Tip:
Highlight text to annotate it
X
Un tipo de religión agresiva y militar
a veces llamada fundamentalismo,
ha estado presente en cada una de las grandes tradiciones mundiales.
Como una rebelión contra este mundo desequilibrado,
una rebelión contra la humillación,
y la impotencia.
La religión se ha enfocado cada vez más
en una estrecha comprensión del dogma de la religión.
Existe una sensación de furia expuestas religiosamente.
Cada religión, como la entiendo yo,
tiene aspectos de intolerancia
y cada religión contiene principios para superar esta intolerancia.
Me gustaría que la gente escuchara
la voz compasiva de la religión.
Quiero cambiar de tema
y traer la compasión al frente de la atención de la gente.
La compasión esta presente en el corazón de cada religión.
Y la religión, cuando se practica de manera
sana debería mejorar.
Se trata de reconocer la humanidad de cada uno de nosotros.
Se trata de darse cuenta de que no tiene importancia si eres
Judío, Cristiano, Budista,
Hindú o Musulmán.
Son seres humanos,
que sufren
y que se puede evitar.
Como Musulmán
tienes que someterte a la voluntad de Dios
y sometiéndote a la voluntad de Dios
significa que tienes que ser compasivo y generoso con todo ser humano.
Lo que tu odias, no se lo hagas a tus seres queridos.
Quiere a tus vecinos como te quieres a ti mismo, yo soy Dios.
No hagas nada que no te gustaría que te hicieran a ti.
La regla de oro es una regla de oro
en tantas distintas religiones del mundo.
Y tenemos que, de alguna manera,
encontrar un camino para poner en practica la regla de oro mundialmente
para tratar a otras naciones,
otra gente,
quienes sean,
como nos gustaría a nosotros ser tratados.
Necesitamos una carta para nuestras propias almas,
para nuestro bien,
pero también para el bien del mundo,
por el bien de nuestro mundo peligrosamente dividido,
del cual esta
más unido que nunca.
El mundo será invitado
a que haga sus propias contribuciones,
sus propios comentarios,
contar sus propias historias
sobre la compasión o la falta de esta.
Un autobús daba la vuelta a la rotonda
y de repente fue partido por la mitad por un camión.
Me rompí la espalda,
mi pelvis y todas mis costillas.
Tenia los pulmones colapsados y graves heridas internas.
En este momento, un señor joven,
ni un doctor ni una enfermera,
apareció y me remendó el brazo con un hilo y aguja.
El vio la necesidad de ayudarme
al día de hoy este señor joven me salvo la vida.
Se quitó su chaqueta de cuero,
su jersey
y después se quitó los zapatos en mitad de la calle,
se quitó los calcetines y se los entregó a un hombre desnudo.
Y los dos empezaron a llorar
ya que era una experiencia tan conmovedora
una pequeña señora morena
que crece tomates
se los entrego a alguien que no conocía
por amor.
Recuerdo que se sentó a mi lado
que lloraba sintiendo
esta compasión incondicional.
Me sentí como si estuviera bebiendo agua fresca.
Y que este trabajador luchó por mi
que siguiera en el colegio
y desde ese punto, mi vida evolucionó.
La tarea de nuestra generación,
si somos religiosos o secular,
es construir una comunidad global
donde todo el mundo de todas las creencias
puedan convivir juntas en paz y armonía.
♪