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Agua para Haití La lucha por asegurar su abastecimiento
Versión corta Agua para Haití
En el devastador terremoto de Haití en 2010 Bauchum Etienne perdió su hogar, sus pertenencias y sus seres queridos.
Fue una experiencia terrible; sin embargo, la vida continúa.
La vida continuó—para Etienne y sus compatriotas.
Su nuevo trabajo supervisando, facturando y cobrando para la companía estatal de agua DINEPA-CTE
está generando los ingresos necesarios para construir la red de agua.
No obstante, hacer que la gente pague por el servicio no es una tarea fácil.
Pero mire, todos los días usted usa agua. ¿Dónde la encuentra?
¡Llueve todos los días en el mes de mayo!
¡Sí, así es!
Tras años de donaciones hechas para establecer el servicio de agua en Haití, cerca de 70% de los haitianos aún carecen de acceso.
DINEPA espera que en esta oportunidad sea diferente.
Después del terremoto, recibió US$86 millones en asistencia técnica del Banco Interamericano de Desarrollo y el Gobierno español.
¡Todo está bien! Los niveles de la bomba parecen están normales.
A menudo, la mecánica del suministro de agua es simple.
Es su administración lo complicado.
En este barrio, un déficit de US$30 mil retrasó por cinco años el sistema de quioscos de agua, cuyo valor asciende a US$1.5 millones.
Hoy las ganancias generadas por el cobro del servicio completaron el sistema. 70 mil personas cuentan con un servicio de agua continuo.
Ahora que no tengo que pensar en levantarme temprano para conseguir agua,
puedo pensar en un trabajo, en un negocio que quiero montar.
Entre balances y revisiones ejecutivas, la única forma de mantener el buen trabajo es revisando por qué fallan las cosas.
Esto significa que consultores internacionales y los empleados de DINEA deben entender ciertos problemas peculiares,
por ejemplo, cuántos vehículos no están funcionando.
¿Cuántos vehículos están bien? Ni siquiera siete. Todos están dañados.
Pero el proceso ha llevado a una mayor participación.
En las comunidades más pobres,los residentes ahora eligen sus propios vecinos
para mantener los quioscos de agua y fijar precios justos.
Hace algún tiempo nuestros empleados no podían asomarse a los barrios complicados.
Ahora contratamos gente local para vender agua.
Y con respecto a salud, las campañas del gobierno han ayudado
a disminuir las tasas de cólera de 3.000 casos nuevos por día en 2010 a 76 por día.
Creo que llegaremos a ver el día en que el cólera no exista.
Hemos tenido un despertar. No podemos esperar que otros hagan las cosas por nosotros.