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Tenemos que empezar la obra. «Sueño de una Noche de Verano».
En la antigua Atenas se aproximaba una boda.
La de Teseo e Hipólita
Cuando apareció Egeo,
pero él venía a reclamarle a su hija.
porque ella estaba comprometida con un joven llamado Demetrio al que ella no amaba
porque ella estaba enamorada de un joven llamado Lisandro.
Estos dos amantes quedaron de reunirse en el bosque de Atenas
y se lo contaron a la hermosa Helena
¿Hacia dónde ***áis señor espíritu?
Por todas partes voy vagando,y sirvo a la reina de las hadas. Me voy. Nuestra reina no tardará en llegar.
El rey viene a celebrar aquí sus fiestas.
Cuida tú que la reina no se presente a su vista;
pues Oberón está muy enfurecido con ella porque le ha robado a un muchacho a quien utiliza como paje.
Por eso Oberón y ella ahora nunca se encuentran.
¿Acaso sois vos el astuto espíritu llamado Robin Buen-chico?
Has acertado. Yo hago chistes para el deleite de Oberón.
Pero, hazte a un lado que es él quien viene.
¡Oh! Aquí viene también mi señora Titania.
En mala hora vengo a encontraros, orgullosa Titania.
De ti depende que acabe nuestra disputa.
Lo único que te pido es ese niño.
Todo el reino de las hadas no bastaría a comprarme ese niño.
Dame a ese chiquillo, y yo iré contigo.
No, ni por todo tu reino. Vámonos, mis hadas.
Ven aquí mi gentil Puck.
Quiero que me traigas la flor purpúrea que una vez te enseñé,
aquella que fue herida por una flecha de Cupido.
Su jugo, vertido sobre los párpados dormidos,
hace que la mujer se enamore perdidamente de la primera criatura viva que vea.
Tráemela enseguida.
Tus órdenes serán cumplidas.
Verteré el jugo de la flor sobre Titania y la obligaré a que me entregue su paje.
Pero ¿quién viene? Soy invisible y puedo escuchar la conversación.
No te amo. Es inútil que me persigas. ¿Dónde están Lisandro y la hermosa Hermia?
Ea, vete de aquí y no me sigas más
Permaneceré a vuestro lado aunque me tratéis como a vuestro perro.
Sólo el verte me llena de disgusto.
Y yo me lleno de disgusto al no mirarte.
Huiré de ti y te dejaré a merced de las fieras.
Si me sigues, ten por seguro que te haré algún mal en el bosque.
Te seguiré, y moriré por la mano que amo tanto.
Ve con Dios, ninfa.
Antes que salgáis de esta espesura tú te esconderás de él y él buscará tu amor.
¿Me has traído la flor?
¿Aquí la tienes?
Toma tú un poco de este jugo y busca en el bosque.
Hay una dulce niña ateniense que es desdeñada por un joven.
Vierte el bálsamo en él; pero que sea cuando sea la mujer el primer objeto que vea al despertar
Conocerás al hombre por su traje ateniense.
Tus órdenes serán cumplidas.
¡Ea!,bailemos y cantemos. Cantad al son para dormirme;
luego cada cual a su faena, y dejadme reposar.
Bilingües sierpes manchadas y erizos, no os dejéis ver.
Orvetos y lagartijas a la reina no toquéis.
Los trinos del ruiseñor arrullen su sueño en paz,
y no la turben encantos, magias, hechizos, ni mal.
Las arañas tejedoras ténganse lejos de aquí,
y el oscuro escarabajo y el empolvado reptil
Los trinos del ruiseñor arrullen su sueño en paz,
y no la turben encantos, magias, hechizos, ni mal.
Partamos. Que a nuestra dueña una sola vele el sueño.
Lo que veas al despertar esto sea tu verdadero amor.
Descansemos, Hermia, si os parece bien, y aguardemos la luz del día.
Buscad un lugar para vos, que yo reclinaré mi cabeza sobre este madero.
He aquí mi lecho. Que te brinde el sueño toda su paz.
Éste es el hombre. Lleva vestidos de Atenas.
Y he aquí la pobre doncella.
Vierto todo el poder de este encanto.
Y que cuando despiertes, el amor no te deje cerrar los ojos.
Aléjate Elena y no me persigas más.
No me abandones mi amado Demetrio. ¡No, no lo hagas!
Detente, o morirás; quiero ir solo.
Dichosa Hermia donde quiera que se halle, porque tiene ojos seductores.
Pero, ¿quién está aquí? ¡Lisandro!
¿Está muerto o dormido? ¡Lisandro! ¡Despertad!
¡Elena! ¡Por tu dulce amor me arrojaré al fuego!
¿Dónde está Demetrio?
¡Oh! ¡Y cuán bien le estaría morir al filo de mi espada!
¿Por qué os mofáis de mí?
¡Que una mujer, por ser rechazada por un hombre, tenga que ser insultada por otro!
Hermia, duerme allí y jamás vuelvas a acercarte a Lisandro!
¡Elena! ¡Elena!
¡Lisandro! ¡Lisandro!
En la granja del Tío Juan ia, ia, oh
Señores, ¿estamos reunidos todos?
Sí, sí; y he aquí un sitio estupendo para iniciar el ensayo de nuestra obra.
Como veis, hay en esta comedia cosas que nunca podrán agradar.
En primer lugar, Píramo tiene que sacar su espada y matarse;
cosa que las niñas a quienes representaremos la obra no podrán soportar.
Realmente se morirán de miedo.
Tenemos que omitir eso de matarse al final.
Nada de eso.
¿Cómo haremos para traer la luz de la luna a una habitación?
Porque sabed que Píramo y Tisbe se encuentran a la luz de la luna.
Además hemos de tener un muro en la cámara;
porque según la historia,Píramo y Tisbe se hablaban por una grieta en la pared.
¿Qué es lo que sucede aquí?
¿Quiénes son estos patanes que andan haciendo ruido donde duerme nuestra hermosa reina?
Esperadme. He oído una voz. Ya vuelvo.
Voy a divertirme con este patán.
¿Debo hablar ahora?
Sí, por cierto; entiende que no ha salido sino a enterarse de un ruido que oyó, y tiene que volver.
"Oh, Píramo! ¡Iré a encontrarme contigo en la tumba de Niní."
Es tumba de de Nino, no de Niní.
"Si yo fuera hermoso, Tisbe, sólo sería tuyo."
¡Oh! ¡Qué cosa tan monstruosa! ¡Huyamos! ¡Socorro!¡Socorro!
¿Qué es lo que hacen? ¿Pretenden asustarme?
Me pasearé de arriba abajo y cantaré para que me oigan y se enteren que no tengo miedo.
¡Oh amor mío! La vida sonrió.
¿Qué ángel me despierta en mi lecho de flores?
¡Oh, gentil mortal! Canta de nuevo.
La fuerza de tu fascinación me mueve a decirte que te amo.
¿Estoy soñando acaso?
No, canta por favor.
¡Y bien, travieso espíritu!
Mejor ha salido esto que cuanto yo podía imaginar.
Titania ha de estar ahora halagando a ese asno.
Pero, ¿has vertido ya el jugo en los ojos del ateniense?
Eso ya está despachado.
Aquí tenemos al ateniense.
¿Por qué rechazáis a quien tanto os ama?
¿Qué has hecho con Lisandro? ¿Has aprovechado que dormía para matarlo?
No soy culpable de la sangre de Lisandro, ni tengo indicio alguno para pensar que haya muerto.
Pues entonces dime que está bien.
Y si pudiera hacerlo ¿qué me valdría?
El privilegio de no verme jamás.
No vuelvas a verme, sea que haya muerto, o no.
Es inútil seguirla así como se encuentra.
Buscaré en el sueño alivio a mi dolor.
¿Qué has hecho? Tu equivocación hará que se trueque un amor sincero, en vez de mudar uno falso.
Ve por el bosque, encuentra a Elena y arréglatelas para que venga hasta aquí,
mientras que yo encanto los ojos de este hombre.
¡Voy, voy!
Lo que veas al despertar esto sea tu verdadero amor.
Elena viene, y el joven a quien equivoqué le suplica su amor.
¿Por qué pensáis que os hago burla? En verdad os amo.
Esos juramentos pertenecen a Hermia. ¿Queréis abandonarla?
¡Oh, Elena! ¡Ninfa perfecta y divina!
¿No basta que me aborrezcáis?
Ambos sois rivales en amar a Hermia, y ahora lo sois en escarnecer a Elena.
Gastas tus palabras Demetrio. Sé que a quien amas es a Hermia.
Muero de amor solamente por Elena. Tú eres quien ama a Hermia, no finjas ahora que amas a mi amada.
Lisandro,¿por qué me has dejado?
¿Por qué se quedaría aquel a quien el amor llama a otro lado.
Eso no puede ser.
¡Oh, Hermia! ¿Has conspirado con estos, urdiendo esta maligna burla para ofenderme?
Yo no me burlo de vos. Antes me parece que vos os burláis de mí.
Repetiré mil veces que es a Elena a quien amo.
Retírate que Elena me pertenece.
Si así lo quieres, disputa tendrás.
Lisandro ¿a qué conduce todo esto?
¡Retírate! Apártate de mí, cara de rana.
Esto no puede ser ¿Por qué me tratáis así?
Sígueme Demetrio, si te atreves, y probemos quién de los dos tiene mayor derecho para pretender a Elena.
No os vayáis Elena. Vos sois culpable de toda esta querella.
No permaneceré más tiempo en vuestra maldita compañía.
Mis manos no están, como las vuestras, acostumbradas a las contiendas,y así huyo y me salvo.
Esto es fruto de tu negligencia.
Ocúltate en las sombras de la noche
y busca la manera de apartar a los dos atenienses hasta que caigan rendidos de cansancio y se hundan en el sueño.
Exprime entonces en los ojos de Lisandro el jugo de esta yerba, que disipa toda ilusión.
Mientras, yo iré en busca de mi reina para suplicarle que me entregue al muchacho.
¡Voy, voy!
El villano de Demetrio es mucho más ligero de pies que yo.
La noche se ha cubierto de niebla y estoy muy cansado.
Voy a descansar un poco y mañana encontraré a Demetrio.
¡Qué oscura se ha puesto la noche!
Apenas se puede caminar por la espesura.
¡Oh! La fatiga me fuerza a reclinarme aquí y esperar la luz del día.
¡Oh sueño! ¡Haz que por unos momentos me libre yo de mi propia compañia!
Ya no puedo seguir. El sueño me agobia.¡Que los cielos guarden a Lisandro si ha de haber un duelo.
Todo me ha salido muy bien.
Ahora, gentil enamorado,
cuando despiertes te deleitarás con la vista de la que primero amaste.
Así se justificará el refrán que dice "que cada cual debe tomar lo suyo".