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Os voy a explicar cómo los principales bancos controlamos los mercados.
Tenéis que comprender que en Chicago y en el Nymex sólo hay una constante,
una verdad universal y que es la única verdad real.
Causalidad.
Acción y reacción.
Causa y efecto.
Todo comienza con la oferta y la demanda.
NO. Falso.
Oferta y demanda son una ilusión
creada por los bancos que tenemos el poder
sobre aquellos que no lo tienen.
Por ejemplo. Mira a esa mujer.
Dios mio, mirala.
Imagina que su belleza es equiparable a un mercado de materias primas sin intervenciones.
Tan obvio. Tan burgués y aburrido.
Pero espera.
Como puedes observar, le he enviado un paquetito de derivados,
preparado desde el dark pool que hemos coordinado recientemente.
De hecho lo he preparado yo mismo.
Todo empieza con mucha sencillez,
interviniendo en los mercados con pequeñas posiciones en corto.
Creando un nuevo efecto como...
la poesía.
Al principio nadie se da cuenta.
Sólo pequeñas ventas.
Pero comienzan a moverse,
calentando el mercado.
Lo vas comprendiendo, Neo. ¿Verdad?
El mercado no entiende por qué está sucediendo.
¿Han cambiado acaso las condiciones? No.
¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el motivo para que se empiece a vender?
De repente eso ya no importa.
Pues el porqué y los motivos han desaparecido.
Todo lo que importa es la sensación de venta que has comenzado a crear ... suavemente
Y esta es la naturaleza del mercado.
Los traders intentan compensar.
Pero nosotros tomamos posiciones de venta cada vez mayores y más agresivas.
Pero qué pretenciosos. Si somos nosotros los que mandamos...
...porque hemos transformado el mercado detrás de esa estúpida apariencia de oferta y demanda.
La verdad es que hemos doblegado el mercado a nuestra total conveniencia.
Y todo termina bajo nuestro control.
Causalidad. Y no hay escapatoria para unos mercados,
que siempre quedan esclavizados a los grandes bancos de inversión
nuestra tranquilidad reside en que nadie quiere entenderlo, ni aceptar el porqué.
Saber ese porqué es lo que nos diferencia del resto.
El por qué es lo que nos diferencia, en definitiva, de ellos.
Lo que te diferencia a tí de mí.
Ese porqué es la única y verdadera fuente de poder, y sin él no eres poderoso.
Y eso es por lo que habéis venido a verme, sin un porqué y en definitiva sin poder.