Tip:
Highlight text to annotate it
X
El primer día, osea, como todas las personas tenemos que tener independencia,
salir de las casa de mis padres, entonces ya el espacio en la casa de mi mamá ya no
daba abasto. Entonces tuve que llegar acá y llegué con
una mediagua, dormí en la interperie, no existían otras posibilidades. Igual yo estuve
postulando, ponte, en la población como persona allegada, y no se daba la opción para que
pudieras tener tu casa. Tu veís que no sé, por ser joven de repente
te troncan, sino tení más hijos, también te troncan, entonces sino tení la ficha de
protección demasiado baja también te troncan, si tienes pocos estudios te dan oportunidades,
pero si tienes un poco más tampoco te las dan.
Aquí llevo 20 años, el primer día la ilusión de la casa propia,
Ver llegar a mis vecinos, que veníamos con mucha ilusión,
Vivíamos en mediaguas de seis por tres, al llegar a una casa propia nosotros ya nos cambiaba
el 100% la vida. Yo pasé...
hambre.
Puedo decir que como todo niño se cría bajo un techo, pero para mi, mi primer techo es
esto... Y llegó un punto que sentía que mi vida
en general, le faltaba algo le faltaba no sólo estar estudiando o salir
con mis amigos, sino que con mi vida sentirme útil.
Yo llegué acá a la villa, llegué a través de unos Trabajos de Verano que se hicieron
acá donde pavimentamos los blocks, tratamos de
arreglarlos un poco y solucionar algunos problemas que ellos tenían
el barro, las infecciones, y llegué acá me encontré con muchos dirigentes y mucha
gente muy linda Me conecté con la gente del (campamento)
San Francisco. Para mi con las familias con las que trabajo
constantemente son parte de mi familia o sea, son parte de mi vida, no es como "Pucha
yo voy los sábados, como tengo un actividad X que tengo que ir nomás"
Es parte de mi vida, ahora mi familia no es sólo mi papá, mi mamá y mi hermano sino
que es cada una de esta familias, cada uno de estos niñitos que están al lado mío,
y que ha hecho como que mi vida es mucho más completa, mucho más feliz, más grata.
Me impresiona a primera vista las condiciones que se ven acá, totalmente marginados, alejados
de los servicios básicos, en condiciones de hacinamiento muy grande en viviendas muy
chicas, y en segunda instancia lo que me impresionó
fue encontrar a la gente que encontré donde uno tal vez no venía a encontrarla.
El TECHO para nosotros fue una bendición, por que aquí en Parinacota,
de que yo he sido dirigenta o vecina acá, han llegado muchos proyectos, pero ninguno
se quedó como el TECHO. Todos nos venían a ilusionar con algo que
nunca vimo. No sé, para mi es chistoso cacha'i tener
tanta gente de repente metida en mi casa, por que ponte yo digo, soy yo mi marido, mi
hija y después lo voluntarios es como quince, veinte personas dentro de mi casa,
o sea, el espacio también es chico.
Trabajar acá es una experiencia para la vida pero...
es mucho más reelevante que cualquier ramo que uno
puede hacer, o sea, Esto lleva a una experiencia que puede servir
en lo profesional, en lo humano... Son personas con las que no sólo trabajo,
sino que, me río, lo paso bien, lloro, me frustro, me enojo...
como, no es sólo un trabajo o una pega.
Ponemos en contacto a miles de jóvenes que deciden ir semana a semana y trabajar con
las familias por que sabemos que juntos podemos construir un país diferente.
También sabemos que los jóvenes no nos vamos a formar en aulas académicas de primer nivel,
sino que tenemos que estar ahí donde están ocurriendo las cosas.
Nos falta urgencia y estar ahí. Nosotros quienes trabajamos en el TECHO y
los voluntarios que están ahí nuestro sentido de urgencia y nuestra indignación
no es gratuita sino por que viene dada por lo que sabemos y lo que compartimos con las
familias Estando en esos lugares sabemos que las realidades
en que ellos viven es indigna, que es urgente y que tiene que cambiar no
mañana sino que hoy día. Por eso nosotros hoy día estamos diciendo
que ganamos un partido, pero no el campeonato, por que esta lucha continúa y sabemos que
necesitamos de todos para poder lograrlo.