Tip:
Highlight text to annotate it
X
Muy honorable presidenta del Parlament, muy honorable presidente de la Generalitat,
excelentísimo alcalde, presidente del Barça, diputadas y diputados, amigas y amigos, padre y madre
La demostración, Mònica (Terribas), gracias, de que este país tiene mucho talento me lo demuestras tú, no sé donde estás, vaya
Evarist (Murtra), con esta voz de tenor del Liceu, te agradezco mucho el esfuerzo que has hecho, te lo he pedido personalmente
estoy muy satisfecho de que hayas hecho este esfuerzo para ti, que no es fácil
Nina gracias por cantar esta canción tan bonita de Miquel (Martí y Pol) .
Me preguntaba ayer si esto imponía, este lugar que tanto nos representa, la institución más importante de este país
y creedme que impone. Y mucho. Yo os diré cuatro cosas. Si el elogio debilita... chicos, estoy fundido.
Con todo lo que han llegado a decir, estoy perdido. Pero sinceramente, os hablaré con lo que siento.
Yo fui elegido. Fui elegido. Cualquier otro podría haber sido el elegido para ser entrenador del FC Barcelona pero me eligieron a mí.
Mérito de los que lo eligieron. Me lo dijo el David, que en voz en off ha hablado, que es un gran amigo mío.
El día que el presidente Laporta y su gente creyeron que yo podría ser entrenador del FC Barcelona me llamó y me dijo: Créeme que el único mérito que tienes es que has sido el elegido.
Y creí que era una muy buena forma de enfrentar mi profesión. La mejor.
Porque después de esto me dijeron: Pero sí, a ver, habéis ganado lo que habéis ganado y todo este tipo de cosas...
y digo, sí, sí, sí, no nos podemos quejar, que ha ido muy bien, pero sé al final que ser para poder transmitir esto a mis jugadores o... al final yo también los he aprendido, no me pertenecen a mí.
Pertenecen a todos los entrenadores que yo he tenido. A todos. A unos más que a otros, evidentemente, pero todos, me han aportado algo.
Todos los compañeros con quien jugué, de todos aprendí y de los jugadores que ahora tengo la gran suerte de dirigir.
De todos ellos he aprendido. Y todo eso me corresponde a mí. Vivo la profesión de esta forma.
Yo sólo tengo una cosa que me imputo. Quiero mi oficio. Tengo pasión por mi oficio. Creedme. Lo adoro.
Lo adoro cuando jugaba, lo adoro cuando entreno, lo adoro cuando hablo, lo adoro cuando estoy con gente discutiendo sobre esto o aquello.
Al final todo se reduce en instantes en cada una de nuestra profesión, de nuestros oficios, todo termina en un instante.
Los trabajos que tenemos siempre tienen un instante que nos satisfacen plenamente. Que lo disfrutamos. Yo lo quiero compartir con vosotros.
Me gustaría que la gente lo supiese. Antes de cada partido que jugamos. Un día antes o dos días ante me voy al sótano. Al sótano de can Barça, ahí no hay luz exterior.
Hay un despacho pequeñito, que me he arreglado, he puesto una alfombra, una luz que no está mal.
Y allí me cierro. Me cierro durante hora y media, dos horas. Allá voy con 2 o 3 DVDs.
El Carles, el Dome i el Jordi que son la gente que me echa una mano, como tantos otros en esta aventura.
Me dan unos DVDs sobre el equipo rival contra el que tenemos que jugar de aquí uno o dos días.
Me siento, cojo páginas, un boli; pongo el DVD. Y empiezo a ver al oponente contra el que jugaremos de aquí un, dos, tres días.
Y empiezo a apuntar... coño, el extremo derecho... el central diestro juega mejor que el zurdo, el extremo derecho es más rápido que el zurdo, este juega todo balones largos, este así, este asá...
estos suben la montaña por este lado, estros por el otro. Y voy apuntando todas las cosas que hacen los contrarios. Y al mismo tiempo apunto sus debilidades.
Y pienso, a estos les podemos hacer daño por aquí, a estos por allá, si juega Messi por ahí, si este otro...
Pero llega un momento, acojonante diría, fantástico, el que da sentido a esta profesión. Creedme que soy entrenador por este instante.
Este instante. Todo lo demás es un añadido que uno evidentemente lo tiene que afrontar, me imagino que el presidente de la Generalitat hay momentos que disfruta y otros en los que tiene que hacer el protocolo. Seguro.
Pues hay este momento máximo de satisfacción cuando te das cuenta. A veces dura un minuto veinte, a veces dura un minuto treita, a veces un minuto. A veces tengo que ver dos partidos del contrario.
Llega un momento que dices: Lo tenemos. Ya hemos ganado. No sabes por qué. Hay una imagen, unas cosas que hacen que te des cuenta que mañana ganamos
Esto no os penséis que tengo la fórmula mágica, no. Porque siempre lo he pensado y hay días que hemos perdido. Por tanto, se hundiría toda esta teoría.
Pero os lo digo por la pasión que siento en mi oficio, que imagino que es el mismo que tienen ustedes en sus profesiones y toda la gente:
Médicas, panaderos, doctores, profesores de escuela, paletas como era mi padre. Cualquiera persona... hay un momento en su oficio y yo reivindico este momento en este oficio
y yo reivindico el amor a este oficio. Yo amo mi trabajo por este momento. Entonces ya me encargo de transmitírselo a mis chavales, les digo, chicos tenemos que hacerlo así, y a veces sale o no sale.
Pero este momento es el que da sentido a mi profesión. Entonces me diréis: es suficiente? Es poco? Es el mío. Es lo que me corresponde.
Es de esta pasión que no sé de donde la he cogido. Porque mi padre lo más redondo creo que hizo fue una lavadora, lo que había hecho.
Mi abuelo, por parte de padre, no lo conocí, porque murió antes de nacer, pero por parte de madre ya tenía suficiente, en la posguerra, con tener que esconderse para que no lo cogiesen.
Por lo tanto, no tengo una herencia familiar que me haya trasmitido este gen. No sé de dónde viene. Pero tengo esta pasión. Y la tengo ahora como la tenía cuando era pequeño.
Y que me la llevó al pueblo. Este instante mágico, esa historia que te sale de dentro es la que da sentido en mi profesión. En todo el resto no lo hay.
Y diréis de dónde lo he cogido. Ya os lo he dicho, no lo sé, pero me ha ayudado muchísimo y aquí me gustaría hacer una pequeña reinvidindicación de la maravilla que es el fútbol. Ya no el fútbol, el deporte.
A mi mis padres me han educado. Bastante bien, diría que muy bien. La escuela me ha ayudado, por supuesto. Pero lo que me ha educado: el microsistema que es un equipo de fútbol. Un equipo de gente que está junta.
A mí esto es lo que me ha dado todo esto lo que yo ahora soy como persona, a mí me ha formado, me lo ha dado: haber hecho deporte.
Allá he aprendido lo que significa ganar. Y a celebrarlo con muchísima moderación. Y me ha enseñado lo que es perder, y que duele de verdad. Pero este perder es lo que te hace aprender a levantarte y a valorar lo que cuesta luego ganar.
He aprendido que un entrenador decida que hoy yo no juego. Porque he aprendido que él piensa por todos y yo solo pensaba por mí.
He aprendido que un compañero es mejor que yo y se merece jugar. Y aprendido que los reproches y las excusas no sirven absolutamente para nada. Que cuando pierdes es responsabilidad tuya
Cuando las cosas no van es responsabilidad tuya. El deporte, de bien pequeñito, en el Barça que ha sido la esencia, donde más tiempo he estado, es todo lo que me ha dado y me formado como persona y todo lo que soy hoy.
Del Barça podría estar hablando todo el rato pero haré una referencia pequeñísima, porque siempre hablo. Cada tres días en ruedas de prensa tengo que hablar del Barça.
Hoy solo quiero citar a Valero Rivera, maravilloso entrenador de balonmano, que un día por el estadio me dijo: "El Barça nos hace buenos a todos".
Y le dije: "Estás seguro?" "No tengas ninguna duda. Vive tu profesión dando gracias a esta institución y no vivas nunca pidiendo algo de esta institución. No lo olvides nunca: el Barça nos hace buenos a todos"
Es otra cosa que me ha acompañado y que cada día que estoy allá con todos mis jugadores y toda la gente que estamos siempre reivindico el hecho de lo privilegiados que llegamos a ser.
Termino. Como dijo la Mónica (Terribas) con 23 años me hicieron una vuelta por la vida y con 40 me dan la medalla de oro de la institución más importante de este país.
Me parece que es un poco precoz todo esto. Pero que sepáis que en parte estoy aquí evidentemente porque lo hemos hecho muy bien, hemos ganado mucho últimamente y eso ayuda a que me puedan dar esta medalla.
Pero creedme que si no hubiésemos ganado nada estaría igual de orgulloso por cómo nuestra gente estamos allá, conmigo mismo, nos hemos esforzado para que las cosas funcionasen y que la gente pudiese estar orgullosa de todos nosotros.
Permitidme una cosa: yo no quiero ser ejemplo de nada. Yo nací, en un pueblo, muy muy pequeño, cerca de la capital de comarca del Bages (Manresa) que como sabéis se llama Santpedor.
Yo no quiero ser ejemplo de nada, yo solo quiero hacer mi oficio, el oficio que tanto quiero, lo mejor posible.
Trato que la gente, todo ello que hago, que me puedan ver con esta pasión que a veces pueden ver con mi mirada, con mi tono de voz, con mi gesticulación de brazos, solo espero que la gente pueda ver que esta pasión y puedan sentir esto que yo siento.
Yo solo soy, intento ser, un buen amigo de mis amigos, que seguramente cuando yo deje esta obsesión de trabajo probablemente reencontraré a muchos de ellos que he perdido por esta obsesión enfermiza por el trabajo.
Solo intento ser un buen hijo de mis padres y sobretodo, sobretodo, trato de ser un buen compañero de mi compañera y que juntos podamos disfrutar de este maravilloso espectáculo que es ver crecer tanto a la Maria, al Màrius i a la Valentina
con el objetivo de no cabrearlos demasiado, que puedan caer tantas veces como quieran porque sabrán, o al menos puedan saber, que sus padres estarán ahí para ayudarlos.
Muy honorable presidente del Parlament es un honor inmenso poder recibir esta medalla. De parte de mi familia no sé como le podremos devolver tanta gratitud, solo espero comportarme lo mejor que sé.
Y no olvidéis nunca, que si nos levantamos muy muy temprano, sin reproches ni excusas, y nos ponemos a trabajar, somos un país imparable. Creedme que somos imparables. Muchas gracias y viva Catalunya.
Subtitulado por andreu24 / goupri