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Hace 20 años, los trabajadores del Sector Salud empezaron a experimentar con acercamientos innovadores al tema de las drogas.
Distribuyeron jeringas estériles a personas usuarias de drogas para protegerlas del VIH,
y a los usuarios de heroína les dieron la opción de la metadona como substituto para reducir el crimen y el riesgo de sobredosis.
Este enfoque eventualmente recibió el nombre de 'Reducción de Daños'.
20 años más tarde, en la Conferencia Internacional de Reducción de Daños,
le preguntamos a los pioneros de Liverpool acerca del inicio.
Bueno, en los 80, a causa del alto desempleo durante
el gobierno de Tory, como las cosas no iban muy bien,
muchas personas se volvieron realmente indiferentes a la sociedad y empezaron a usar heroína.
El principal problema que teníamos en esos días en Liverpool,
antes de la reducción de daños, no había nada realmente.
Teníamos una clínica para usuarios de drogas que tal vez veía a 5 personas al año.
No había nada realmente para los usuarios y las usuarias de drogas.
A mediados de los 80 había muchas personas con puestos de autoridad que estaba tomando conciencia
de que el VIH estaba a punto de convertirse en un problema grande.
Al principio se veía como un problema de la comunidad homosexual.
Entonces, rápidamente, la gente empezó a darse cuenta que había personas compartiendo jeringas por eso de drogas
que iban a esparcir el virus y luego sexualmente a parejas heterosexuales.
El primer intercambio de jeringas abrió en Liverpool
en el Centro de Entrenamiento e Información de Drogas Mersey en el Centro de la ciudad
en Octubre de 1986, y tuvimos que hacerlo en un sanitario.
Teníamos dos sanitarios en el edificio y uno de ellos se convirtió en el cuarto de intercambio de jeringas.
Vinieron personas que llevaban inyectándose heroína por 25 años
y nunca habían ido a un servicio público de drogas.
Nos podíamos meter entre dos personas
que estaban a punto de pasarse una jeringa para reutilizar,
sacar esa jeringa de circulación
y darles una limpia a cambio.
Pero se amplió más allá de eso;
se volvió una forma participativa de interactuar con personas que han sido marginadas o satanizadas,
personas que se veían a sí mismas fuera de la sociedad.
Encontramos en eso un puente muy satisfactorio: sacando personas de la calle y dándoles tratamiento.
De hecho, empezamos a llevar esos servicios a la gente y a construir confianza.
Fue Alan Lye el que llegó al concepto de reducción de daños
y al concepto de que es mejor reducir el daño que reducir el uso de drogas.
Esto no significa que no queramos que la gente deje de usar drogas, !lo queremos!
Necesitamos prevenir a las personas para que no empiecen a usar drogas.
También necesitamos ayudar a otras personas a que dejen las drogas.
Esto es lo que llamamos política orientada a la abstinencia o abstencionismo.
Pero la reducción de daños y el abstencionismo son dos caras de la misma moneda.
No hay ninguna evidencia de que la reducción de daños lleve a más gente a usar drogas.
De hecho, la evidencia indica lo contrario.
La reducción de daños es acerca de los derechos humanos, respetando los derechos de todas y todos.
El principal problema de usar drogas, en particular con los opiáceos, es que necesitas conseguir el dinero.
No sabes si la droga que vas a consumir está limpia o contaminada.
Te involucras con todo un abanico de substancias diferentes y una escena negativa.
Lo que hace la metadona es que te permite tener el efecto de un opiáceo
sin tener que cometer ningún crimen para obtenerla.
Así que no es una manera de proteger únicamente a los usuarios y usuarias de drogas, también se protege a la sociedad de los crímenes que pudieran crear.
Los programas de metadona al principio eran muy cortos
y luego empezaron a hacer los programas mucho más largos,
buscando reducir el crimen, más que otra cosa.
Había un sujeto en particular, que conocíamos, les voy a decir su nombre, se llamaba Tommy.
Lo involucramos con el intercambio de jeringas primero, para asegurarnos de que estaba usando jeringas limpias.
Cuando se había estabilizado con una prescripción de heroína, cambió a metadona.
Luego redujo su dosis de metadona a lo largo de un período larguísimo de 10 o 15 años.
Acabo de oír en una conferencia que todavía está vivo, todos sus problemas con las drogas los ha dejado atrás.
Si no le hubiéramos dado jeringas y dogas prescritas, estoy muy seguro que Tommy estaría muerto.
El resto del país, basándose en estos modelos de abstinencia, encontró que no tenían nada que ofrecer a los usuarios y usuarias de drogas.
Así que tomaron un interés en lo que estábamos haciendo y creció como una bola de nieve.
Como se ha ido desarrollando la reducción de daños ha ido más allá de intercambios de jeringas o substitución de opiáceos,
a estas nuevas intervenciones, como cuartos de consumo seguros, en algunos países.
Creo que hemos hecho un gran progreso porque hay 92 países
que usan las palabras reducción de daños para sus políticas.
Es de ayuda tener un listado de países que tienen la reducción de daños como política nacional.
Eso de ninguna manera refleja el nivel de accesibilidad a esos programas,
depende de qué tan bien financiados estén, qué tanta gente podrá tener acceso.
Solo el 4% de los usuarios de drogas inyectables tiene acceso a tratamientos con antiretrovirales.
En el mundo, en promedio, una persona que usa drogas inyectables, recibe 22 jeringas al año.
Creo que nos enfrentamos con el asunto más importante, que es el financiamiento,
subir la escala y asegurarnos de que podemos darle cobertura y de que podamos hacer una diferencia.
Al final del día, todos y todas somos seres humanos y tenemos el derecho de estar sanos,
y tomar decisiones informadas para mantenernos bien.
Porque una vez que estás muerto, no te puedes recuperar, no puedes dejar de hacer lo que estás haciendo. Traducción: Brun Gonzá***, Espole