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No creo que sea normal
que después de dos años
me den ganas de llorar
cuando escucho alguna de las canciones que le gustaban.
Nuestra hija mayor, pequeña manipuladora,
lo hace a propósito,
para meter el dedo en la llaga,
pone canciones que sabe que me recuerdan a su madre.
Al principio los hijos sueñan con ver a sus padres otra vez juntos
No solo al principio.
Pero por otro lado...
hay canciones en tu vida...
que te hacen querer subir el volumen.
Vivir...
¿Follar?
Por favor, mándeme los títulos.
- ¿Puedo cogerla? - Claro.
Dos años antes.
¿La conoces?
¿Te refieres a la canción o a la chica?
Si fuese una obra maestra...
Pero no,
sólo una cancioncilla agradable,
casi banal,
pero que te hace detenerte,
contemplar tu alrededor,
dejarte llevar por el momento.
Que te hace ver la vida como siempre debería ser.
Maravilloso.
¿Sabe?
Completos desconocidos
me sonreían
como si entendiesen mi felicidad
al ver la vida como la veo
gracias a la música.
Le sonreían porque usted sonreía.
Quíteme la ilusión.
No estaba sonriendo.
Es decir, estaba sonriendo al pensar en lo que sentía,
lo que experimentaba,
lo que la música significa para mí.
No tiene sentido, ¿no?
Puede ser. ¿Quién sabe?