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Ella es Karen, tiene unos cinco años y la criamos en el parque.
Cuando la conocí, era una cachorrita. Su madre había muerto de cáncer poco tiempo atrás, por lo que la criamos en cautiverio.
Los koalas son un tipo de marsupial.
Su pariente más cercano es el uómbat.
No es un oso. No tiene las mismas "koali-dades".
Por eso, cuando nace un koala cachorro, es así de grande. Y nace incompleto, por lo que no tiene piernas ni brazos, no tiene piel, no tiene ojos ni orejas, y gatea hasta la bolsa de la mamá,
donde permanece durante varios meses para crecer y desarrollarse.
Si un cachorrito necesita que lo críen los humanos, podemos preparar una leche de fórmula especial para koalas.
Según la edad, deberán tomar biberones cada cierta cantidad de horas. Mucha calidez, mucho tiempo para dormir y luego empiezan a comer hojas de eucalipto.
Sí, todo gira en torno al alimento… el problema de los koalas es ese.
Sus hojas contienen tan poca cantidad de energía que no pueden permanecer despiertos por mucho tiempo.
Es por eso que necesitan dormir entre dieciocho y veinte horas al día… si no descansan todo ese tiempo, pueden tener problemas de estrés.
La mayoría de los otros koalas duermen y disfrutan cuando las personas los tocan.
Karen quería bajar y perseguir a la gente. Quería gatear para trepar tu pierna. Quería que la alzaras constantemente.
Era tratar de domesticar a esta koala salvaje que solo quería que la alzaran.
Es muy atenta y le encantan los abrazos; a menudo, va en busca de abrazos. Si uno camina por el recinto y ella está sentada en los árboles, le comunicará que quiere un abrazo.
Es la koala más increíble del mundo. De verdad extraño a Karen.
Stay together