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Otto Dix fue un artista alemán
que prestó servicio en la Primera Guerra Mundial hasta su amargo final.
Regresó de la guerra con
un odio
y un sarcasmo absolutos
hacia el mundo que le rodeaba,
pero no podía desahogar su venganza pintando paisajes o bodegones,
así que recurrió a dibujar seres humanos. Esta es una de sus primeras pinturas, de 1921,
un encargo para un hombre de negocios de Dresden llamado Max Roesberg.
Otto Dix lo retrató en una oficina de estilo provinciano,
Es verde,
negra
y marrón, los colores del dinero.
A la derecha hay un calendario de arrancar
de una compañía fabricante de máquinas,
porque el mismo retratado es comerciante de piezas de máquinas.
Está sosteniendo un folleto de color rosa,
ese era el tipo de papel más barato que se usó durante la inflación.
El reloj marca las 1:32, lo que indica que el hombre solo podía posar para el retrato a la hora de comer.
El único toque de aire cosmopolita es ese teléfono.
Es de último modelo y aparece ahí exhibiéndose.
Más allá hay una carta remitida a Otto Dix,
así que todo tiene un maravilloso toque caricaturesco.
Dix siempre utilizaba modelos de entre veinte y treinta años de edad.
Ese reloj marrón y circular acompaña
la oscura complexión del pobre retratado, que tiene treinta y cinco años de edad.
Es flaco, con hombros estrechos, y está ahí de pie muy tieso,
como un niño educado en su pupitre del colegio. Al parecer, el mismo Roesberg
era un hombre muy amable y bondadoso al que le encantaban los juegos de palabras,
y coleccionaba los trabajos de los talentos jóvenes de Dresden.
Dix no aceptaba encargos porque él
buscaba capturar lo que él veía como la esencia de las personas,
sin importar lo negativa que ésta fuera.
Su punto de vista era práctico y casi satírico.
Todo aparece delineado
y con un enfoque definido. Es un cuadro interesante.
Es un documento de la época y de las personas
que vivieron durante la República de Weimar,
aquella época tensa. Roesberg era judío,
y en 1939 tuvo que abandonar Alemania.
Los retratos de Otto Dix son un espejo verídico de esta sociedad, brillante y maldita.
Roesberg forma parte de este reparto de personajes.