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Las prohibiciones no eliminan el mercado de bienes ilícitos.
Sin embargo, sí aumentan la violencia y el riesgo de sobredosis.
- LA ECONOMÍA DE LA PROHIBICIÓN DE DROGAS -
La Historia reciente de los Estados Unidos contiene dos periodos principales de prohibición:
la Prohibición Federal de Alcohol de 1920 a 1933,
y la actual "Guerra contra las Drogas", que comenzó en 1971. Durante ambos periodos, ocurrieron
incrementos en la tasa de homicidios que corresponden a la aplicación de estas prohibiciones.
¿Por qué las prohibiciones conducen a violencia? Primero, tenemos que reconocer que prohibir la
producción o el consumo de una sustancia no elimina su uso.
Casi la mitad de estudiantes de último año de secundario reporta haber tomado sustancias ilícitas.
La prohibición sólo vuelve clandestino al mercado de drogas.
Los productores operan en un mercado *** y los consumidores ocultan su comportamiento.
Los economistas predicen una variedad de efectos adversos en los mercados negros.
La evidencia confirma estos efectos. En un mercado ***, cuando surgen
disputas sobre territorios de ventas, sobre calidad del producto, o sobre intercambio de dinero, el sistema legal
no está disponible. Los productores y consumidores deben resolver sus disputas ellos mismo y pueden
recurrir a la violencia. La naturaleza clandestina de los mercados negros
tiene otros efectos negativos. Los consumidores no pueden reportar a sus proveedores a una asociación
de consumidores por haberles vendido cocaína de baja calidad. La falta de opciones legales y visibles para impugnar
la reputación de proveedores con mala fe conduce típicamente a menos calidad y, sobre todo,
a drogas menos predecibles, incrementando el riesgo de envenenamiento y sobredosis.
Además, la policía gasta recusos para hacer cumplir las prohibiciones. El tiempo que los policías
usan persiguiendo a proveedores y consumidores es tiempo no empleado en apresar asesinos, ladrones o violadores.
El espacio de prisión usado para albergar a traficantes y consumidores deja de estar disponible para
criminales de mayor gravedad. Un estimado sugiere que la tasa de homicidios es
de 25 a 75% más alta de lo que sería en ausencia de la prohibición de drogas.
Si su objetivo es reducir el consumo de marihuana, cocaína, metanfetaminas o heroína,
existen políticas públicas alternativas. Una régimen como el que tenemos con el tabaco,
de altos impuestos, edades mínimas de consumo y amplias campañas de educación, podrían
mantener el consumo de estas drogas relativamente bajo mientras evita los problemas de violencia
y calidad asociados con un mercado ***. Puede parecer contraintuitivo que las prohibiciones
no sean la manera más efectiva de reducir el consumo de un bien, pero la Economía apunta a que
las prohibiciones generan mercados negros y los mercados negros llevan a otros efectos adversos.