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Los chimpancés pueden ser de 3 a 5 veces más fuertes que los humanos.
Eso significa que un chimpancé muy fuerte, puede en teoría
levantar unos dieciséis personas sobre su cabeza.
¿Podría ser que comiendo plátanos y columpiando en los árboles, explique realmente ésta diferencia?
Después de todo, ¿No se supone que compartimos 99% de nuestros genes?
Estudios han demostrado diferencias en la manera en que nuestros músculos están constituidos.
Pero puede que el control muscular sea un factor mucho más importante.
Chimpancés parecen tener menos control sobre cuantos músculos ellos usan a la vez.
Aunque esto puede que suene ilógico, esto podría explicar sobre la diferencia en fuerza.
Vamos a echar un vistazo por qué.
Comparado a los humanos, chimpancés tienen menos materia gris en relación a su peso corporal.
La materia gris es parte del sistema nervioso que contiene los nervios responsables del control de los movimientos.
Éstos ramifican desde la columna vertebral hasta los músculos, para controlar las fibras musculares individuales.
Algunas neuronas pueden contactar muchas fibras musculares al mismo tiempo.
Activando estas neuronas causa todas las fibras musculares al que toque, a contractar al mismo tiempo
creando mucha fuerza.
Esta combinación de neurona y fibra muscular se denomina unidad motora grande
y éstos son usados para las habilidades motoras gruesas.
Como saltando y escalando.
Algunas neuronas solo contactan unas pocas fibras, creando una pequeña unidad motora.
Éstas no tienen mucha fuerza, pero son mucho más precisas.
Las pequeñas unidades de motor nos deja ejecutar tareas delicadas y complejas.
Como jugar a un video juego o tocar el ukelele.
Cosas que nosotros podemos hacer y los chimpancés no pueden.
Así que, chimancés que tienen menos materia gris, tienen menos neuronas motoras.
Por lo tanto, sus neuronas motoras son lo más probablemente, dedicadas a unidades motoras grandes.
Ésto significa que cuando ellos trabajan sus músculos, la reacción al estímulo es todo o nada, lo que nosotros vemos como fuerza.
A diferencia de los chimpancés, nuestras neuronas controlan grupos más pequeños.
Por lo que tenemos más control muscular específico.
Así que, tengan esto en cuenta para la próxima vez que piensen en desafiar un chimpancé en un bar.
Es possible que prefieran probar la lucha de pulgares.
Para "Scientific American" , yo soy Yasmin Tayag.