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"Si es que están pidiendo a gritos que se les den dos hostias bien dadas...
Pase que uno sea una marica que te cagas, pero en casa, coño,
y no moviendo el culo delante de todo el mundo. Yo le digo que, a estos,
o les paramos los pies o terminamos todos mirando a Cuenca"
La plaza del silencio, nos retrata la violencia LGTBfoba
los últimos días del franquismo con toda su crudeza.
La convivencia de la violencia ultra con la persecución policial y la exclusión social.
Una realidad que fue dura y que, sin embargo, no hemos conseguido erradicar
Chueca, una plaza que ahora ya forma parte de el imaginario LGTB, es el centro de la historia
que nos explica Rafael Herrero. La normalización LGTB que ahora vive la plaza,
el barrio, puede sorprender con esta mirada atrás de tan solo cuarenta años
La plaza del silencio está situada en los últimos once dias de la vida de Franco,
está agonizando. Me pareció que era un momento importante porque
después de 40 años de dictadura, de falta de libertad, de repente parecía que las cosas
podían arreglarse y sin embargo nuestro protagonista Chema, baja una noche después
de estar ensayando una obra de teatro, y atraviesa la plaza de Chueca, y oye que algo
está ocurriendo y es testigo de como unos fascistas están dando una paliza a un homosexual.
Él tiene miedo, se asusta, se esconde detrás de un coche y es testigo de ese asesinato,
y a partir de ese momento viene la duda: "-¿Qué hago? ¿voy a la policía?"
pero la policía en ese momento podía estar implicada en ese tipo de acción
contra un homosexual. Y entonces decide callar.
Esa paradoja que se acerca a la posible libertad con la muerte de Franco y sin embargo
el azar que le ha llevado a Chema a ser testigo de un crimen nada menos que por gente fascista
y vinculada a la policía le hace vivir esa contradicción que le atenaza,
que le llena de dudas, de miedo, que trata de escapar.
El contraste entre la realidad cotidiana actual y la realidad de unos años atrás también
se reflejan en el contraste que hay entre las contradicciones del protagonista que creía
haber visto cerca la libertad con la muerte del dictador y, al mismo tiempo,
ve como sus amigos son amenazados y muertos violentamente y su propio miedo.
"Y esa voz que ya nunca podré olvidar... era una voz llena de odio y de miedo y de locura...
Hijo de puta... maricón de mierda... me das asco... ¿Me oyes cabrón?
Vamos, dame por culo ahora... Mueve ese culo... Estoy a mil por hora...así que fóllame...
Estás muerto! ¿Me oyes? Estás muerto... maricón!"
La violencia LGTBfoba es el eje que vertebra la historia y la denuncia que la novela destaca.
Denuncia la violencia y la hipocresía, las complicidades que tiene la discriminación
y la aniquilación violenta de personas LGTB
La novela, sobretodo, lo que quiere demostrar es lo difícil que era vivir en un momento
en que la libertad no era absoluta, era muy relativa, muy en función
de estar a favor de lo que estaba ocurriendo, y si te posicionabas en frente
estabas totalmente señalado. Eso te lleva a denunciar la homofobia que había.
Yo recuerdo que cuando era niño en el colegio, los mayores decían:
"-Vamos a bajar a Recoletos a pegar una paliza a los maricas"
y yo me quedaba un poco, de niño, pensando:
"-¿Qué ocurre, por qué bajar a Recoletos a dar una paliza a una persona
que son simplemente diferentes?" Entonces ese mundo de fragilidad,
de vulnerabilidad, de personas diferentes, me pareció un elemento fundamental
de la novela porque hay personas que no aceptan al diferente, si el diferente
es un emigrante no lo aceptan, si el diferente alguien de distinto color no lo aceptan,
si el diferente es alguien que tiene una sexualidad diferente no le aceptan.
Y en el año 75, al final de la dictadura eso era todavía más acentuado sobre todo
en el caso de una homofobia directa y muy clara.
La plaza del silencio, es una novela negra que muestra, denuncia y ... engancha.
Ha sido publicada por la editorial Al revés, que tiene una colección interesante de novela negra
y que también ha publicado autores de referencia para el colectivo LGTB como Susana Hernández
La plaza del silencio está llena de flash backs en la que el autor, periodista de larga trayectoria,
también plasma sus propios recuerdos. Y también, llena de contradicciones de los personajes
con su sexualidad, sus miedos y su libertad.