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Durante muchos años David y Anna Boschmann encabezaron el hogar de estudiantes.
Para los estudiantes de las colonias Se transformaron para este tiempo en padres de reposición.
Las relaciones que allí se iniciaron, se conservan hasta los días actuales.
Y son para ambas partes una generosa riqueza social.
Mientras, los hijos crecieron, Y uno tras el otro abandonaron el hogar paterno
a fin de complementar estudios en el extranjero.
Sólo Margita volvió a casa.
Muchos contactos David Boschmann también cultivó asimismo con amigos y colegas.
En 1961 tuvo la oportunidad, de participar en un intercambio de profesores,
Y conocer al sistema escolar de Alemania.
Como profesor invitado enseñó en una escuela de Düsseldorf.
Allí también fue acogido por el Director Escolar General, Dr. Henzel.
A razón de sus largos años de enseñanza se habían tejido relaciones para muchas comunidades sociales de la ciudad.
Estos contactos fueron mantenidos intensivamente Por tío David.
La caminata diaria a la ciudad se hizo parte integrante de la vida.
Mientras las fuerzas físicas lo permitían, estas solían ser caminatas intensivas.
El automóvil era adquisición necesaria para la ejecución de la profesión.
Siempre hubo festividades, en las cuales Se encontraban familiares y parientes.
Ocasiones especiales en la vida familiar fueron el festejo de los 40 años de casados, en 1977.
Y el festejo de las bodas de oro, en 1987.
Hijos y hermanos de David y Anna Boschmann revivían en estos momentos tan especiales como raros.
en el círculo de la família.
El cumpleaños nº 80 Geburtstag de tía Anna fue un día especial.
Qu fue festejado entre familiares y amigos.
La hospitalidad que traspiraba la casa de tío David y tía Anna Era conocida entre parientes, y aún más allá.
Todos eran alimentados y cuidados amorosamente por tía Anna.
Esta jubilación activa fue muy apreciada por ambos.
Reflexión intensiva sobre la guía divina en la vida común, conversas largas y profundas,
Y meditación sobre la historia de los ancestrales tal como sobre las noticias diarias en el gran mundo
Pero también sobre los acontecimientos en el vecindario inmediato,
Mantenían al espíritu siempre ávido de conocimiento, en actividad. Y, hubo otro acontecimiento memorable.
En 1991, para Tío David se hizo posible un viaje, a su nunca olvidada pátria, Rusia.
Y más una vez revivió, en su pueblo natal, Fischau momentos de su niñez y juventud.
Y el dolor por la destrucción de su patria por el régimen de terror el comunismo
En algunos momentos amenazaron sobrepasar las fuerzas físicas.
Todo sin embargo pasó a segundo plano Ante el agradecimiento frente a Dios,
Por el hecho de que su familia pudo escapar aquella vez de la destrucción.
Allí en Moscú tío David también pudo Festejar sus ochenta años de vida.
Saboroja, antiguamente Alexandrowsk. Frente a la colonia menonita Chortizer.
La plaza Lenin, a las márgenes del lago Dnjeper La represa de Dnjeprogress,
El Dnjeper, a la contramargen de la colonia Chortizer.
El viejo carvallo, ya casi lampino.
Halbstadt, Molotschna, y aquí el viejo, majestoso molino Willemsmühle.
El colegio central en Halbstadt.
Fischau, el pueblo natal.
Papá se acerca a la granja de sus padres, todo ha cambiado...
Mucho, en ruinas. También frente a la granja paterna, ya todo es extraño.
Ya reconoce apenas nada.
Frente a la vieja granja quedaba difícil Reconocer o encontrar algo.
de lo que David Boschmann conocía cuando niño.
La escuela, construida en 1896, se ve solitaria, aparentemente abandonada.
Necesita de muchas reparaciones. “Las canaletas, todo se fué“.
El grupo se sienta en el gramado Para almorzar. Y allí está cantera de arena,
Atrás, al fondo. Y yo, en vez de almorzar, iré
al cementerio, y ver si aún encuentro lápidas antiguas.
Este es el cementerio, en Fischau.
Los achaques de la edad se hacían sentir principalmente en tía Anna, cada vez más.
Sus fuerzas disminuían perceptiblemente, y se hizo cada vez más necesitada de asistencia.
En el mes de Julio de 1995 murió tía Anna. Ahora a tío David le tocó seguir el camino en forma solitaria.
También se enfrentó a este desafío. Decidido a seguir viviendo en su casa, aún solitario,
Adecuó sus quehaceres diarios a tal situación. Se deshizo de circunstancias y objetos,
que ahora ya consideró superfluos. Así, legó toda su enorme colección de libros
al CEMTA. Pero la soledad a menudo se hizo carga pesada.
Los años entraban y se agotaban. 90 años, en 2001.
95 años, 2006.
99 años, 2010.
¿Será que Dios aún le concedería vivir los 100 años?
A sus cumpleaños nº 99 él y su familia empezaron a meditar intensivamente,
Cuánto es capaz de soportar una persona, cuando llega a los 100 años;
Achaques físicos, necesidades síquicas,
Dudas en sí mismo hacen de algunos días una carga pesada.
La pregunta ardiente: porque y para que, Desgastan y menguan las fuerzas.
Así también lo ha experimentado tío David.
Pero, cada vez la ruptura hacia la cognición, Todo es clemencia.
Sin embargo, yo siempre estoy contigo; tú me has tomado de la mano derecha.
Y después me recibirás en gloria...