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Lucas Guinot
Canario en Paris
Canario es un aprendiz de composición musical
que un momento de su vida decide realizar un viaje a Francia,
(Canario es Argentino) para hacer un curso con un reconocidísimo compositor musical llamado Morton Feiman.
Para esto Canario decide realizar el viaje en barco
ya que argumenta que esos veintitantos días que le va a demorar el viaje,
de Argentina hasta Francia, él va a poder concluir su última gran obra
para triple orquesta y coro inspirado en las olas.
Apenas pisa suelo francés, en el puerto, a cuanta persona se cruza
Canario les pregunta si alguien conoce a Morton Fieman
si le pueden indicar cómo llegar a París.
No encuentra una respuesta muy convincente,
Él argumenta y creo que con mucha razón,
que es por falta del manejo del idioma francés,
Canario prácticamente no habla francés.
No le modifica mucho, sigue avanzando en su derrotero,
él sabe, tiene muy claro a dónde quiere llegar.
Y va avanzando de pueblito en pueblito, de ciudad en ciudad,
y en cada lugar se va encontrando de un modo azaroso
con las personas de la calle, situaciones que a Canario lo van modificando lentamente.
El encuentro más significativo se da con este viejito
que se llama Octimius Landique, que es un artista plástico,
Canario se lo encuentra en la calle.
Y Octimius lo invita a pasar a su casa.
Ya en la casa, tienen un encuentro muy lindo, muy agradable
en el cual ambos hacen un intercambio de sus creaciones.
Octimius le muestra sus cuadros, sus pinturas, Canario sus partituras, su música.
Bien no se sabe cómo se comunicaban
porque ambos respetaban su idioma original.
Octimius hablaba sólo el francés y Canario el argentino (el español).
Sin embargo parece que esto no opacó el encuentro
porque duró largas eternas horas.
En un momento de ese encuentro en la casa de Octimius,
Canario se aparta y empieza a sacar fotos, a gatillar a cuanto objeto había en la casa de Octimius,
porque toda la casa era una obra de arte, un museo viviente.
En ese momento cuando estaba meta gatillar, escucha de la voz de Octimius en perfecto español la siguiente frase:
E N F O C A E L P A J A R I T O
Canario mira para todos lados, la verdad es que no encontró pajarito alguno,
no se inquietó tampoco mucho.
Le restó importancia, siguió el encuentro, al ratito le dió la mano, se despidió Canario.
Él sabía dónde tenía que llegar, su objetivo, estaba todavía allá arriba,
intacto, Morton Feiman, su gran compositor.
A los poquitos días llega efectivamente y por fin a París.
Da la casualidad que justo ese día hay un encuentro cultural en la embajada argentina en Francia.
Canario dice, me mando de una, seguro que voy a encontrar alguna persona
que me puede informar, al fin y al cabo, dónde puedo encontrar a Morton Feiman.
Con la primer persona que se cruza se entera de una noticia
que a Canario lo baja de un hondazo.
Le dice que Morton Feiman había muerto hacía 10 años.
Esta noticia es tremenda para Canario.
Empieza a deambular por la embajada, no sabe bien qué hacer.
Va a una habitación contigua, la cual la puerta estaba cerrada, entonces Canario la patea.
Viene el cadete del embajador lo intenta calmar, Canario reacciona.
Vienen sub-cadetes del cadete y entre todas logran por fin calmarlo a Canario
y sacarlo a la calle.
En ese momento, Canario caminando con un vacío existencial tremendo,
no sabía qué hacer,
se le empiezan a venir todas las imágenes de este recorrido,
de este viaje.
Y de todas esas imágenes, sólo una, empezó a cobrar un sentido
diferente, inusitado, empezó a emerger desde el fondo.
Y fue precisamente en el momento en que estuvo en la casa de Octimus Landique
y que le dijo la frase: "enfocá el pajarito"
Recién ahí Canario entendió lo que le quiso decir Octimius,
y es: "Canario, d e j a t e d e j o d e r
ya está, llegaste.
Ese curso no es más que un posponer tu esencia, tu gesto.
Ya está, eso está afuera.
Canario, e n f o c á e l p a j a r i t o
Estas acá.
El curso representa tu ser mortuorio, seco, inerte, inexistente.
Ya está, Canario, llegaste, enfocá el pajarito.
Lo invisible no es lo esencial a los ojos,
sólo lo visible, lo que tenés ahí.
Es increíble como una frase tan simple, puede impactar en alguien,
de una forma tan tremenda, devastadora, como fue el caso de Canario.
Al punto de que él pudo recordar su camino,
recordar que tenía alas,
y además sentir la imperiosa necesidad de retornar a su hogar,
ahora ya no es barco,
sino volando.
Muchas gracias.
(Aplausos)