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Profesores, padres y alumnos
protagonizan las protestas de las últimas semanas.
Desde que se anunciara que algunas administraciones regionales
iban a aplicar recortes en el sistema educativo,
han aparecido numerosas voces que rechazan las medidas.
Madrid ha albergado la manifestación más numerosa.
En colegios, institutos y universidades
el tema está en boca de todos.
En la Facultad de Humanidades de la UNED, que alberga la de Educación,
dos profesores han querido compartir sus impresiones
sobre los recientes recortes en el sistema educativo.
Son Alfonso Diestro,
profesor de Teoría de la Educación y Pedagogía Social,
y Manuel de Puelles, catedrático de Política de la Educación.
Dos generaciones de profesores atentos a los nuevos cambios.
Hay tres pilares en toda Europa:
la educación pública, la sanidad universal
y las prestaciones sociales que son, fundamentalmente,
el subsidio de paro y las pensiones de jubilación.
En el caso de la educación,
es uno de los pilares, pero no sólo del estado de bienestar,
sino que es uno de los fundamentos de una sociedad más justa.
Estamos en un discurso predominante, que es el discurso neoliberal,
donde ha desaparecido la concepción de lo justo, de la justicia.
Yo creo que hay que reivindicar una sociedad más justa,
y eso no se puede hacer sin una educación para todos.
Recortar en educación, como yo lo entiendo,
significa recortar garantías sociales,
y sobre todo, atacar a uno de los pilares básicos
de la sociedad moderna y del estado de bienestar.
Por tanto, si queremos invertir en el futuro de nuestra sociedad,
no puede pasar por recortar en la inversión en educación.
Los recortes se están haciendo sólo en la educación pública,
es decir, tenemos una doble red financiada con fondos públicos;
la educación pública y la educación privada-concertada.
Parece que un principio de equidad sería,
si hay que recortar los fondos públicos,
sean tanto para la educación pública
como para la educación privada-concertada.
Pero no es así.
Todo el peso del recorte está recayendo en la educación pública,
me parece francamente un desatino y una injusticia.
La verdad es que el recorte suele venir por la educación pública,
los centro privados se sostienen
y los concertados están en esa dimensión intermedia.
Pero, sin duda, la principal perjudicada es la escuela pública,
que no siempre cuenta con esos apoyos
y con esos recursos necesarios para dar una educación de calidad.
Si hacemos un balance, la situación del sistema educativo,
contrariamente a lo que muchas veces se dice, no es mala.
La OCDE acaba de sacar su indicador de 2011,
donde hace un balance de los últimos 50 años
en todos los países de la OCDE,
y saca como primera conclusión
que hay dos países que han registrado grandes avances en educación;
España y Corea del Sur.
¿Por qué?
Porque ambos países partíamos de una situación muy deficitaria
como consecuencia de la mala atención
que sufrió la educación durante el franquismo.
Por tanto, hemos avanzado bastante en estos últimos 50 años,
no quiere decir que no tengamos problemas importantes que resolver,
y por tanto, que todavía la educación pública
necesite más recursos de los que tiene.
Si se lo recortamos,
estamos haciendo un mal servicio a la educación pública y a la sociedad.
Yo creo mucho en el sistema educativo español y creo que es bastante bueno,
evidentemente se puede mejorar,
porque todos aspiramos a una calidad de la educación con todas las letras,
pero el sistema educativo español
en los últimos 20 ó 30 años a avanzado mucho,
evidentemente nos queda todavía mucho por hacer,
son necesarios los recursos,
pero, sobre todo, creo que hay un déficit,
y se relaciona con los últimos 10 años,
que ha sido un poco campo de batalla,
y es que es necesario, yo lo considero fundamental,
es que se establezca un pacto por la educación,
que abarque a políticos, agentes sociales, padres,
estudiantes, profesorado, absolutamente todos,
para que vayamos hacía adelante y no se produzca esta batalla campal,
que en los últimos años estamos viviendo.
Ante la incógnita de futuro que se aproxima
aparecen alternativas como la propuesta de la UNED,
donde el método a distancia supone un ahorro económico.
Para potenciar las posibilidades del sistema virtual
nace el Centro Superior de Enseñanza Virtual.
La enseñanza virtual, sin duda,
tiene economías de escala que hace que se abaraten muchos costes.
Pero, yo creo que la apuesta tiene que ir por un sistema mixto,
en el que se complementen los instrumentos tradicionales,
la presencialidad en determinados aspectos sigue siendo importante.
La enseñanza virtual puede ser un complemento para muchos estudiantes.
La enseñanza virtual, sin duda,
es el instrumento para la enseñanza a lo largo de la vida,
que ahí si que, cuando uno a abandonado las aulas
y quiere mantenerse permanentemente vivo
en un sistema en crisis o no crisis, pero se nota más cuando hay crisis,
necesita acudir a la enseñanza virtual.
La educación virtual a distancia
se plantea como uno de los grandes retos de futuro.
En este contexto de crisis económica,
la alternativa a ahorrar en conocimiento
pasa por aunar esfuerzos en pro de uno de los pilares de la sociedad,
la educación.