Tip:
Highlight text to annotate it
X
¿Es posible que un electrón esté en dos sitios a la vez?
¿O que un gato esté al mismo tiempo vivo y muerto?
Según la mecánica cuántica, ambos escenarios son posibles
y en el centro de este dilema conceptual se halla la función de onda.
La fórmula matemática que usamos para describir objetos cuánticos.
Para ver cómo opera la función de onda, tomemos el caso de un electrón
disparado desde tubo de rayos catódicos, un artilugio que encontramos en la parte de atrás de las teles antiguas
La función de onda para este electrón es la descripción de la posición donde está el electrón
y lo que está haciendo
Por ejemplo, lo rápido que va.
Para predecir dónde estará el electrón en el futuro, solamente se introduce la función de onda
en la ecuación de onda de Schroedinger, la equivalencia cuántica de las Leyes del Movimiento de Newton.
Pero aquí se complica:
La función de onda no es un número normal
Es una función compleja que depende de números imaginarios, como la raíz cuadrada de menos uno.
Y la cosa empeora...
La función de onda solo ofrece una predicción estadística
a cerca de dónde estará el electrón en el futuro.
Es una declaración sobre probabilidades, nada más.
Si tomamos dos electrones con exactamente la misma función
y miramos dónde están, podemos encontrar que uno está por aquí
y el otro está por aquí.
Y peor aún, una vez observamos el electrón, detectándolo en este lugar y no en este otro,
la función de onda cambia de forma inmediata e irreversible
Los físicos dicen que colapsa dentro de un amplio rango de posibilidades
a un resultado especifico
Piénselo un segundo.
El acto de medición del electrón es lo que le da su posición.
Y esto nos lleva de vuelta al gato que está vivo y muerto a la vez.
Como se suele decir, un gato y un vial de veneno están encerrados en una caja
Un evento cuántico sucede con una probabilidad del 50% de que se rompa
o no se rompa el vial de veneno y mata o no al gato.
Entonces, ¿el gato aún respira?
La función de onda refleja las dos posibilidades.
En la interpretación estándar de la mecánica cuántica, ambas posibilidades son reales.
El gato está tanto vivo como muerto hasta que un observador abre la caja.
En este punto, el gatito colapsa y pasa a un estado de vivo o muerto.
Esto es absurdo, por supuesto. Los gatos no pueden estar vivos y muertos a la vez.
Entonces, ¿cómo sorteamos esta paradoja?
Una de dos: O la función de onda realmente no existe. Es solo un reflejo de nuestro conocimiento.
O los gatos están a la vez vivos y muertos, pero en universos paralelos.
Para Instant Egghead de Scientific American, soy Michael Moyer.