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Soldado. Atención ¡fir!
¡Sargento! ¿Qué hace crecer al pasto verde?
¡SANGRE, SANGRE, SANGRE ROJA!
¿Cuál es el espíritu del soldado?
¡MATAR, MATAR, MATAR SIN MISCERICORDIA!
¿Cuáles son los dos tipos de personas en este mundo?
¡LOS RÁPIDOS Y LOS MUERTOS!
¿Cuál es Ud.?
¡LOS RÁPIDOS!
¿Cuáles son ellos?
¡LOS MUERTOS!
¡Sargento, quiero oír su grito de guerra!
¡AAAAAAAAAH!
Lo que acaban de ver es una pequeña parte del entrenamiento
que recibí mientras estaba en el Ejército de los Estados Unidos.
Me uní justo después del 11 de septiembre.
Lo entrenan a uno con dureza, con una ira interna profunda, oculta.
Una ira que la mayoría no sabe siquiera que la tiene.
En combate, esa ira los puede mantener vivos.
Pero en casa, esa ira puede matarlos.
Permitan que retroceda un segundo y les cuente por qué me uní al ejército.
La mayoría puede probablemente recordar donde estaban el 11 de septiembre.
Yo lo recordaré por el resto de mi vida.
Trabajaba de operador de montacargas, justo después de la preparatoria.
Estoy manejando y todos desaparecieron.
No sé dónde están todos.
Entonces me dirijo al frente del edificio
y todos están alrededor de una tele de 13"
Al caminar, veo al segundo avión golpear las Torres Gemelas.
En ese momento supe que me uniría al ejército.
Antes de llegar a Irak, pasé como un año en América Central.
Fue hermoso.
Este es el lado bueno del ejército, llegas a ver el mundo.
Pasé como un año entre las selvas
de Panamá, Nicaragua, Honduras.
Me enamoré de la cultura, llegué a ver e intentar cosas nuevas.
Incluso ***é en el Atlántico y el Pacífico en el mismo día
sin subirme a un avión.
Pero los buenos tiempos no duran.
En el 2004, mi unidad recibió órdenes para desplegarse en Medio Oriente
en apoyo a la operación "Irak libre".
Nos iban a estacionar en Tikrit, Irak,
el pueblo de Saddam Hussein, justo en el centro del Triángulo Sunni.
A mitad de mi camino, recibimos órdenes de ir a Fallujah.
En ese entonces, los insurgentes controlaban toda la ciudad de Fallujah,
y nos enviaron para recapturarla.
Era el tercer artillero dentro de los primeros de 50,
montado en un vehículo "humvee" con un arma calibre .50.
Yo era los ojos y oídos del convoy.
El camino de Tikrit a Fallujah se suponía que solo tomaría una 10 horas
incluso con vehículos militares lentos.
Pero el enemigo tenía otros planes.
En el camino, empezaron a volar los puentes
y montar emboscadas a lo largo del camino.
En cada ocasión redirigíamos nuestra ruta
llegamos con un contacto nuevo y después de 36 horas de incesante combate
sin dormir con alto estrés, la mente empieza a hacernos jugarretas.
Empecé a ver cosas que no había,
empecé a escuchar cosas que no había.
Empiezas a perder el control de tu ira.
En cierto punto, en la segunda noche sin dormir,
debí quedarme dormido, dormitando, el aire templado arrullando mi sueño,
porque desperté en caos total. Disparos.
Recuerdo oír descargas de AK-47 golpeando a un lado del vehículo
a unos centímetros de mi cabeza: "ting, ting, ting, ting".
Desperté, agobiado de miedo.
Recuerdo el destello rosa de nuestro guía del pelotón
disparando al aire en todas direcciones. Caos total.
Explosiones a mi alrededor, encendí mi calibre .50 "tata, rata, ta"
"tata, ra, tata, tata, ra, tata",
moviéndolo de un objetivo al otro.
En medio de todo este caos, pude oír a alguien reír
y pensé,
"¿quién puede estar riendo en un momento como este?"
Y entonces me di cuenta de que era yo quien reía.
Sentí como que finalmente perdí control de esa ira
que me enseñaron aprovechar.
Llego el momento de dejar Irak y solicitaron voluntarios a quedarse.
Necesitaban gente que encontrara y neutralizara los AEIs
que estaban matando a mucha gente.
No fue una decisión que tomara a la ligera,
pero si no me hacía voluntario, iban a elegir gente.
No estaba casado ni tenía hijos
y no quería que escogieran a alguien con familia,
así que me ofrecí para una segunda expedición.
En la segunda expedición, 3 o 4 vehículos salíamos todos los días.
Manejábamos como a menos de 20 km/h, casi sin movernos.
Mirábamos a los lados del camino intentando encontrar AEIs
Artefactos Explosivos Improvisados,
y esperábamos que el camino nos volara.
Mientras estuve en Irak, perdí a 7 de mis mejores amigos.
¡Sargento, atención!
A la de ¡re!
Presenten, ¡ar!
[Trompeta fúnebre interpreta "Taps"]
Descansen, ¡ar!
A la iz ¡quier!
Perdonen.
Mi transición a casa fue difícil, por decir lo menos.
Estaba paranoico, portaba un arma todo el tiempo
Evaluaba el nivel de amenaza
de cada persona o lugar al que estaba expuesto.
Manejando en el vecindario de mi familia,
manejaba al centro de la calle,
temía que los lados del camino fueran a estallar y matarme.
Por fuera, me veía como cualquier universitario de 21 años.
Compraba la ropa más nueva, jugaba 'beer-pong'
perseguía chicas, tiraba los dardos.
Pero adentro, algo estaba mal.
Después de unos meses, mi familia y mis amigos me convencieron
de que algo estaba mal y necesitaba algo de ayuda.
Acudí a la clínica de salud mental del Departamento de Asuntos de Veteranos
y les dije que tenían que ayudarme o lastimaría a alguien.
No quiero. Porto una pistola para protegerme, pero tengo miedo.
Me dieron medicamentos para dormir y me mandaron a casa,
me dijeron que volviera en 6 meses, pero no lo logré.
Unos meses más tarde, estaba con unos amigos.
Estábamos tomando, pasándola bien.
Había estado bebiendo todos los días para lidiar con mis problemas.
Es difícil concebirse como un alcohólico
cuando estás jugando 'beer-pong', pero...
[si] estás bebiendo a diario, eres un alcohólico.
Habíamos salido, bebiendo y se suscitó una discusión por una chica.
Alguien sacó un cuchillo y yo saqué mi pistola.
El fiscal dijo que me había movido por el lugar en forma táctica
despejando la sala, con todos tirados al piso.
Le quité el cuchillo y empecé a golpearlo.
Y lo golpeé y lo golpeé.
Unos días después me arrestaron por intento de homicidio
y varios otros cargos. Algunos los hice, otros no.
Cuando acudí para saber mi sentencia, el juez me dijo,
"Sr. Chambers, su servicio es una espada de doble filo.
Su tiempo en Irak lo hace una amenaza a la sociedad,
y tengo la obligación civil de encarcelarlo".
Recibí 10 años y heme aquí hoy.
Algunos de Uds. familiarizados con el formato de TEDx probablemente
esperan mi llamado a la acción.
Pero acaban de hacerlo.
Encuentren a un veterano y escuchen su historia.
Muchos de nosotros sólo necesitamos hablar con alguien.
¡Sargento, atención!
Sarge, está bien. Ya está en casa, hombre.
Ha terminado, está a salvo. Bienvenido a casa.
Descanso.
(Aplausos)