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La intensidad de la emoción hace que cuanto mayor sea,
más se producen y se liberan adrenalina periférica, corticoides periféricos,
ACTH, que es una hormona que estimula la suprarrenal que está en la hipófisis, ACTH en la hipófisis.
Y, dentro del cerebro, dopamina, adrenalina, serotonina, acetilcolina.
Esa liberación varía según la intensidad. Cuanto mayor la intensidad, más se liberarán esas sustancias.
Y, porque son más liberadas, tienen más condiciones de actuar
sobre las neuronas, que hacen la memoria.
La neurona, para hacer memoria, activa una serie de encimas
que estudiamos en muchos detalles, son muchas y concatenadas entre sí.
Algunas de estas estimulan el ADN de las células que hacen memoria para producir proteína,
para producir ARN y, con este, proteína.
Otras proteínas son sintetizadas en las dendritas de forma directa, sin la actuación del ADN.
Y esas síntesis proteicas que se originan en el núcleo con formación de ARN
y las que se originan en las dendritas sin ADN,
son proporcionales a la activación de éstas por las sustancias que mencioné:
adrenalina periférica, noradrenalina, dopaminas centrales, etc.
Cuanto más intensa emocionalmente es una experiencia, más liberará noradrenalina, dopamina en el cerebro,
más liberará adrenalina periféricamente y corticoides.
Y más se activarán esas síntesis proteicas que se formarán sobre las sinapsis,
que son las que llevan las memorias, modificaciones
que después por alteraciones en el ADN de las células, que es otra historia en la que no me detendré ahora,
y terminan permanentes, ahora por lo menos.