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Saquemos a los chicos afuera,
llevemos a los estudiantes lejos de sus pupitres, al bosque,
a los arroyos, a los pantanos, y hagamos que mejoren sus notas.
De eso quiero hablarles.
Piensen en los momentos en los que mejor aprendieron algo,
en los que realmente retuvieron algo.
Probablemente estaban haciendo algo, o sintiéndolo, o experimentándolo.
Y esas experiencias son las que nos ayudan
a desarrollar un profundo conocimiento de nosotros mismos,
a desarrollar conexiones con otras personas y con el mundo.
Y he tenido la oportunidad, durante los últimos 25 años,
de ser testigo y poder ayudar a chicos de toda Nueva Orleans
a sumergirse
en los increíbles momentos "ajá" del mundo exterior.
En 1985, yo era profesora de la escuela pública de Nueva Orleans.
5º curso. Y mis alumnos hacían lo que, seguramente,
la mayoría de nosotros más o menos admitimos hacer.
Aprendíamos y después nos examinábamos,
y rápidamente lo desechábamos.
Pues bueno, lo que yo quería que hiciesen mis alumnos
era aprender a retener,
no solo para este examen, sino para todos los examenes y para la vida.
Y lo que descubrí con estos alumnos
fue que podía sacarlos al exterior, y eso hice.
Los llevé a un área natural durante 5 días y 4 noches,
y pude enseñarles cosas increíbles, creativas, maravillosas,
conocimientos académicos que necesitaban desesperadamente.
Ahora bien, quiero dejar esto claro, no se trataba
de llevarlos a un campamento,
sino al exterior, a un lugar realmente fuera del aula.
Así que me aseguré de que tuviesen actividades increíbles,
que fuesen cosas que los chicos comprendiesen
y que pudiese enseñarles más y mejor allí
de lo que lo haría en el aula.
Después de hacer esto durante 10 años,
pude crear una ONG en Nueva Orleans,
"TREE", Teaching Responsible Earth Education [Educación Responsable con la Tierra]
y ampliar nuestros programas hasta 7º curso,
y trabajábamos desde 5º a 7º.
Y fue posible sacar del aula a todos los estudiantes que pudimos
y pudieron permitirse salir afuera.
Esto supuso una nueva dimensión,
porque ahora yo podía escuchar
las ideas de los profesores, además de las mías
y de mis puntos de vista.
Y lo que escuché fue que los chicos aprendían cosas asombrosas
y sus niveles académicos eran estupendos.
Pero lo que más destacaron los profesores
fueron las conexiones que se crearon entre los chicos.
Los chicos que no hablaban ni con su compañero de al lado,
habían empezado a trabar amistad.
Y el chico que pudo salir
y que en clase no podía estarse quieto
o tenía problemas de aprendizaje,
esos fueron los que más sobresalieron.
Fueron los que, fuera del aula,
se convirtieron en líderes.
Sus cuerpos ya no estaban encerrados.
Tenían mentes que... Aparecieron sus conocimientos de la calle.
Y los profesores los miraban de otro modo,
los otros chicos los miraban de otro modo.
Y cuando los chicos volvían al aula,
comenzaron... había toda una nueva dinámica
y los chicos habían hecho suyo lo que aprendieron.
Entonces, llegó Katrina. Ya han escuchado a elocuentes conferenciantes
hablar sobre las maravillosas oportunidades
y las cosas que estamos haciendo con nuestro sistema educativo.
Y ha sido maravilloso.
Pero también oímos hablar de profesores frustrados,
y padres fustrados, y con todo viniéndose abajo,
sobre la necesidad de tener que esforzarse, esforzarse y esforzarse.
Y, por supuesto, queremos que nuestros chicos aprendan.
¡No les quepa duda!
Pero también sabemos que nos estamos esforzando y diciendo:
"Más tiempo en sus sillas, más tiempo en sus pupitres."
Y eso no es lo único que mejorará sus notas.
Y así, con Katrina descubrimos eso,
pero también descubrimos otra cosa,
que los chicos necesitaban algo que siempre les dimos,
pero que ahora necesitaban por completo, y era la inmersión en el mundo exterior,
tener la oportunidad de pasar tiempo allí, de tener soledad y tiempo para reflexionar,
para ver qué había dentro de ellos
y dentro de los que les rodeaban.
Les aseguro que escribían poemas increíbles.
Te acercabas a alumnos de 7º curso y querían compartirlos con todos.
Cambia sus puntos de vista. Cambia sus vidas.
Y lo que veíamos eran chicos...,
un alumno de 7º curso lo resumió en este poema:
"¿Sabes? Cuando miro ahí afuera, Veo los árboles y oigo los pájaros,
Y siento paz con mis amigos.
Cuando miro por la ventana En mi casa, en mi hogar,
Veo luces azules de policía que parpadean."
Esto cambia vidas.
Y eso es lo que tuvimos el milagro de hacer.
Sabemos que ocurren cosas, que ocurren en las escuelas,
y sabemos que somos capaces de ver que
lo que necesitamos son estas tres cosas juntas.
Y me encantaría que pudiesen mirar a los ojos de los chicos
y verlos ahí fuera llenos de entusiasmo.
Y las 3 cosas que necesitamos son: nivel académico magnífico, esto es muy importante;
pero también conexión con los demás y con el mundo exterior, crear una relación con él.
Es esencial que estas 3 cosas vayan de la mano.
¡Hagamos esto posible y consigamos que todos los chicos de Nueva Orleans
se alejen de sus pupitres y salgan al exterior!
Gracias.
(Aplausos)