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Es verano en Marruecos y gran parte del paisaje es marrón.
Pero aquí en la región agrícola de Doukkala, los agricultores trabajan en los frondosos y verdes campos.
Si no hay agua, no hay verduras como estas.
Esto es gracias al agua.
En Marruecos, agricultores como Belkadaf Mäbarek todavía cosechan los beneficios de las generosas lluvias
que cayeron en invierno y primavera.
Los cereales son la principal producción.
Y la producción de Marruecos este año se estimó en 102 millones de quintales (10,2 millones de toneladas).
Es un récord nunca antes alcanzado por Marruecos.
Los agricultores que tienen irrigación cultivan maíz y alfalfa en verano,
algo que no podían hacer por falta de agua en la última década.
La diferencia es clara: el año pasado no se veía este tipo de verduras.
El récord de cultivo ha protegido temporalmente a Marruecos del descenso económico mundial.
Pero los expertos dicen que esto resalta la dependencia del país de un recurso muy poco constante: el agua.
El PIB agrícola de Marruecos está muy ligado a la pluviometría anual.
Cuando la pluviometría aumenta, es suficiente: tenemos un PIB agrícola muy importante.
Una amplia red de irrigación ha ayudado a estabilizar el suministro de agua en los años de sequía,
pero no lo suficiente.
Esta estación de bombeo, una de las más grandes de África, fue construida para suministrar agua
a 64.000 hectáreas de tierras marroquíes.
Debido al periodo de sequía durante los 10 últimos años, hemos podido dar suministro solo a 35.000 hectáreas.
Durante ese periodo, casi la mitad de los campos irrigados de la región se resecaron.
Los agricultores de Doukkala soportaron el severo racionamiento de agua al vaciarse las presas vecinas.
A principios de esta temporada, es decir 2008-2009,
fue muy difícil porque la cantidad de agua que teníamos en la presa nunca pasó del 13% de su capacidad.
Fueron años en los que los agricultores no ganaron lo suficiente para alimentar a sus ganados.
Puedes haber empezado con diez animales, pero en los años de sequía acabas con dos, solamente con dos.
Alimentar a sus familias, incluso con su sopa tradicional, era muy difícil.
Si quieres "harira" (la sopa tradicional), debes venderlo todo.
Esta es la diferencia entre un año bueno y uno malo.
A pesar de la abundancia de este año, el fantasma de la sequía se pasea por esta nación comúnmente árida.
Hay una variación muy grande en las precipitaciones de un año a otro.
Ningún año se parece a los demás
y es precisamente esto lo que hace problemático asegurar la producción de alimentos en Marruecos.
Las lluvias de este año garantizan agua suficiente para muchos años, dando tiempo al Gobierno
para que busque formas de extender sus recursos de agua más que nunca.
Con el apoyo de las agencias de ayuda externa, Marruecos ha lanzado varios programas piloto en Doukkala.
Tenemos varios proyectos con el fin de asegurar un mejor uso del agua,
en especial el de la reconversión a otros sistemas de irrigación, como la irrigación por goteo.
Mientras tanto, los agricultores disfrutan del regalo de este año...
¿Que se podría hacer sin agua? No se puede hacer nada sin agua.
...y esperan que vuelva a llover.