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El invitado Osmoz: Los perfumistas Invitado 2 de 5: Emilie Coppermann
Enamorada de los aromas desde los 13 años, supo en seguida cuál era su vocación.
Hace más de 20 años que Emilie Coppermann cultiva su enfoque atípico
de los códigos tradicionales de los perfumes masculinos y femeninos.
Es ella quien está detrás de Eau de Lalique, Black XS for her de Paco Rabanne
y de la colección Esprit Cologne, que firma para The Different Company.
En el seno de la empresa Symrise, donde trabaja,
le gusta enriquecerse con el contacto de sus colegas como Jean-Claude Ellena, perfumista de Hermès.
Ser perfumista, explica, es asumir tu personalidad,
creer en tus convicciones y trabajar sin descanso, pero sobre todo es un verdadero placer.
Mi trabajo es un placer cotidiano.
Para mí se trata de un juego, hay personas a quienes les gusta cantar, a otras les encanta escribir,
a mi me encanta oler. O sea escribir fórmulas y ver el resultado.
Emilie Coppermann, háblenos de la concepción del perfume mismo
El perfume es realmente una emoción.
Y un perfume no se crea nunca solo,
mi trabajo es poner en perfume, es traducir las emociones de los demás, el discurso, la historia,
en perfume para volver a dárselos.
El resultado es a menudo desconcertante, porque no es necesariamente lo que me esperaba
y al final es pese a todo una creación pero la he compartido con muchas personas. Es muy satisfactorio.
Me encanta desbaratar los códigos,
tener una manera de proceder inesperada para que al final el perfume salga de los caminos trillados.
Puede desarrollarse tanto en una semana como en 10 años.
Le gusta particularmente un aspecto de su trabajo, ¿cuál es?
Lo que más rescato es el aspecto emocional, relacional, armonioso con la gente con la que se trabaja.
Puedo hacer un acorde y lo que va a inspirarme realmente es lo que sienta la gente cuando vaya a oler ese acorde,
lo que van a decirme, lo que voy a poder relatar y hacer sentir a la marca.
Hay todo un input sumamente importante.
La fuente de inspiración es ante todo algo emocional, a través de la gente con quien trabajo y para quien los creo.
¿Qué efecto hace reconocer su propia creación llevada por una persona?
Ver a una persona que lleva mi perfume siempre es muy gratificante.
La gente se apropia de una de mis creaciones y hacen como si finalmente fuera su perfume,
es de ellos, y me encuentro completamente desposeída de lo que he hecho, pero me encanta, es genial.