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Yo me puse en contacto por primera vez con mi Prabhupāda, Bhaktisiddhānta Sarasvatī Gosvāmī Mahārāja en 1931.
Desde entonces, yo solía asistir al kīrtana vespertino y participar en la Gauḍīya Math, en Allahabad.
Vean ustedes. Pero Prabhupāda, Abhay Babhu, como nosotros solíamos llamarlo entonces…
Abhay Babhu y yo vivíamos en Allahabad.
Ambos vivíamos en Allahabad, y ambos solíamos asistir
al aroti y al kīrtan vespertinos en la Gauḍīya Math.
Entonces comenzamos a encontrarnos allí. Ambos, él y yo, solíamos asistir al aroti y kīrtan vespertinos.
Y recuerdo que a veces él solía tocar la mridanga,
a veces él cantaba. Era muy bueno en eso, tocando la mridanga y haciendo kīrtan.
Él era muy bueno en eso. Él tenía un negocio, era químico en ese entonces…
Tenía un negocio en Shantipura, y luego se fue a Bhadrikanga, una localidad mejor.
Y recuerdo que él solía también manufacturar sus propias medicinas
y ocasionalmente fabricó algún tónico: una o dos veces me dio sus tónicos, que yo utilicé.
Una vez, fue muy divertido, aquí en el templo de ISKCON alguien me preguntó
en presencia de Prabhupāda: “Doctor Kapoor, ¿cuántos años tiene usted?.”
Yo dije: “Bueno, tengo setenta y cinco años.” Fue alrededor de diez años atrás, quizás más.
“¿Cuál es el secreto de su salud?.” Yo dije: “Los tónicos de Prabhupāda.”
Prabhupāda se rió.
Y no había habido tal noticia acerca de su partida.
Él estaba fuera de su casa por algunos…
Normalmente él solía irse de su casa debido a su trabajo personal, o por algún asunto de negocios.
Pero en ese día en particular, no recuerdo la fecha exacta de esa ocasión,
tan pronto como dejó su hogar…
Nosotros pensábamos que Prabhupāda regresaría nuevamente a su casa por la noche,
como usualmente solía hacer… Pero en esa ocasión en particular en que dejó su hogar, no regresó nuevamente…
Yo le pregunté a Prabhupāda: “Prabhupāda, ¿cómo fue que se separó de su familia?.”
Él dijo: “Mi esposa era una gran consumidora de té… Ella estaba tomando demasiado té.”
Prabhupāda le dijo: “¿Qué prefieres a mí o al té…?.” En ese momento ella contestó: “Al té.”
Entonces, él dijo: “Quédate con tu té, yo seguiré mi propio camino.”
Prabhupāda… Solamente me encontré con él en ocasión de una celebración, alguna función religiosa en Kurukṣetra…
La misma era muy grande, la gente había venido para bañ*** y todo eso.
Yo había ido allí con dos o tres personas, pero, ellos no estaban interesados en conversaciones,
ellos querían ir a pasear, comer y hacer algo… Yo no estaba interesado,
yo estaba yendo a ver gente.
Entonces, encontré a Prabhupāda sentado bajo un árbol, porque hacía mucho calor.
Estábamos sentados allí, y yo le pregunté: “Entonces, Bābājī….” El estaba vestido con ropas blancas.
Entonces, yo hablé con él durante aproximadamente una hora y media o algo así.
En ese momento, yo no pensé que él se hubiera convertido en un sādhu o un sannyāsī. Él era solamente…
Entonces, él dijo: “Mi familia está en Calcuta, pero yo he venido aquí a esta celebración, para bañarme aquí.”
De esa manera, hablamos por algún tiempo, y entonces él dijo: “Si yo quiero encontrarme con usted…”
Yo le di mi tarjeta… Choksi, mi compañero de oficina, estaba conmigo.
Entonces lo llamé y él le dio mi tarjeta y todo eso, y le dijo:
“Venga a la Casa Scindia si desea hablar con nosotros.”
Luego de eso, él vino a Scindia, una tarde, muy tarde.
Yo estaba aún en la oficina haciendo algún trabajo. Entonces, me levanté para irme a mi casa.
Eran cerca de las siete. Estaba muy oscuro. No había nadie allí.
Y Choksi estaba sentado allí, en su escritorio. Entonces le pregunté,
le dije: “Choksi, ¿quién es este caballero que está sentado contigo?.”
Debido a que Choksi estaba sentado en su escritorio, y swamiji estaba sentado así, como yo estoy sentado.
Choksi estaba sentado en su escritorio.
Entonces, él dijo: “Alguien vino, cierto swamiji, pero él no me escuchó.”
Él dijo: “No, yo quisiera encontrarme con ella, un día hablaré con ella.”
Yo fui allí y dije Hindi. Entonces, él me mostró el Bhāgavatam.
Él dijo: “Nos encontramos en Kurukṣetra, ¿recuerda usted?
Quiero imprimir este libro.”
Yo dije: “Usted puede venir mañana, cuando haya algunas personas y luz natural.”
En ese momento se estaba poniendo verdaderamente oscuro, Choksi era el único que quedaba…
Entonces, Él dijo: “Sí, vendré.”
Entonces, yo… le pedí a Choksi, porque el secretario estaba allí, entonces él escribió una carta
a uno o dos amigos, ellos ya no están ahora…, diciéndoles que:
“¿Por qué no hacen algo por este caballero? El ha escrito el Bhāgavata
y yo desearía que ustedes lo ayuden. Y, yo voy a hacer esto….”
Yo escribí esa carta y se la di. Él partió y entonces, yo me fui a casa.
Después de eso, un día él vino y dijo: “Ahora yo estoy regresando a Vṛndāvana.”
Yo le dije: “¿Por qué se está yendo?.” El dijo: “Mi trabajo está terminado.”
Ahora trataré de ver cómo puedo imprimirlo.
Mi asociación con Bhaktivedanta Mahārāja Prabhupāda incrementó más y más,
y naturalmente, siempre hablábamos de Kṛṣṇa, Prabhupāda y demás…
En 1932, el año después de eso, yo me uní a este parikrama.
Prabhupāda no podía participar porque estaba con sus negocios.
Él estaba con sus negocios, no pudo venir.
Cuando yo regresé del parikrama, él me preguntó acerca del parikrama
y yo tuve que contarle lo que había ocurrido. Por unos días él…
Durante alrededor de cinco o seis años estuvimos juntos en Allahabad.
Y solíamos encontrarnos casi todos los días. Después yo me uní al servicio gubernamental.
Lugo de eso, no volvimos a encontramos durante mucho tiempo. Pienso que unos veinticinco o treinta años…
Cuando me retiré del servicio gubernamental, vine a quedarme aquí, en Vṛndāvana.
Yo había perdido todo contacto con Prabhupāda. No sabía qué había pasado con él.
Quizás, él tampoco sabía acerca de mí.
Un día, casualmente yo estaba aquí, en el templo de Radha-Damodar, sentado en el pórtico
esperando a alguien, y vi a Prabhupāda saliendo de su habitación.
Él estaba en ese entonces, quedándose allí.
Él salió con dos discípulos americanos.
Prabhupāda, naturalmente tenía en ese momento vestimentas de sannyāsī,
y verdaderamente no pude reconocerlo. El estaba tan…
Los años lo habían cambiado, y ahora él era un sannyāsī, de manera que estaba completamente cambiado…
Y yo también había cambiado, pero no tanto como Prabhupāda. Entonces, él sólo se quedó mirándome,
y luego de un cierto tiempo, él solamente dijo: “Sí. El Doctor Kapoor.”
Yo lo reconocí por su voz. Yo dije: “¿Abhay Babhu?.” Y él me abrazó. ¿Ven ustedes?
A veces usted reconoce a sus viejos amigos más por su voz, que por su rostro.
Tan pronto como él dijo: “Doctor Kapoor,” yo lo reconocí…
En ese momento él estaba yendo hacia algún lugar, pero canceló su programa, me llevó a su cuarto
y me contó acerca de todo el trabajo que había hecho… El recién acababa de regresar de…
Creo que luego de su viaje a América, ésta era la primera vez que regresaba.
Él era ahora una figura internacional, y me contó acerca del trabajo que había hecho,
me mostró los recortes de los periódicos y demás…
De repente, un día, él vino a mi oficina y dijo: “Quiero ir a América.”
Yo le dije: “¿Está usted loco?.” ¿Por qué quiere ir allí? ¿Qué hará allí?
Usted sabe como es el gobierno americano. Usted sabe que a veces ellos son muy extraños.
Lo enviarán de vuelta. Entonces, una vez que quede registrado que usted es enviado de vuelta,
no lo dejarán entrar. ¿Por qué quiere ir allí?
En esa época, no había mucha gente yendo a América. Ahora es muy diferente.
Entonces, yo le dije: “¿Por qué quiere ir allí?.” Pero, él no me escuchó. -¿Qué quiere decir?
“Usted es un hombre anciano, va a morir así.” ¿Quién cuidará de usted? ¿Qué hará allí?
Entonces, él dijo… Yo le dije: “Está bien. Hare el arreglo, usted irá.”
Así, cuando el arreglo fue hecho, él estaba en Bombay.
Yo hice todos los arreglos con el capitán, y el barco fue a cargar a algunos puertos.
Entonces, regresó. En ese momento, el otro barco nuestro lo levantó en…
Creo que fue en Calcuta. Entonces, el otro barco fue y lo levantó allí.
Y entonces, él viajó en ese barco.
Él estaba decidido antes de partir de India. Estaba quedándose en un dharmashalla,
donde el alojamiento es gratuito y todo eso, en Calcutta Norte,
y lo trajimos desde allí en taxi. Inmediatamente nos apresuramos para…
Muy temprano por la mañana, a las cinco o cinco y media.
Yo no dije nada, porque estaba muy conmocionada, debido a que él nos estaba dejando.
Inmediatamente él comprendió nuestra situación mental y me pidió:
“No se preocupe. Pronto regresaré a India, y le traeré noticias y todo eso…
Regresaré.”
Yo hablaría por teléfono con él.
Yo le había dicho al capitán que se asegurara que él me hablara, de manera que no hubiera problemas para él.“
Él solía hacerlo. ¿Conoce usted este día de Gokulastami? Sí. Kṛṣṇa Janmāṣṭamī. Sí.
Él estaba en Suez. Entonces me telefoneó, el capitán me telefoneó. Él dijo que a bordo, el
ellos tenían que cruzar el canal de Suez. Entonces, el capitán me llamó.
Él dijo que, hoy es Gokulastami, y que a bordo del barco había una reunión,
y swamiji estaba hablándonos, y luego distribuiría unos dulces
que tenemos, a todo el mundo, y luego tendremos alguna grabación de bhajan sonando y todo eso.
Yo estaba asociado en el mismo compartimento, en el barco, quiero decir, esas cabinas, esas cabinas de los barcos…
Ése era un buque de carga, no era un buque de pasajeros.
Entonces, aparte del camarote del capitán, había un cuarto extra.
Y se le ofreció ese cuarto hasta llegar a su destino.
Y luego de llegar al puerto de Boston, recibí una carta de él. Y por medio de esa carta supe que
había sufrido dos ataques al corazón, en el barco, durante su viaje de veintitrés días
hasta llegar a Boston. Inmediatamente me pidió que le enviara un medicamento. Ayurvédico.
Él mencionó el nombre de ese medicamento, e inmediatamente corrí hasta la farmacia
y lo compré. Inmediatamente se lo envié por correo aéreo. El recibió
ese medicamento, y me dijo que en ese momento su estado mental no era muy bueno,
debido a su dolencia y todo eso. Debido a que él era muy anciano en esa época.
Y obviamente nos pusimos mal. Después de todo, él era nuestro padre.
Inmediatamente le envié esta medicina a su dirección en los Estados Unidos,
él la recibió y se recuperó muy rápidamente, y toda nuestra familia estaba complacida.
Hablé con swamiji por teléfono. Él dijo: “No, no, yo estoy muy bien,
pero tengo muchas náuseas…” Entonces, yo estaba hablando con el capitán, y él dijo que me comunicara:
“Pequeña mata, voy a morir ahora.” El estaba muy mareado,
no se estaba sintiendo cómodo. Así que, él me telefoneó también. Yo le dije:
“Eso no va a ocurrir, no se preocupe. Los mareos no matan a nadie.”
Entonces, él no se sentía cómodo debido a que el mar no era muy bueno en ese momento.
Un poco agitado. El capitán me telefoneó y yo le hablé al swamiji.
Fuimos a la calle Warden, Akasha Gaṅgā, donde este devoto Hare Kṛṣṇa estaba viviendo.
Fui allí y encontré al swami, Madhudviṣa, que estaba a cargo de los devotos.
Me senté unos minutos y entonces Madhudviṣa me dijo: “Guruji
acaba de llegar ahora de Norteamérica y está sentado en otro cuarto, de manera que usted puede venir conmigo
y tomar darshan de guruji.” De manera que, fui a ese cuarto con Madhudviṣa
a tomar darshan de guruji.
Luego de estar sentado un rāto, guruji me preguntó: “¿Dónde está viviendo?.” Yo le dije: “En Gauragong.”
Entonces, guruji me preguntó: “¿Qué estás haciendo?.” Yo le dije: “Mi negocio es la construcción.”
Entonces, guruji me preguntó: Cuando te levantas temprano por la mañana, ¿qué haces?
Yo le contesté: “Cuando me levanto por la mañana tomo una taza de té,
voy al cuarto de baño, tomo una ducha y luego me voy al trabajo.”
Entonces guruji repentinamente dijo: “Entonces, ¿cuál es la diferencia entre un cerdo y tú?
Tú eres tal como un cerdo.” Entonces, yo dije: “Si Mahārāja, por favor aconséjeme
cómo puedo cambiar mi vida.” Entonces guruji dijo: “Tú debes hacer servicio para Kṛṣṇa.”
Yo le dije: “No estoy asociado con ningún movimiento espiritual,
ni con santos o devotos.”
Entonces guruji dijo: “A partir de mañana mis devotos irán a tu casa temprano por la mañana
y así, tú harás nagar saṅkīrtana allí con mis devotos
y luego, todos los devotos tomarán una fiesta, comerán en tu casa.
Y de esta manera, tú estarás involucrado en el movimiento espiritual.”
Un día, mientras le daba a Prabhupāda su prasādam, le pregunté:
“Prabhupāda, ¿cuál es su preparación favorita?.”
Prabhupāda contestó diciendo que le gustaban todas las preparaciones. Le pregunté nuevamente:
“No, Prabhupāda, ¿cuál es su preparación más favorita?.”
Entonces, Prabhupāda dijo que su preparación favorita era el śuktā.
Entonces, yo solía cocinar cuatro o cinco tipos de śuktā para Prabhupāda cada día.
Cuando quiera que le llevaba a Prabhupāda su prasādam, él solía decir:
“Tú has cocinado tanto prasādam para mí pero primero dame el śuktā.”
Entonces, siempre le daba a Prabhupāda primero el śuktā.
Cuando adquirimos esta tierra, había allí viviendo muchos cractolis
que estaban dedicándose al negocio del licor, y hubo también, después de algún tiempo,
una riña con el Señor Nair. Esta tierra se llamaba Nair Wādi, ahora es: “Hare Kṛṣṇa Land.”
Un día guruji estaba aquí, estábamos sentados en la calle Annete…
la casa de Valiya. Guruji estaba allí, yo, Valiya y mi esposa, estábamos en ese cuarto.
Valiya le dijo a guruji: “Guruji, el señor Nair no le dará a usted esta tierra
porque recibió una oferta de cierto propietario de hoteles por treinta y seis lacks
y usted la está adquiriendo por catorce lacks.
Y el señor Nair tiene que pagar demasiado impuesto sobre la renta, entonces, debe haber cambiado de idea,
y le dará la tierra a esa persona que le ofreció treinta y seis lacks.”
Entonces,guruji dijo: “No importa, si él no quiere darnos esta tierra,
entonces deberá devolvernos nuestro dinero.
Pero no creo que él pueda pagar el impuesto sobre la renta en esta vida…”
Entonces, guruji partió por la noche a Sydney, y cuando nos despertamos por la mañana,
escuchamos que el corazón del señor Nair había fallado y él había muerto.
Entonces, usted puede imaginar que todo lo que guruji dijo fue: “No creo que el señor Nair pueda pagar su
impuesto en esta vida.” Entonces, el señor Nair estuvo terminado.
Yo cocinaba prasādam para Prabhupāda cada día.
Cierto día, por algún motivo el prasādam estaba retrasado. Entonces, Pālikā cocinó algo rápidamente y
se lo llevó a Prabhupāda. Prabhupāda preguntó: “¿Dónde está el prasādam que Kishorie cocinó?.”
Y él inmediatamente le pidió al devoto que telefoneara a la cocina grande
y averiguara por qué el prasādam estaba retrasado. Entonces, rápidamente llevé el prasad a
la casa de Prabhupāda, y cuando llegué a la casa, Prabhupāda estaba de pie
frente a las escaleras. Yo inmediatamente bajé mi cabeza y llevé el prasad adentro.
Justo cuando estaba dejando la casa, Prabhupāda me preguntó: “¿Por qué estás llorando?.”
Yo le dije: “Prabhupāda, porque me retrasé con su prasad hoy…” Prabhupāda dijo:
“Yo no estoy disgustado por eso. Lo que me preocupa al respecto es que, si tú te demoras con mi prasad
entonces, un día puedes demorarte con el prasad de Rādhā-Mādhav,
y si te retrasas con el prasad de Rādhā-Mādhav, entonces puede volverse un problema.
Por eso es que yo te pregunté por qué mi prasad estaba retrasado.”
Él siempre está hablando la verdad, y siempre estaba citando el Bhāgavatam,
El Śrīmad Bhagavad-gītā y El Caitanya-caritāmṛita.
Siempre citando algunos ślokas de esos libros.
Pero, él era tan simple para respondernos esas preguntas, que cualquiera, incluso un ateo,
sentía que: “Siempre deberé estar en contacto con Prabhupāda.”
Él tenía un rostro sonriente. Yo considero que él es la flor celestial del paraíso.
Cuán afectuoso él era. No puedo recordar,
no puedo explicar el verdadero significado de esa sonrisa. Nunca he visto una sonrisa semejante.
Prabhupāda solía hacer una caminata de japa cada mañana con sus discípulos,
después de Mangal-aroti. Algunos días caminaba hasta la Math.
Otros días caminaba junto al Ganges.
Algunos días solía caminar alrededor del pukor. Otros días solía venir a la cocina.
Luego de la caminata de japa Prabhupāda iba al guru-pūjā, y mientras los devotos
le ofrecían flores, él les daba prasādam.
Él me dijo: “Doctor Kapoor, perdóneme por mis ofensas,”
no sé realmente qué quiso decir. Yo le dije: “¿Qué quiere decir…? ¿Qué ofensas…?.”
Pienso que ésa era su grandeza: su humildad. El recibió la bendición de Mahāprabhu.
“¿Qué ofensas?, yo no puedo comprender lo que quiere decir.” Humildad, ¿qué otra cosa?
Luego, Prabhupāda tomaba darshan de Rādhā-Mādhav.
Circunvalaba las Deidades tres veces.
Cada vez se detenía, tocaba la campana y entonces, levantaba sus brazos y danzaba.
Todos los devotos danzaban con él en éxtasis.
Cuando los niños pasaban frente a él, se detenía nuevamente y bailaba.
De esta manera, él circunvalaba las Deidades tres veces.
Yo puedo solamente hablar lo que he aprendido leyendo los libros de Prabhupāda,
ya que nunca vi a Prabhupāda personalmente.
No soy capaz de hacer lo que Prabhupāda hizo, pero sé que para liberarme
de esta existencia material, debo seguir sus pasos
y seguir el sendero que él ha mostrado.
En el futuro, trataré de dedicar mi mente y mi vida a Kṛṣṇa, y de hecho, a Prabhupāda también.
Él me aconsejó en 1977, tres o cuatro meses antes de su desaparición:
“Por favor, cuida de tu madre y tu familia, porque yo me fui de casa.
Y ustedes son dos hermanos pero tu hermano mayor se ha vuelto muy inactivo,
entonces, tú debes ser muy cuidadoso en tomar las responsabilidades y todas las cosas
que se requieran para el beneficio de tu familia y la de todos los otros miembros.”
Él me dijo: “Voy a construir un ashram en Vṛndāvana.
Entonces, voy a construir un lugar especial para que tú te quedes. Cuando tú vayas, yo vendré…”
Al final él se fue de allí. Yo sabía, él me envió una carta:
“Estoy yendo a Vṛndāvana ahora, y no creo que regrese…”
Él sabía que se estaba yendo.
Yo le dije también: “Buscaremos un doctor.” El dijo: “No, no.” Muy buen hombre.
Como persona también él era muy bueno. Muy amable, muy suave. Un hombre que hizo tanto…
Y, ¿qué se quedó para él? Nada. Y dejó tras él un gran hito.
No solamente religión. Religión, cultura, todo… Por todo el mundo.
Debemos tratar de ver que todo lo que él ha hecho, se mantenga.
No se puede incrementar, está bien, pero deben mantenerlo. No debe extinguirse.
Eso es lo que yo veo.
Nosotros estamos profundamente encantados, y estamos muy orgullosos de nuestro padre,
que es vuestro maestro espiritual, y de hecho, ustedes también son nuestra guía espiritual.
Estamos encantados y complacidos. Ninguna persona ordinaria puede hacerlo.
Es absolutamente imposible para ellos llevar a cabo una buena misión
una gran misión, un amplio margen de propagación y todo lo demás, porque…
Nos sentimos muy orgullosos de nuestro padre, y ésta es nuestra conclusión final…