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Me llamo Harine. Tengo 16 años y siempre he sido curiosa.
Me encanta la ciencia porque me ayuda a responder a muchas preguntas.
Me crié en un pequeño pueblo del sur de la India
afectado permanentemente por la baja calidad de los voltajes.
Mis abuelos, que son una gran influencia para mí, viven en una pequeña granja en Alakudi.
Cuando los visitaba, veía que se levantaban a extrañas horas para
regar los campos porque era el único momento en que había energía.
Eso me llevó a buscar alguna forma de proporcionar una energía estable
a los pueblos remotos de la India y de los países en desarrollo.
Siempre he sentido curiosidad por saber cómo funcionan las cosas y
por qué lo hacen de una forma determinada.
¿Por qué los arcoíris solo aparecen cuando llueve?
Al ir en coche, ¿por qué se mueven más rápido las cosas más cercanas que las más alejadas?
Hacerme preguntas continuamente me permite hacer lo que más me importa:
sumergirme en todo lo que pueda aprender y dar siempre lo mejor de mí.
Creo que es maravilloso el poder de la ciencia de relacionar cosas aparentemente inconexas,
como la caída de una manzana y el crecimiento de la luna:
dos sucesos que parecen tener poco en común pero que se deben a la gravedad.
Mi idea para resolver el problema del voltaje fue crear un regulador
que garantizara un suministro eléctrico permanente a pueblos como el de mis abuelos.
Mi trabajo aún no está acabado. Hay que desarrollarlo más y quedan
muchas cosas por hacer, pero creo que he encajado algunas piezas del puzzle.
Estoy convencida de que las soluciones para un futuro más estable y sostenible
son sencillas y están a nuestro alcance.
Lo que falta no es la inteligencia sino la intención...el deseo de cambiar las cosas.