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La Moda.
Detrás de la hermosa publicidad,
el glamour de las pasarelas y la industria billonaria,
hay un mundo dentro que ésta industria no quiere que veas,
y que definitivamente no quiere que hables acerca de él.
Oscuro, sucio y lleno de amenazas invisibles,
éste es un mundo cimentado en una adicción tóxica
que lentamente destruye nuestros hermosos mantos acuíferos.
Los hechos son alarmantes.
Tan sólo en China, 320 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
El 40% del agua en la superfice de la tierra se considera como contaminada,
Así como un impactante 20% del agua potable que se consume en las ciudades está contaminada,
algunas veces con químicos cancerígenos.
En Indonesia, nuestras recientes investigaciones descubrieron a una fábrica textil desechando agua con pH14 (similar al cloro),
un cóctel de químicos peligrosos y disruptores hormonales directos
en el suministro local de agua potable.
Y esto es sólo la punta del iceberg,
sólo una de miles de fábricas en Indonesia, alrededor del mundo,
tratan nuestros mantos acuíferos públicos como alcantarillas privadas.
Y el problema es más complicado que esto,
la ropa que compramos en Europa, Norte América, Asia y en el resto del mundo
es parte de una cadena global de contaminación tóxica.
Dos tercios de las piezas de ropa analizadas por Greenpeace contienen químicos peligrosos.
Y cuando estas prendas se lavan,
sueltan dichas substancias en los ríos, lagos y mares del mundo.
Es por esto que todos somos parte del problema,
pero también podemos ser parte de la solución.
Alrededor del mundo, activistas, fashionistas, diseñadores, bloggers y modelos
se están uniendo a la campaña global "Detox".
Unidos bajo la creencia común de que la moda no debe costarle a la Tierra.
Mas de medio millón de personas han desafiado a grandes marcas como Zara, Levi's y Victoria Secret
para que tomen responsabilidad de su huella tóxica
y eliminen los químicos peligrosos de su cadena de producción y de sus productos.
Y esas grandes corporaciones están escuchando,
desde las marcas de gran lujo como Valentino hasta los minoristas como H and M,
ahora las grandes marcas ponen atención al llamado hacia una moda libre de tóxicos.
Estas marcas están empezando a sustituir los peores químicos,
también están trabajando con sus proveedores y la industria química
para desarrollar soluciones, generando un creciente mercado para alternativas libres de riesgo.
Por mucho tiempo la industria textil ha contaminado impunemente en la oscuridad
pero sacando la situación a la luz pública podemos acelerar el cambio.
Contaminar a escondidas es deshonesto;
contaminar a la vista de los medios de comunicación, es un desastre para las Relaciones Públicas.
Aún falta mucho por hacer,
nuestros éxitos han probado que cuando nos unimos, el cambio es posible.
Nuestro mensaje es claro,
esas marcas y proveedores que son transparentes en su progreso
y que actúan creíble y auténticamente,
tienen la oportunidad de ganar la confianza y lealtad de la gente.
Aquellos que eligen esconder sus cabezas bajo la tierra
o resolver la situación sólo en apariencia
enfrentan un futuro incierto.
Cada vez es más fácil identificar a estos villanos tóxicos e hipócritas de la sustentabilidad,
y compartir ésta información dentro de nuestras redes,
e influir a las marcas en sus decisiones para bien.
El mundo está observando,
es hora de Detox.