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testamento de rubén sobre los pensamientos
estando enfermo rubén se reunieron sus hijos y nietos para visitarle
les hablo así
hijos míos
me estoy muriendo y voy a seguir el camino de mis padres
escuchar ahora lo que vi sobre los siete engañosas espíritus durante mi tiempo
de penitencia
siete espíritu se ha dispuesto del iarc contra el hombre
el primero
el espíritu de la fornicación
tiene su asiento en la naturaleza y en los sentidos
el segundo
el espíritu de la insaciabilidad
en el vientre
el tercero
el espíritu de la guerra
en el hígado y la bilis
el cuarto
el espíritu del agrado y del encanto para parecer hermosos por medio de lo
inútil
el quinto el espíritu del orgullo
para jactarse y vanagloriarse
el sestao el espíritu del engaño
de perdición y envidia
para fingir palabras
y hacerlas pasar desapercibidas ante parientes y vecinos
el séptimo
el espíritu de injusticia gracias al cual se producen los robos y atracos
para ejecutar los deseos del propio corazón
la injusticia
en efecto colabora con los otros espíritus
gracias al cohecho
a ellos
se añade el espíritu del sueño
el octavo
espíritu de engaños y fantasías
de este modo se corrompen los jóvenes
en tmb cien de su mente lejos de la verdad
no sin tiendas según la ley de dios ni obedeciendo las amonestaciones de sus
padres
más ahora
hijos míos
ahmad la verdad
y ella es cuarta
esta es mi enseñanza escuchar a rubén vuestro padre
no conceda es importancia al aspecto exterior de la mujer
no permanezca ir solos con mujer casada ni
pereda es el tiempo en asuntos de mujeres
si ya no pudiera visto avala
bañándose en un lugar apartado
lo habría caído en tan gran impida
desde que mi mente
concibió la desnudez femenina
no me permitió conciliar el sueño hasta que cometí la abominación
no preste isaac tensión a la hermosura de las mujeres ni os detengáis a pensar
en sus cosas
caminar por el contrario
con sencillez de corazón con temor del sr
ocupadas en trabajos
dando vueltas por vuestros libros y rebaños hasta que el sr
olas de la compañera que él quiera
para que no nos pase como anl
desde entonces
arrepentido me mantuve vigilante
y no peque
ruina del alma es la lujuria
aparta de dios y acerca a los ídolos engañar continuamente la mente y el
juicio y precipita los jóvenes en el hades antes de tiempo
a muchos han perdido la lujuria
aunque sea anciano
o de noble cuna lo hace ridículo e irrisorio ante vería y los humanos
josé ello gracia ante el señor y los hombres porque se guarda de las mujeres
y mantuvo limpie su mente de tora fornicación
por ello el dios de mis padres le salvó de peligros de muerte ocultes y
manifiestos
si la lujuria no se apodera de vuestra mente
ni siquiera ve liarás vencerá
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las mujeres
hijos míos
como no tienen poder
opuestas sobre el hombre
lo engañan con el artificio de su belleza para arrastrarlo hacia ellas
al que no pueden seducir con su apariencia lo suyo campo del engaño
sobre ellas me habló también el ángel del señor y me enseñó que las mujeres
son vencidas por el espíritu de la lujuria más que el hombre
contra de lourdes maquinaciones en su corazón y con los adornos
lo estarían comenzando por sus mentes
con la mirada
siembra en el veneno y luego lo esclavizan con la acción
una mujer no puede vencer por la fuerza a un hombre
si no te lo engaña con artes de meretriz
de la fornicación hijos míos
y ordenada vuestras mujeres e hijas que no va a haber ni en sus cabezas y
rostros
porque a toda mujer que usa de engaños de esta índole
le está reservado un castigo
de este modo sedujeron a los vigilantes antes del diluvio
como las estaban viendo están continuamente se encendieron en decidas
por ellas y concibieron el acto en sus mentes
se metamorfosean en hombres y se aparecieron a dallas
las mujeres sintieron interiormente atracción hacia tales imágenes
incendiaron gigantes
guardados de la fornicación
si deseáis mantener limpia nuestra mente
guardar nuestros sentidos apartando los de las mujeres
por de naples igualmente a ellas que no frecuente en la compañía de los
hombres para mantener también su mente pura
los abundantes encuentros aunque en ellos
no se cometan impiedad es son para las mujeres una enfermedad incurable
y para nosotros mancilla perpetua en que vería
la lujuria no poseen y sabiduría ni piedad y la envidia habita en su deseo
no os dejéis llevar por la ignorancia juvenil ni por la lujuria
más bien hijos míos ahmad la verdad
y ella es guardada
observatorio lo que hace prescrito y no cometieran tales pecados