron que Bella-- que Bella era incompatible con la vida
y que debíamos prepararnos para dejarla ir.
Dijeron que aún si sobrevivía, su discapacidad sería tan severa
que Bella no tendría una vida que valiera vivir.
No desistimos.
[aplausos]
Hoy Bella está llena de vida, y ha hecho que nuestras vidas y las de muchos otros,
valgan la pena.
[aplausos]
Le agradezco a Dios que Estados Unidos tenga un partido que extienda sus manos con amor
para ayudar a todos los hijos de dios, nacidos o nonatos.
[vítores, aplausos]
Y decimos-- y decimos que cada uno de nosotros tiene dignidad
y que todos tenemos el derecho de vivir el sueño americano.
[aplausos]
Y también decimos que sin ustedes-- sin ustedes Estados Unidos no mantendría la utopía
de que todos los hombres-- todos los hombres-- fueron creados y dotados a semejanza de su creador
con el derecho a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
[aplausos, vítores]
Damas y caballeros, saben que somos los administradores
de una gran herencia.
En Noviembre,
tenemos la oportunidad de votar por la vida y la libertad,
no la dependencia.
Un voto por Mitt Romney y Paul Ryan pondrá al país de nuevo en las manos
de los líderes que entienden que Estados Unidos puede, y por el bien de nuestros hijos,
debe ser para mantener vivo el sueño.
Gracias, y Dios los bendiga, y Dios bendiga a Estados Unidos.
Gracias.
[aplausos, vítores]