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El Presidente: Les estoy hablando desde el puente de mando del portaaviones
USS Carl Vinson en San Diego.
Éste es uno de los barcos más grandes de la Marina de Guerra,
que el viernes fue anfitrión de uno de los partidos de baloncesto
más extraordinarios que jamás he visto.
También dio a los miembros de nuestros servicios militares y nuestros veteranos
la oportunidad de descansar un poco y, este Día de los Veteranos,
quisiera aprovechar la oportunidad para agradecer a todos nuestros hombres y mujeres
uniformados por su servicio y sus sacrificios.
No obstante, el día de hoy no es exclusivamente para agradecer a nuestros veteranos.
También es para dedicarnos de nuevo a servir a nuestros
veteranos con el mismo esmero con que ellos han servido a nosotros.
Y hoy en día, esto es más importante que nunca.
El mes pasado anuncié que, como lo había prometido,
vamos a terminar la guerra en Irak para finales de año.
Muchas de las familias de nuestros militares recibirán a sus seres queridos
en casa para los días festivos.
Al mismo tiempo, hemos empezado a terminar gradualmente
la guerra en Afganistán.
Y, durante los próximos cinco años, más de un millón de militares
regresarán a la vida de civil – uniéndose a los 3 millones que
ya lo han hecho durante la última década.
Son hombres y mujeres que se han distinguido en el servicio en algunos
de los lugares más peligrosos del planeta.
Pero, para muchos de ellos, los retos no terminan cuando
se quitan el uniforme.
Hoy en día más de 850,000 veteranos siguen desempleados.
Y demasiados están luchando para buscar un empleo digno de su
talento y experiencia.
Eso no está bien.
Pedimos a estos hombres y mujeres que dejen a sus familias y sus
trabajos y que se arriesguen sus vidas para luchar por nuestro país.
Lo menos que deben tener que hacer es luchar para un empleo cuando
regresen al hogar.
Para brindar a nuestros veteranos las oportunidades que se han ganado,
he ordenado al gobierno federal que predique con el ejemplo –
y ya hemos contratado a 120,000 veteranos.
También hemos retado a las compañías privadas a contratar o capacitar
a 100,000 veteranos post-9/11 o sus cónyuges para finales
de 2013.
Hasta ahora, muchas compañías patrióticas han respondido al llamado,
contratando a más de 16,000 estadounidenses.
Y ayer, gracias al trabajo duro de Michelle y
la Dra. Jill Biden, algunas compañías anunciaron su compromiso
de capacitar o contratar a 125,000 más sobre los próximos dos años.
No obstante, tenemos que hacer más.
Es por eso que, como parte de la Ley para Trabajos Estadounidenses,
pedí al Congreso que aprobara un Crédito Tributario de Héroes de Regreso,
que podría dar a los negocios una ventaja tributaria por cada veterano desempleado
que contraten; y un Crédito Tributario de Guerreros Heridos,
que daría a los negocios una ventaja tributaria por la contratación de un
veterano con una discapacidad relacionada con su
servicio uniformado.
Estas propuestas harán mucho para poner a nuestros veteranos
a trabajar de nuevo.
Asimismo, el jueves, me agradó observar cómo el Senado
puso de lado al partidismo y se unió para aprobar
estos créditos tributarios.
Al fin y al cabo, abogar a favor de nuestros veteranos no es una responsabilidad demócrata
ni una responsabilidad republicana –
es una responsabilidad americana.
Es una que todos tenemos la obligación de cumplir.
Y la Cámara debe aprobar este proyecto de ley tan pronto como sea posible,
para que yo la pueda promulgar.
En mi capacidad de Comandante en Jefe, quiero que todo veterano sepa que
Estados Unidos siempre honrará su servicio y su sacrificio –
– no solamente hoy, sino todos los días.
Y, al igual que ustedes lucharon por nosotros, vamos a seguir luchando
por ustedes – para más trabajos, más seguridad,
la oportunidad de salvaguardar la solidez de sus familias, y mantener a Estados Unidos
competitivo en el siglo 21.
Entonces, para todos nuestros veteranos – muchas gracias por su servicio.
Que Dios les bendiga.
Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.