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Una pequeña sección de la exposición se dedica a las vidas de artistas, concebidas como la primera modalidad de la primera tipología de estudios de Historia del Arte.
La obra fundacional de este género de vidas de artistas fue la muy célebre obra de Vasari,
cuyas Vite conocieron dos ediciones en vida del autor 1550 y 1568.
La exposición presenta la segunda edición de estas Vidas, la de 1568,
que contiene importantes novedades con respecto a la primera.
Por un lado Vasari amplió el número de vidas de artistas que incluía,
de manera que incluyó a artistas contemporáneos al autor, incluso una autobiografía del mismo
y por otro lado, incluyó retratos de los diferentes autores.
Pintores tan conocidos como Rafael o como Andrea del Sarto y que cuentan también con importantes obras en el Museo del Prado.
La importancia de la obra de Vasari es doble. Por un lado como decíamos, es la primera, es la obra fundacional de la Historia del Arte
y por otro lado, proporciona una información detalladísima de los pintores del Renacimiento italiano.
De hecho, hoy en día sigue siendo la fuente fundamental para conocer la pintura del Quattrocento y del Cinquecento en Italia.
La obra de Vasari contiene limitaciones propia de la época, una rigidez que le llevaba a considerar el arte medieval como un arte bárbaro
y a considerar que las artes habían renacido en concreto en la Toscana y en la ciudad de Florencia y que habían ido conociendo un progresivo perfeccionamiento
que había llegado a su culmen, a su punto más alto en la obra de Miguel Ángel.