Tip:
Highlight text to annotate it
X
A veces lo cotidiano tiene un efecto extraordinario.
Ese es el PODER DE CADA DÍA.
Esta historia fue en Río de Janeiro.
Soy Alexandre.
Tengo 41 años y soy padre soltero.
Vivo con mi mamá y con mi hijo.
Nos gusta salir.
Usamos la computadora y escuchamos música.
A veces tocamos juntos.
Toda mi vida intenté ser músico.
Me esforcé,
pero en esa época la mamá de Lucas quedó embarazada.
Entonces tuve que empezar a trabajar duro con el vidrio.
Abrí mi propio negocio y dejé la música de lado.
Mi papá está tan apurado Apenas puede ocuparse de sí mismo.
No se corta el pelo y se deja la barba crecida.
Uso afeitadoras simples.
Se atascan en mi barba e irritan mi piel.
Me miro con barba, cansado y no me siento con ganas de salir.
Me desmotiva y me dejo estar.
Él sale con la ropa arrugada.
Así.
Las mujeres te miran cuando te ves limpio,
con un buen corte de pelo, sin barba.
-¿Recién llegó esto? -Sí. ¡Mirá!
-Gillette Sensitive... -Evita la irritación de la piel.
¡Vas a verte tan bien ahora!
Te afeitas mucho más fácil y no irrita tu piel.
Es más rápida incluso.
¡Soy otra persona!
Mirá esta cara que limpia.
Parece el hermano de Lucas.
Hoy cuando me afeité me sentí como un niño.
Cuando me afeito y veo mi cara limpia
me dan ganas de tocar la guitarra incluso de trabajar.
Cuando vez que la gente baila y canta tus canciones
es el placer más grande.
Confianza es verte y sentirte bien.
Como ven, lo cotidiano tiene un efecto más grande.
Incluso más de lo que te imaginas
Ese es el EFECTO DE CADA DÍA