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Siempre he coleccionado tarjetas de béisbol.
Empecé a jugar
cuando tenía 8 años,
cuando mi equipo, los Red Sox,
ganó la liga de 2004.
Empecé a conocer a los jugadores
en firmas de autógrafos y eventos por todo Boston.
Pero me di cuenta de varias cosas:
los jugadores no eran muy amistosos,
ganaban demasiado dinero,
y actuaban como estrellas.
Así que, en el colegio,
un amigo me enseñó otra forma
de coleccionar autógrafos:
escribiéndole a los jugadores por e-mail.
Para esto, hay que escribir una carta,
enviar un sobre auto-dirigido y sellado,
y enviar un par de tarjetas.
En un par de semanas, solía obtener mi respuesta.
Pero nunca eran los jugadores actuales
los que respondían.
Siempre eran los jugadores
de los años 50 y 60
que eran mucho más amigables,
y menos reconocidos
durante su carrera.
Así que seguí escribiéndole cartas
a estos jugadores retirados,
y, en 2007, los tarjetas "Topps"
sacaron un set
que incluía
un par de tarjetas de la 'Liga Negra de béisbol'
La Liga Negra fue un período
entre 1920 y 1960
en el que la gente de raza negra, a la que no permitían
jugar en las mejores ligas,
jugó su propia liga de béisbol
a menudo recorriendo el país en autobús,
jugando 2 o 3 partidos al día,
en unas condiciones mucho menos glamurosas.
Pero con el tiempo, debido a esto,
debido a la falta de glamur
e interés público,
todo se fue desvaneciendo,
dejando la historia de la Liga Negra olvidada.
Así que escribí a los jugadores de este set
y en un par de semanas habían firmado mis tarjetas.
Y aí empecé a escribir a jugadores de la liga Negra
que no tenían tarjetas.
Gente que fue
aún menos reconocida.
En mis cartas, solía incluir mi número de teléfono,
y algunos empezaron a contactar conmigo.
Cuando empecé a hablar con ellos,
me di de cuenta de que tenían un par de cosas en común.
Ninguno de ellos tenía tarjetas,
ninguno tenía documentos,
ni artículos de periódico,
ni fotos de su carrera,
simplemente nada que los ligara al juego,
y, para acabar,
habían dejado atrás a sus compañeros de equipo.
No habían mantenido el contacto
con ninguno de sus compañeros.
Así que quise cambiar esto
y empecé a hacer
tarjetas con el ordenador de mi casa.
Imprimiéndolas,
diseñándolas y enviándolas a los jugadores.
Y lo que también hice
fue inscribirme en hemerotecas
en las que encontrar viejos reportajes
que dieran a estas personas
el reconocimiento que, bueno,
que los ligara al juego.
Para acabar, empecé a convertirme
en una especie de investigador privado,
siguiendo a sus antiguos compañeros de equipo
e intentando que recuperaran el contacto.
Con esto, empecé a hablar
con estos jugadores.
Llegué al punto
en el que eran los jugadores los que me llamaban
para pedirme información.
Y para cuando acababa de llegar a la secundaria,
ya no era para nada una afición.
Había ido de ser un coleccionista de autógrafos
a estar obsesionado con investigar la Liga Negra.
Incluso pedí autógrafos y sellos de la Liga Negra
en Navidad.
Estando en la secundaria,
empecé a tomarme el trabajo
sobre la Liga Negra mucho más en serio.
Empecé a trabajar con
investigadores adultos
y empecé a trabajar en un par de programas distintos.
El primero la Reunión Anual de la Liga Negra
en Birmingham, Alabama.
En la reunión
había entre 50 y 60 jugadores de la Liga
de todo el país,
y todos se juntaron,
y estos jugadores se sentaron,
bueno, se sentaron en la recepción del hotel por mí,
de las 8 hs hasta altas horas de la noche
solo poniéndose al día, contándose cosas,
tuvimos una semana de eventos
y ellos lograron un poco
del reconocimiento y fama
que nunca habían tenido
El segundo programa con el que empecé
fue el "Programa de pensiones de la Liga Negra".
Este programa de pensiones
fue ofrecido por la Liga Nacional de Béisbol
y si han jugado 4 años
en la Liga Negra,
y pueden probarlo,
estos jugadores recibirán
de USD 10 000 al año.
Esto significa mucho para estos jugadores.
Muchos de ellos no hicieron mucho
después del béisbol,
no ganaron mucho dinero.
Así que, cuando pude conseguirles estas pensiones,
realmente supuso un gran logro.
Cuando empecé a hacer esto,
encontré muchas dificultades.
Tuve que leer cientos y cientos
de reportajes de periódicos
intentando encontrar documentación
que probara que habían jugado, y en muchos casos lo logré.
También quiero decir que, cuando hablaba
con estos jugadores por teléfono,
siguiéndolos, tampoco era fácil.
Tuve que leer cientos de artículos
intentando buscar sus nombres,
intentando buscar información
y sufrí bastantes fracasos.
Llamaba a la gente,
y no era la persona correcta.
Era muy incómodo.
También muchas veces
llamaba a los jugadores
y no querían hablar conmigo.
Y me colgaban.
Cuando mencionaba el béisbol,
rechazaban totalmente hablar.
Esto es porque
se habían enfrentado a mucha discriminación
durante su carrera.
Además de la falta de glamour y organización,
también se enfrentaron a mucho racismo
dentro y fuera del terreno de juego,
lo que les acompañó durante
el resto de sus vidas.
Estas personas, ya saben,
era muy emocionante para ellos hablar sobre béisbol,
y era muy duro
hacerlos volver atrás,
hablar sobre este juego que
en cierto modo habían dejado atrás.
Pero al final,
también encontré
bastantes éxitos.
Algunas de las personas a las que llamaba,
hablaba con ellos 2 o 3 horas,
y simplemente me contaban
más y más sobre su historia,
contándome, bueno, sobre partidos concretos
y los recuerdos que tenían.
A día de hoy, he asistido a 4 encuentros de la Liga Negra,
en 3 de los cuales
estuve con el
ex-jugador de la Liga
Russel "Piernas Locas" Patterson,
de los Clowns de Indianápolis.
Y sí, ronca por las noches,
si se lo están preguntando.
He trabajado en más o menos una docena de pensiones,
y he seguido en torno a un ciento
de jugadores de la Liga Negra
encontrando continuamente nuevos jugadores,
poniéndolos en contacto con sus ex-compañeros de equipo,
llevando el béisbol de vuelta a sus vidas
y trayéndolos a ellos de vuelta al juego.
(Música)
¡Gracias!